Impotente
*Por Graciela Melgarejo. El Gobierno hizo muchas cosas bien, y la oposición sólo habla en un Congreso impotente".
(Del diputado nacional Felipe Solá, que renunció al bloque del Peronismo Federal, y elogió a la Presidenta y a Scioli.)
Nadie sabe (nadie puede saber) de la gran contrición y cansancio de Felipe Solá. Ha hecho todo lo posible, pero finalmente también él bajó los brazos, impotente para seguir sosteniendo una presencia en un bloque en el cual no acaban de entender que si la gente va para un lado, ellos, los peronistas disidentes, van para el otro.
Además, y eso lo puede comprender perfectamente cualquiera, nadie quiere ser un loser (?perdedor', en español, pero la expresión en inglés está más de moda desde que se emite por la televisión por cable la serie musical juvenil Glee ) o pertenecer a un grupo de losers y encima "impotentes", por más que estén en el Congreso de la Nación (también hay allí "ratas y víboras", pero esa es otra historia).
Por otra parte, no es la primera vez que, por estrictas razones ideológicas, un legislador hace de tripas corazón y decide abandonar el redil partidario para buscar otros horizontes, más puros o más adecuados con sus necesidades del momento, o, incluso, forma un monobloque ante la imposibilidad extrema de compartir los mismos ideales. Antecedentes hay muchos, pero -¡cómo es la gente!- siempre el último es el más señalado, aunque jure y perjure que mantendrá su independencia y capacidad de crítica. Es que muchos piensan que todos son de su condición y no aceptan que uno pueda ser equidistante, objetivo y haya cambiado de caballo en mitad del río porque no encontraba otra forma de expresar sus fuertes convicciones democráticas.
Sin embargo, ha habido voces de aliento, incluso de aquellos que en otros tiempos estuvieron bastante distanciados, como el diputado Carlos Kunkel, que ahora defiende a Solá porque el peronismo tiene una profunda vocación inclusiva. Político ducho, el legislador ultra-K sabe que hasta el 23 de octubre habrá muchos hijos pródigos dispuestos a volver a casa.
En fin, que en asuntos del corazón y en materia de política argentina, quien esté exento de culpa que arroje la primera piedra..