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Iba a viajar a Europa con el amor de su vida y su ex la mató

El desconsuelo del novio italiano de Patricia Rendón Rodríguez, la víctima del cruel femicidio que conmueve a Río Negro. 


A Patricia Rendón Rodríguez la asesinaron. Ese día se iba a subir a un avión rumbo a Buenos Aires. El plan era tramitar la visa para viajar a Italia a visitar a su novio, Francesco Nuvolari. Sin embargo, Patricia jamás llegó. 

Su cuerpo apareció enterrado en un yacimiento a 60 kilómetros del casco urbano de Catriel. Fernando Cronenbold, expareja de la mujer y padre de la hija de 8 años de ambos, quedó detenido acusado del femicidio que conmociona a Río Negro.

“Este jueves tenía cita en el consulado. Nadie retiró la visa y nadie va a aterrizar en Italia. Estoy destrozado”. A más de 12 mil kilómetros de distancia, Nuvolari busca consuelo y llora por los proyectos que quedaron truncos. Muestra un pasaje a nombre de Patricia con fecha el 28 de julio. El destino: Fiumicino, Roma. Desde ahí iban a iniciar un viaje por Sicilia, Calabria y la Isla de Capri. El regreso a la Argentina estaba previsto para el 5 de septiembre.

“Él la mató por sentirse inferior”, dijo el joven. (Foto: gentileza Francesco Nuvolari)

“La idea era estar juntos durante ese tiempo y ver cómo seguía todo. Yo estaba dispuesto a mudarme a la Argentina. Nada estaba escrito. Nuestra pareja era un mundo por descubrir”, cuenta el joven en diálogo con TN.

Patricia y Francesco se conocieron el 14 de febrero de este año. Él recuerda muy bien la fecha porque era el Día de los Enamorados. Coincidieron casualmente en el área común de un hotel de Palermo y el flechazo fue mutuo.

Él, de 27 años, había viajado desde Pescara, su ciudad de origen, por una beca otorgada como parte de sus estudios de ciencias políticas en la Universidad de Bologna. Ella, de 31 y nacida en Santa Cruz de la Sierra -Bolivia-, solía visitar Buenos Aires para hacer compras en la avenida Avellaneda, en Flores, y alimentar el stock de la tienda de ropa que tenía en el centro de Catriel.

“Lo que me enamoró de ella es que era una mujer muy determinada, muy capaz de realizar cosas. Él la mató por eso, por sentirse inferior. En los últimos tres meses ella hizo grandes cambios”, afirma Nuvolari. Y enumera: “Primero, hizo una renovación completa de su casa; segundo, renovó la tienda donde trabajaba; tercero, compró el boleto de avión para viajar por Italia conmigo; y cuarto, le pidió el divorcio a este hombre”.

El último verano, la estadía del joven italiano en el país se extendió durante tres meses. La relación con Patricia avanzó rápidamente, al punto que días después hicieron un viaje juntos a Mar del Plata y luego él la acompañó en el regreso a casa. “Quiero agradecer a todo el pueblo de Catriel. Conocí mucha gente ahí y sé que estuvieron muy pendientes desde que se denunció la desaparición de Patricia”, dice.

Con el regreso de Nuvolari a Italia, la relación continuó a distancia. “Hablábamos todos los días. Estábamos en contacto permanente”, cuenta, y critica la investigación iniciada tras la denuncia de la desaparición de la víctima.

“Una vez que se dio aviso a la Policía, el móvil de Patricia estuvo encendido durante varias horas. Ella tuvo actividad en su Instagram el martes a las 18 y la denuncia se hizo cerca del mediodía. No puedo aceptar una Justicia que no rastreó el teléfono y realizó la búsqueda solo a partir de testimonios”, cuestiona.

Y sigue: “El fiscal (Gustavo) Herrera no hizo bien su trabajo. Se podía haber hecho mucho más y evitar esta desesperación que hoy tenemos quienes amábamos a Patricia”.

Sobre el acusado pesaban dos denuncias por violencia de género efectuadas por la víctima. “Me enteré ahora de que existía una orden de restricción de acercamiento. Ella no me había contado que sufría violencia. Me contaba que este hombre (Cronenbold) había caído en la cocaína y le pedía ayuda para salir de ese mundo. Y que además le pedía dinero”, relata Nuvolari.

“Él se va a dar cuenta de que arruinó su vida también, porque morirá en prisión. Aquí no hay ganadores. Somos muchos llorando por Patricia”, dice. Y agrega: “Espero que este caso pueda servir para poner un poco de presión sobre la Justicia argentina y fortalecerla. No tiene que haber más Patricias. Ella era una persona excelente que no se merecía ese final”.

Cronenbold fue detenido en la tarde del martes, mismo día del femicidio, luego de escapar de un control policial en la Ruta 151. Fuentes judiciales indicaron que conducía el Renault Megane de la víctima, y que en el interior del coche se halló ropa manchada con sangre. Se cree que volvía de ocultar el cuerpo, que fue hallado enterrado en el yacimiento Puesto Morales.

Según relató el fiscal Herrera en la audiencia de formulación de cargos, por la noche el acusado “se quebró” y confesó el crimen. La acusación, entonces, se movió a femicidio agravado, una carátula que prevé una única pena posible: prisión perpetua.

La hipótesis que maneja la investigación es que Cronenbold tenía celos. El hombre conocía los planes de Patricia de viajar a Italia para reencontrarse con su novio. Y sabía también que el martes la víctima tenía un vuelo rumbo a Buenos Aires para tramitar la visa.

A primera hora de ese día, de acuerdo con los primeros datos incorporados al expediente, el acusado sorprendió a la víctima en su casa y la mató a golpes en la cabeza. Luego envolvió el cuerpo en papel film y lo enterró. El fiscal reveló además que al cuerpo le faltaba el pulgar de la mano derecha. Creen que lo hizo para desbloquear el celular de la víctima.

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