Humor político: la mejor salida para olvidar la realidad
Algunos lo aprovechan para posicionarse, y otros fustigan a sus imitadores, pero el resultado es uno solo: una excusa para no afrontar los problemas.
A muchos políticos les produce más temor una imitación de su persona que a una grave causa penal por corrupción, y prefieren dedicar mucho de su tiempo a averiguar cómo será su caracterización más que ocuparse de los asuntos por las cuales fueron elegidos como funcionarios públicos.
Esta semana, en la Legislatura de Chaco 16 diputados afines al jefe de Gabinete Jorge Capitanich impulsaron un proyecto de repudio contra la imitación que realizó Oriana "Oggi" Junco en el programa "Periodismo para Todos" de Jorge Lanata, lo que dio pie a una gran polémica porque esos funcionarios consideraron que hay "temerarios avances del pseudoperiodismo descalificador contra las instituciones de la democracia, quienes en nombre de garantías constitucionales avanzan en una desenfrenada afrenta hacía los hombres y mujeres que desempeñan cargos públicos".
Lo más absurdo del tema es que en la historia de la imitación, la preocupación de los políticos fue mutando desde la aceptación a la desaprobación. Para eso, se pueden ver algunos ejemplos:
Reconocido como un maestro de la actuación y de la imitación, Mario Sapag caracterizaba a Raúl Alfonsín, y el ex presidente se prestaba a compartir el mismo piso con él:
Ahora bien, Fernando de la Rúa se prestó también a compartir minutos de televisión con su imitador, Freddy Villareal, en un programa que quedó en la historia porque el "Oso Arturo" lo defendió de un supuesto agresor. Años más tarde, el ex presidente marcó este momento como el "inicio del fin" de su mandato:
En un absurdo giro de la historia, cuando el kirchnerismo aceptaba a la imitación, el ex presidente Néstor Kirchner recibió en la Casa Rosada a Freddy Villarreal y su imitación de Fernando de la Rúa, para incluso mofarse, junto a otros funcionarios, de él:
Pero otros aprovecharon para capitalizar a su imitador. En 2009, la gran personificación de Roberto Peña impulsó a Francisco De Narváez a ganar las elecciones a diputados nacionales en la Provincia de Buenos Aires, con el agregado que venció en esa contienda a Néstor Kirchner:
Mientras se crean debates y quejas por el humor político, miles de argentinos no ven cumplidas sus necesidades básicas, y otros sufren problemas gravísimos como la inseguridad. Y mientras todo eso sucede, 16 legisladores chaqueños repudian la imitación de Capitanich, mientras en su Provincia falta agua... Lamentable.