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Humildad hasta el final: así es el cuarto en el que vivió y murió el papa Francisco en Santa Marta

Fiel a su estilo de vida sencillo, el papa Francisco eligió vivir y partir sin lujos ni privilegios. En la intimidad de una habitación modesta, rodeado de lo esencial, dejó este mundo tal como lo habitó: con humildad, cercanía y una profunda coherencia con sus valores.


El papa Francisco partió de este mundo fiel a sus principios: sin ostentaciones, con humildad y cerca de la gente. Su vida fue un testimonio silencioso de sencillez, y su despedida, tan serena como su andar, no fue la excepción.

El 21 de abril, a los 88 años, falleció en la habitación 201 de la Casa Santa Marta, el lugar que eligió como hogar desde el inicio de su papado en 2013. Allí vivió más de una década, rodeado de lo esencial: una cama individual, una lámpara de lectura y un crucifijo. Sin lujos, sin vistas privilegiadas, sin más que lo necesario.

Desde el primer día, Francisco rechazó mudarse al Palacio Apostólico, con sus amplios salones y mobiliario fastuoso. Su elección fue una declaración de principios: vivir como uno más, lejos de privilegios, y lo cumplió con coherencia hasta su último suspiro.

“Necesitaba estar cerca de la gente”, contó Monseñor Guillermo Karcher, su amigo y compañero de camino.

En fotos: así era la humilde habitación 201 donde el papa Francisco pasó  sus últimos días - Diario Panorama Movil

Su rutina diaria era simple, casi monástica. Se despertaba a las 4:45 para rezar y celebrar misa. Leía los diarios en papel, escuchaba tangos de Gardel y evitaba las pantallas. Compartía el desayuno —y la vida— con sacerdotes y trabajadores, tomando café y yogur descremado en el comedor común. No necesitaba más.

Incluso su funeral reflejó esa misma sencillez. El velorio tuvo lugar en la capilla de la Casa Santa Marta, su casa. Su ataúd fue austero, sin ornamentos, tal como lo había querido. No hizo falta nada más para honrarlo: su legado habla por él.

El papa Francisco se despidió como vivió: con humildad, cercanía y un corazón lleno de amor por los demás.

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