¿Hugo del Carril murió envenenado? - Primera parte
En octubre del 2010, una bella mujer –genética total heredada de su padre- congeló el instante preciso en que me decía: "Mi viejo murió envenenado, quiero que me ayudes a investigarlo".
Por Jorge Boimvaser
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La dama en cuestión es Marcela Fontana, una de las hijas del mítico Hugo del Carril (Piero Bruno Hugo Fontana según su partida de nacimiento), quien al margen de su brillante carrera actoral, guionista y director de cine inmortalizó con su voz el canto político más movilizador de la historia argentina: La Marcha peronista.
El relato de Marcela Fontana –hija de Violeta, la primera mujer del actor- tiene tintes dramáticos, algunos mails enviados al autor de este informe (que guardamos bajo siete llaves) demuestran un estado de conmoción que aún perdura 20 años después de la muerte de su padre.
La historia oficial dice así: Hugo del Carril (30/11/1912) murió el 13 de agosto de 1989 a las 19,40 horas en el Instituto Cardiovascular de Buenos Aires a causa de una descompensación cardíaca.
Su hija –reside en Roma, Italia- cuenta que todo lo ocurrido esa tarde fue extraño por demás, y eso la lleva a sospechar que su padre murió de otra manera a lo que se dijo en su momento.
A grandes rasgos lo que nos contó la mujer fue lo siguiente. Hugo del Carril venía de soportar varios episodios cardíacos desde la muerte de su compañera, fallecida el 12 de abril de 1986. El 16 de enero de 1988 el actor-cantante ingresó a la sala de terapia intensiva del Hospital Privado de Mar del Plata con un complejo cuadro de infarto de miocardio. Su amigo y compañero de militancia el doctor Raúl Matera fue lacónico en ese momento. Dijo que la vida de Hugo del Carril estaba supeditada solo al funcionamiento de su corazón. Pero se recuperó y en septiembre de ese año se lo homenajeó en el Luna Park al cumplirse 50 años de su primera actuación.
Y aquí comienza el espeluznante relato de su hija. Un año después de aquel homenaje ya estaba en el gobierno Carlos Menem.
Hugo del Carril venía de sufrir una grave estafa con obras de arte en las que había invertido los dineros ganados en su vida artística. Vivía en la entonces calle Cangallo –Presidente Perón- a pocas cuadras del Congreso de la Nación. Una vivienda abarrotada de cuadros y otras obras de gran valor cultural y económico habían pasado de mano por la rapiña de algún estafador de turno.
"Mi viejo era muy confiado, creía en la gente y firmó papeles sin asesoramiento. De buenas a primeras toda su fortuna ganada en medio siglo de trabajo se esfumó", nos dijo Marcela Fontana.
Ya entrando en la zona densa del relato, prosigue. "El gobierno de Alfonsín le asignó un reconocimiento económico debido a la persecución y prohibiciones que acecharon sobre él las dictaduras militares. Cuando Menem asumió la Presidencia en julio de 1989 la situación económica de Hugo del Carril era resbaladiza, merced a la estafa sufrida con su patrimonio artístico. Sus recaídas eran frecuentes, el corazón débil enviaba señales de que no podía seguir soportando momentos ingratos".
La historia como nos fue relatada prosigue con algunos pasajes que identifican la personalidad de quien gobernaba la Argentina aquel aciago 1989.
Carlos Menem embelesado por la hija de Hugo del Carril la llamaba permanentemente, invitaciones por doquier (algún departamento en la zona de Las Cañitas que el riojano utilizaba para encuentros prohibidos fue testigo de varias huídas desesperadas de otras tantas mujeres que se sentían acosadas por el Jefe de Estado) y la bella mujer tratando de esquivar los embates pero sin dejar de reclamar que el gobierno justicialista le abonara a su padre el resarcimiento asignado por Raúl Alfonsín.
Una nueva mala pasada del corazón llevó al intérprete de la Marcha peronista a internarse en la clínica que justamente estaba a cargo del médico personal de Carlos Menem, el misterioso Alito Tfeli (hombre vinculado al traficante de armas ahora detenido en EEUU Monser Al Kassar y familiarizado con un dirigente del terrorista grupo Hezbollah, acusados de volar la AMIA en 1994).
Carlos Menem visitó a Hugo del Carril en la clínica de Alito Tfeli, el actor le reclamó la suma de reparación historia decretada por el gobierno de Alfonsín y el diálogo entre amigos peronistas se tensó en demasía.
"Tenés que esperar Huguito, no hay dinero en la caja, los radicales no nos dejaron ni un peso", justificaba Menem para no pagar lo que por ley le correspondía.
Hugo del Carril puso un plazo y si no recibía la reparación amenazaba brindar una conferencia de prensa en la misma sala donde se hallaba internado. Carlos Menem no estaba para recibir críticas ni reclamos públicos de una personalidad como la del actor y cantante, reconocido aún por los más acérrimos enemigos del peronismo.
Después, el final impensado que denuncia su hija. Que relataremos en nuestra próxima entrega.