Huérfanos haitianos convertidos en pintores y fotógrafos de su tragedia
Algunas fotos muestran rostros tristes, pero esperanzados, retratos de sus propias sombras o de sus pies sin destino, mientras en las pinturas predominan las casas, todo un símbolo para quienes han perdido a sus padres y quedaron solos.
La exposición de pinturas y fotografías tomadas por niños huérfanos de Haití, que se expone hasta el domingo en el Museo de Arte Contemporáneo de Miami (Moca), es una expresión de energía, color y anhelos de las víctimas más desamparadas del devastador terremoto de enero en ese país.
Para la exhibición se seleccionaron 37 fotos que niños de entre 6 y 13 años tomaron con cámaras descartables, y casi un centenar de pinturas en las que imaginaron de algún modo el futuro. "Les pedimos que pintaran el Haití de sus sueños", contó Inés Lozano, que junto a otros voluntarios de la organización humanitaria "Friends of the Orphans" viajaron a Haití en junio para realizar el proyecto con niños que desde el terremoto viven en campos de tiendas de campaña en Puerto Príncipe.
El resultado de la iniciativa es la muestra "A través de los ojos de un niño haitiano", que refleja las emociones y esperanzas de quienes perdieron todo, incluso la contención de sus padres, a causa del terremoto.
"Pese a la situación que viven son niños que demuestran una enorme alegría y creatividad", dijo Lozano, directora del colegio International Christian School (ICS), en Miami. "Muchos tenían una cámara de fotos por primera vez y disfrutaron mucho de eso", mencionó Boris Vázquez-Cordoves, un fotógrafo que integró el grupo de voluntarios y dio a los niños algunas nociones previas sobre fotografía, captación y composición de la imagen.
Los talleres de arte y fotografía, en los que participaron unos 500 niños, se integraron al programa "Angeles de Luz" que la organización Friends of the Orphans junto a entidades locales puso en marcha tras el sismo, y que prové cuidado, protección y asistencia a unos 1500 niños que viven en refugios en Puerto Príncipe y en un orfanato en Kenscoff, en el norte haitiano.
Antes del sismo del 12 de enero, que dejó unos 250.000 muertos y un millón de personas sin vivienda en Haití, unos 300.000 niños haitianos vivían en orfelinatos, abandonados o por muerte de sus padres. El número de huérfanos tuvo un enorme aumento con la tragedia y se hizo impreciso. Organizaciones internacionales intentan aún proteger a los pequeños haitianos que quedaron desamparados, muchos de los cuales son esclavizados o captados para el crimen por pandillas locales.
El terremoto en Haití provocó "la crisis más grave de protección de niños que se haya visto jamás", según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
Para la exhibición se seleccionaron 37 fotos que niños de entre 6 y 13 años tomaron con cámaras descartables, y casi un centenar de pinturas en las que imaginaron de algún modo el futuro. "Les pedimos que pintaran el Haití de sus sueños", contó Inés Lozano, que junto a otros voluntarios de la organización humanitaria "Friends of the Orphans" viajaron a Haití en junio para realizar el proyecto con niños que desde el terremoto viven en campos de tiendas de campaña en Puerto Príncipe.
El resultado de la iniciativa es la muestra "A través de los ojos de un niño haitiano", que refleja las emociones y esperanzas de quienes perdieron todo, incluso la contención de sus padres, a causa del terremoto.
"Pese a la situación que viven son niños que demuestran una enorme alegría y creatividad", dijo Lozano, directora del colegio International Christian School (ICS), en Miami. "Muchos tenían una cámara de fotos por primera vez y disfrutaron mucho de eso", mencionó Boris Vázquez-Cordoves, un fotógrafo que integró el grupo de voluntarios y dio a los niños algunas nociones previas sobre fotografía, captación y composición de la imagen.
Los talleres de arte y fotografía, en los que participaron unos 500 niños, se integraron al programa "Angeles de Luz" que la organización Friends of the Orphans junto a entidades locales puso en marcha tras el sismo, y que prové cuidado, protección y asistencia a unos 1500 niños que viven en refugios en Puerto Príncipe y en un orfanato en Kenscoff, en el norte haitiano.
Antes del sismo del 12 de enero, que dejó unos 250.000 muertos y un millón de personas sin vivienda en Haití, unos 300.000 niños haitianos vivían en orfelinatos, abandonados o por muerte de sus padres. El número de huérfanos tuvo un enorme aumento con la tragedia y se hizo impreciso. Organizaciones internacionales intentan aún proteger a los pequeños haitianos que quedaron desamparados, muchos de los cuales son esclavizados o captados para el crimen por pandillas locales.
El terremoto en Haití provocó "la crisis más grave de protección de niños que se haya visto jamás", según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).