Policiales
Horror en Córdoba: un hombre entró al gimnasio donde su hija daba clases, la mató de un balazo y se suicidó
El hecho ocurrió en La Carlota, en esa provincia argentina. La mujer tenía 48 años y su padre 75.
Todo es conmoción en la ciudad cordobesa de La Carlota, cabecera del departamento Juárez Celman. Es que un horroroso episodio tuvo lugar allí durante la noche del miércoles en un gimnasio del centro: allí, un hombre 75 años, en medio de una discusión, mató de un balazo a su hija, de 48, y luego se suicidó.
El hecho ocurrió en un local de fitness ubicado sobre la avenida San Martín al 400, donde la mujer, identificada como Eugenia Villarruel, madre de un hijo de 18 años, trabajaba como instructora de varias disciplinas físicas. Justamente, anoche había dado una clase de zumba antes de que su padre, Teodoro Villarruel, llegara al lugar.
De acuerdo a la hipótesis principal que maneja la Fiscalía de esa localidad, ubicada a unos 270 kilómetros de Córdoba capital, alrededor de las 21 del miércoles el agresor llegó hasta el gimnasio y empezó a discutir con la víctima.
Los primeros trascendidos indican que ambos tenían diferencias que se habrían profundizado en los últimos meses por cuestiones económicas. Según el medio local Puntal, el hombre era un conocido prestamista en la ciudad y en el último tiempo la hija también habría incursionado en esa actividad.
Al margen de ello, la mujer habría tenido una nueva pareja, con quien el supuesto homicida aparentemente no tenía una buena relación. Otra versión apunta a que el distanciamiento se originó debido al divorcio de Teodoro con la madre de Eugenia.
Lo cierto es que, en un determinado momento, vecinos de la zona escucharon detonaciones y, preocupados, llamaron al 911. Así, pocos minutos después, policías se presentaron en el lugar e ingresaron al gimnasio, que está situado al final de un pasillo. Al ingresar, hallaron al padre y a la hija tendidos en el suelo. Luego se constató que ambos ya habían fallecido.
Las pericias realizadas por los investigadores en la escena establecieron que Teodoro se había quitado la vida con el revólver calibre.22 que utilizó presuntamente para balear a la mujer. El arma fue secuestrada para ser peritada.
Posteriormente, los cuerpos de Teodoro y Eugenia fueron trasladados a la morgue del Hospital San Antonio de Padua, en la ciudad de Río Cuarto, para realizar las autopsias correspondientes. A la vez, los investigadores comenzaron a tomarle testimonio a familiares, amigos y vecinos de los Villarruel.
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