¿Homicidio o suicidio?: la grieta de las dos hipótesis sobre la muerte de Alberto Nisman
Netflix estrenó una serie sobre la extraña muerte del ex fiscal de la AMIA y revivió el debate sobre las causas del hecho.
El estreno de un documental de más de seis horas en Netflix reavivó la discusión sobre las causas de muerte del fiscal Alberto Nisman, un enigmático misterio sin resolver en la historia reciente de Argentina.
Sin dar una conclusión, el documental muestra que hay dos hipótesis fuertes y totalmente contradictorias acerca de la muerte del ex fiscal de la AMIA. Para la Justicia, se trató de un asesinato, mientras que para otros actores de la política se trató de un suicidio.
A principios de 2015, el fiscal se aprestaba a denunciar a la presidenta Cristina Kirchner y al canciller Héctor Timerman por encubrimiento de los autores, presuntamente agentes iraníes, del atentado contra la Asociación Mutual Israelita de Argentina (AMIA), que el 18 de julio de 1994 había causado la muerte a 85 personas. Nisman apareció muerto de madrugada, el 18 de enero, en el baño de su apartamento. Tenía un balazo en la cabeza. ¿Un suicidio? La Cámara Federal de Buenos Aires considera probado que fue un asesinato. Pero no hay sospechosos ni culpables. La investigación no avanza. Como el propio atentado de 1994, la muerte de Nisman sigue envuelta en oscuridad.
Para el gobierno de Israel, Alberto Nisman fue un héroe, un hombre que trató de hacer justicia y fue asesinado, probablemente, por los servicios secretos paralelos del kirchnerismo. Muchos lo creen. Otros muchos le consideran un villano, un evasor fiscal (tenía una cuenta oculta en Nueva York) que tras una dura discusión telefónica con su ex esposa empuñó una pistola y acabó con su vida. Hay argumentos de un lado y de otro.
Para el juez federal Julián Ercolini y para el fiscal Eduardo Taiano, Nisman fue asesinado en el 18 de enero de 2015 en el baño del departamento de Puerto Madero que alquilaba en la torre Le Parc. La idea del suicidio, para los investigadores, parece descartada.
Para la justicia, Diego Lagomarsino, el perito informático que trabajaba con Nisman en la Fiscalía especial del atentado a la AMIA, fue quien llevó el arma homicida y así formó parte de un plan criminal. Por su parte, cuatro custodios de Nisman fueron procesados por encubrimiento.
Pero a casi cinco años de la muerte del fiscal la causa tiene varias incógnitas, algunas de ellas centrales para sostener la hipótesis del crimen.
En principio, la hipótesis del asesinato no tiene sospechosos. Para avanzar los investigadores esperan dos resultados. Uno del análisis de las cámaras de seguridad de Le Parc. El trabajo busca determinar los "puntos ciegos" del lugar. El otro es el entrecruzamiento de cientos de llamados principalmente entre personas de inteligencia. La expectativa es que de allí pueda surgir información. Otro punto relevante es que no está constatado que otra persona haya ingresado al departamento de Nisman. La puerta principal estaba cerrada por dentro con una traba. Hay dudas sobre la puerta de servicio. El cerrajero dijo que no estaba con llave.
Tampoco se sabe si alguien mandó a matarlo. Los investigadores reconocen que "es lo más difícil". La principal sospecha está puesta en el mundo de la inteligencia y sobre allí recae un entrecruzamiento de llamados. Son miles de celulares que están siendo analizados. El trabajo tuvo un punto de partida con teléfonos de los agentes de inteligencia Antonio Stiuso – hombre fuerte de la ex SIDE y de estrecha relación con Nisman–, Fernando Pocino, el detenido ex jefe del Ejército César Milani, el entonces subjefe de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Martín Mena, quien era el titular de la Policía Bonaerense, Hugo Matzkin; y teléfonos a nombre del Club Boca Juniors, entre otras personas. De esa base se fue ampliando a nuevos celulares que el estudio va arrojando. Del entrecruzamiento no surge contenido de llamadas. Por eso tiene que dotarla de más información. Por ejemplo, analizar los teléfonos en relación a las antenas de la zona de Le Parc y obtener información sobre las personas involucradas. Para los investigadores en este trabajo se centran todas las expectativas de poder tener nuevas respuestas sobre la muerte de Nisman, aunque reconocen que es difícil.
El elemento central para que los investigadores concluyan que a Nisman lo mataron fue la pericia criminológica de Gendarmería. Ese estudio sostuvo que el fiscal fue asesinado por dos o tres personas. Pero ni el dictamen del fiscal Taiano ni el fallo del juez Ercolini indica cantidad de personas. Se limitan a señalar que se trató de un crimen sin especificar quienes pudieron intervenir. "Es prematuro hacerlo y para nosotros el informe de Gendarmería es contundente sobre la mecánica", señalan.
La Cámara Federal dijo que Nisman fue asesinado "en virtud de la denuncia que realizó como fiscal" por la firma del memorándum de entendimiento con Irán. Si se llega a dar con los autores materiales e intelectuales ese interrogante puede ser develado.
Los últimos días de Alberto Nisman
Nisman viajó a Londres con su hija Iara, de 15 años, el primer día de 2015. Su ex esposa, la juez federal Sandra Arroyo Delgado, y la otra hija, Kala, de 8 años, debían encontrarse con ellos en París el 23 de enero. Ese viaje era el regalo de cumpleaños para Iara. Pero una vez en Europa, Nisman supo que el gobierno había apartado a dos fiscales federales incómodos para Cristina Kirchner y no tuvo dudas de que él sería el siguiente. Pese a la reacción furiosa de su ex mujer, el fiscal decidió cancelar el resto del viaje y volvió a Buenos Aires desde Madrid. El día 14 de enero, antes de que pudieran retirarle el caso, presentó ante los tribunales una denuncia de 289 páginas contra la presidenta y varios de sus ministros. Faltaban las pruebas, que iban a adjuntarse, en 19 DVD, el lunes 19 de enero. Consistían, básicamente, en escuchas telefónicas. Ese mismo día, Nisman debía comparecer ante el Congreso (algo insólito para un fiscal) y explicar sus investigaciones.
El viernes, 16 de enero, Nisman fue entrevistado por la Agencia Judía de Noticias: "Ojalá todos los ciudadanos, los 40 millones, puedan escuchar y ver la prueba que tengo entre mis manos", dijo. El sábado 17, a las 8 de la tarde, el informático Diego Lagomarsino, entonces colaborador de Nisman y supuesto cómplice en una evasión de impuestos, hoy procesado como partícipe necesario en el asesinato, llevó a su jefe una vieja pistola que había heredado. Nisman quería un arma para protegerse. Cuando Lagomarsino abandonó el apartamento de Nisman en Puerto Madero, poco después de las 8, se fueron también los dos guardaespaldas que velaban por el investigador. Nisman murió unas seis horas después, sobre las 2 de la madrugada del domingo 18. Justo un día antes de presentar las pruebas.
Sus antiguos colaboradores afirman que Alberto Nisman estaba de buen ánimo y que el suicidio resulta impensable. En un libro muy discutido de reciente aparición, el periodista Pablo Duggan afirma que Nisman estaba en realidad hundido porque había recibido un whatsapp de su ex exposa (luego borrado) en el que ésta le amenazaba con no dejarle ver más a sus hijas. Duggan asegura que la auténtica conspiración consistió en hacer pasar por asesinato lo que fue un suicidio, para perjudicar a Cristina Kirchner. La ex presidenta, a su vez, dice "no tener pruebas pero tampoco dudas" de que fue un asesinato.
La primera fiscal que investigó el caso, Viviana Fein, tuvo una actuación catastrófica. Unas sesenta personas pasearon durante horas por la escena del crimen. Cualquier posible indicio fue destruido. Los escoltas limpiaron el arma con papel higiénico. Desaparecieron varios pendrives con documentación sobre el atentado contra la AMIA y sobre la supuesta conspiración de Kirchner con el gobierno iraní para, bajo el paraguas de un memorándum de entendimiento, encubrir a los autores. De las pruebas supuestamente abrumadoras que Nisman debía aportar a los tribunales nunca más se supo, pese a que las conocían varios de sus colaboradores. Las escuchas en que se basaba la acusación se han difundido y no aclaran gran cosa. La denuncia que presentó Nisman el 14 de enero de 2018 fue finalmente desestimada.
El 30 de diciembre de 2018 murió de cáncer el ex canciller Héctor Timerman, uno de los acusados por Nisman. La ex mujer de Nisman, la juez Arroyo Salgado, renunció también en diciembre a ser parte querellante en la causa por la muerte del fiscal, cansada de las amenazas contra ella y sus hijas. La madre de Nisman sigue asegurando que su hijo fue asesinado.
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