Homeopatía: la medicina imposible

Mucha gente afirma que la medicina científica -mal llamada "tradicional"- critica a la homeopatía por los intereses de los grandes laboratorios que fabrican remedios. Pero no tienen en cuenta que también existen los laboratorios homeopáticos, que embolsan millones. Los consultorios homeopáticos están llenos, hay farmacias especializadas en homeopatía y los "medicamentos" homeopáticos se venden a raudales.

De manera que no sirve de nada -excepto para impactar a la gente- insistir con un eslogan tan remanido como el que afirma que los que critican a la homeopatía son pagados por los grandes laboratorios de la medicina científica. Estos no son otra cosa que ataques ad hominem, es decir, contra las personas, pero no aportan ninguna evidencia sobre la eficacia de la homeopatía.

Origen de la homeopatía

Esta disciplina aparece a fines del siglo XVIII, de la mano de Samuel Hahnemann, médico alemán preocupado, según el psiquiatra Stephen Barret, "por el uso de sangrías, purgas, sanguijuelas y de otros procedimientos médicos que hacían más mal que bien". Esa era la verdadera "alopatía", que aplicaba procedimientos extremadamente invasivos, y que actualmente se confunde con la medicina científica.

Hoy, la alopatía no se practica más y ha quedado en el pasado, aunque sigue siendo caballito de batalla para que los homeópatas sigan confundiendo a la gente llamando "alopatía" a la medicina científica.

Las "leyes" básicas de la homeopatía

Una de las principales "leyes" de la homeopatía deriva precisamente de su nombre: homeopatía proviene de "homeo" (similar) y "pathos" (enfermedad), y afirma que lo similar cura a lo similar. Esto significa que aquellas sustancias que producen una enfermedad, pueden usarse para tratar esa enfermedad, lo cual va en contra del sentido común y de toda la biología, física y química conocidas hasta el momento.

Una cosa son las vacunas -que sí tienen base científica y consisten en la administración de antígenos para que el organismo forme anticuerpos- y otra cosa los remedios homeopáticos. Además, las vacunas serían completamente inefectivas si se dieran en dosis diluidas como los "remedios" homeopáticos. Decir que lo similar cura lo similar es como decir que la diabetes se cura con azúcar y no con insulina.

Lo que Hahnemann quería evitar eran los efectos tóxicos de los medicamentos y de ahí derivó otra "ley" que se llama "ley" de los infinitesimales". Básicamente afirma que los medicamentos homeopáticos son sustancias que se diluyen -generalmente en agua- una y otra vez hasta que prácticamente no queda nada de la droga activa en la solución final, de manera que lo que el paciente termina tomando no contiene nada activo.

Digamos que diluimos un miligramo de una determinada droga en un recipiente con agua que contiene de 9 a 99 veces la capacidad de la droga que diluimos. Luego de lo que se llama "sucusión" -agitar vigorosamente la solución- tomamos un miligramo de esa solución y volvemos a diluirlo en un recipiente con agua, del mismo tamaño. El procedimiento se llega a repetir tantas veces, que en la solución final no queda nada que pueda actuar sobre el organismo. Lo curioso es que los homeópatas afirman que ¡cuanto más diluida esté la solución, más poderosa es! Si aceptáramos esto, deberíamos tirar a la basura toda la química y la física que conocemos hasta hoy.

Dice Barret, en su artículo publicado en la revista The Skeptical Inquirer, llamado "La homeopatía ¿es medicina?":

"Como indica el informe de un comité especial del Parlamento Australiano (1977): 'Para cada droga existe una clara relación dosis-respuesta de manera que a mayor dosis mayor efecto... No existe un solo ejemplo en toda el área farmacológica en que la simple dilución produzca un aumento de la respuesta así como la dilución de un colorante no puede producir un mayor teñido, ni colocando menos azúcar se consigue aumentar la dulzura'".

Las diluciones de 1 a 100 se designan, de acuerdo con lo que afirma el informe de Stephen Barret, con el número romano X, esto es 1X = 1/10, 2X =1/100, 3X = 1/1.000, 6X = 1/1.000.000. La mayor parte de los "medicamentos" homeopáticos oscilan entre 6X y 30X. Con diluciones tan extremas, no queda nada de la sustancia activa original. Y esto lo aceptaba el propio Hanhemann, o sea que no es invento de los críticos de la homeopatía.

La opinión científica

Los científicos afirman que la homeopatía parece funcionar debido al reconocido "efecto placebo". Este efecto es bien conocido en medicina y psicología, y básicamente consiste en lograr un efecto paliativo al hacer que una persona ingiera una pastilla de azúcar o cualquier sustancia inocua, en lugar de un verdadero medicamento. Y de hecho, muchas personas experimentan una mejoría pasajera cuando ingieren algo que NO es efectivo, aunque ellas creen que sí lo es. De esta manera, la sugestión juega un rol fundamental, sobre todo en las enfermedades psicosomáticas, donde las emociones y el estado anímico influyen sobre el cuerpo.

Pero en los casos extremos, la homeopatía -por arte de magia- deja de funcionar. ¿Qué puede hacer la homeopatía para salvar a una persona que acaba de ser atropellada y tiene las piernas quebradas, hemorragias internas y conmoción cerebral? Nada. Absolutamente nada. ¿Como atienden los homeópatas a una persona recién infartada? Fácil: llaman a la ambulancia para que la lleven a un centro donde se practica la medicina científica.

Más allá de estos datos que los homeópatas ignoran -a sabiendas o no- los laboratorios homeopáticos venden una gran variedad de "medicamentos" para varios tipos de enfermedades o trastornos como la gripe, herpes, cansancio, artritis, etc. Hay que decir que una gripe o un resfrío pueden remitir sin tratamiento alguno, igual que el cansancio -que puede deberse al estrés o al exceso de trabajo y falta de sueño.

Los médicos consultados por Barret, en la investigación que llevó al artículo mencionado creen que "tal sistema de medicina (la homeopatía) encierra un peligro potencial, ya sea que las recetas provengan de médicos o de curanderos. Las drogas ineficaces son peligrosas cuando se usan para tratar enfermedades graves. Además, la automedicación puede ser azarosa. Usarlas para dolencias terminales o dolores no diagnosticados, en lugar de obtener la atención médica apropiada, podría ser peligroso, y aun fatal". Sin duda, una conclusión para tener seriamente en cuenta.

La ausencia de pruebas

La falta de evidencia de la eficacia de los medicamentos homeopáticos hace que las investigaciones sobre homeopatía las hagan los científicos y otros grupos de investigadores. Los homeópatas son reticentes a hacer investigaciones científicas, y las pocas que se han hecho, sobre todo la famosa sobre "la memoria del agua", han sido repetidos sin dar el resultado positivo que aparentemente había producido la primera investigación.

Martin Gardner, investigador y crítico de lo paranormal escribió en su momento: "¿Cómo explican los homeópatas la supuesta potencia de las dosis infinitesimales, incluso cuando la dilución hace desaparecer todas las moléculas de una droga? Ellos invocan vibraciones misteriosas, resonancia, campos de fuerza, o radiación, totalmente desconocidos para la ciencia". 

Como nota de color, en varios países, incluida la Argentina, varios grupos se reúnen para realizar el "suicidio homeopático", evento en el cual los participantes toman sobredosis de varios "medicamentos" homeopáticos que los harían morir al instante. Los resultados están a la vista: luego de varias horas, todos los participantes siguen vivos, cuando a lo mejor se tomaron 30 o 40 pastillas homeopáticas para dormir. Si uno hace lo mismo con cualquier somnífero producido por la medicina científica, seguramente moriría si no es rescatado a tiempo. De hecho, todos los días escuchamos noticias sobre personas que mueren debido a una intoxicación con diversos sedantes e hipnóticos.

James Randi, director de la Fundación James Randi para la Educación, ha sido una de las personas que más ha difundido información sobre la homeopatía, con videos muy ilustrativos, dos de los cuales te mostramos aquí.