Hombre Araña, en la cárcel
El director del servicio penitenciario de Villa Devoto se disfrazó de superhéroe para participar de un festival de rock y música popular realizado para los presos y sus familiares.
Sorpresivo, insólito y hasta paradójico. Un Hombre Araña típico de aquellos que se encuentran en los trencitos para entretener a las familias apareció ni más ni menos que en una cárcel. Así es. Este superhéroe se metió el sábado 30 de junio en el patio penal de Devoto y, cumpliendo su labor, hizo reír a los hijos de 300 reclusos, se sacó fotos, repartió globos y bailó al ritmo de Los Parraleños."Apostamos a la inclusión. Es importante permitirle a la persona que está privada de su libertad expresarse y estar alegre, porque eso baja la conflictividad y el nivel de violencia", sostuvo Spiderman.
Pero, ¿Quién estaba debajo de la máscara arácnida? Víctor Hortel, director del Servicio Penitenciario Federal (SPF). Esta no es la primera vez que Hortel rompe las tradicionales estructuras del área. Desde que asumió en su cargo, en abril del año pasado, el jefe del SPF asiste a las actividades culturales y recreativas que promueve para los reclusos que trabajan y estudian, único requisito exigido por las autoridades para los participantes. Juega al vóley con las mujeres de Ezeiza y al fútbol con los hombres, toca el redoblante en la murga de Marcos Paz -asiste a los ensayos-, se acopla a los grupos de cumbia en los festivales e incluso llegó a llevar a sus dos hijos al carnaval organizado en Marcos Paz este año, donde se divirtieron los reclusos y los agentes del Servicio Penitenciario, con sus respectivas familias.
"El preso sólo está privado de su libertad ambulatoria. No hay por qué privarlo de las actividades culturales ni del arte", suele explicar a sus colaboradores, que cuentan que, en este tiempo de gestión, se ganó el respeto de los presos con su estilo informal.
Hortel tiene 49 años, es abogado penalista, vive en La Plata, es fanático de Estudiantes y tiene habilidad para tocar el saxo. Llegó al SPF proveniente de la Secretaría de Derechos Humanos -también dependiente del Ministerio de Justicia-, apadrinado por el CELS y por el juez de la Suprema Corte Eugenio Zaffaroni, se reconoce como un ferviente militante K y desde su traje de Hombre Araña se enorgullece contando que el 70 por ciento de los reclusos del SPF trabaja y estudia.
Pero, ¿Quién estaba debajo de la máscara arácnida? Víctor Hortel, director del Servicio Penitenciario Federal (SPF). Esta no es la primera vez que Hortel rompe las tradicionales estructuras del área. Desde que asumió en su cargo, en abril del año pasado, el jefe del SPF asiste a las actividades culturales y recreativas que promueve para los reclusos que trabajan y estudian, único requisito exigido por las autoridades para los participantes. Juega al vóley con las mujeres de Ezeiza y al fútbol con los hombres, toca el redoblante en la murga de Marcos Paz -asiste a los ensayos-, se acopla a los grupos de cumbia en los festivales e incluso llegó a llevar a sus dos hijos al carnaval organizado en Marcos Paz este año, donde se divirtieron los reclusos y los agentes del Servicio Penitenciario, con sus respectivas familias.
"El preso sólo está privado de su libertad ambulatoria. No hay por qué privarlo de las actividades culturales ni del arte", suele explicar a sus colaboradores, que cuentan que, en este tiempo de gestión, se ganó el respeto de los presos con su estilo informal.
Hortel tiene 49 años, es abogado penalista, vive en La Plata, es fanático de Estudiantes y tiene habilidad para tocar el saxo. Llegó al SPF proveniente de la Secretaría de Derechos Humanos -también dependiente del Ministerio de Justicia-, apadrinado por el CELS y por el juez de la Suprema Corte Eugenio Zaffaroni, se reconoce como un ferviente militante K y desde su traje de Hombre Araña se enorgullece contando que el 70 por ciento de los reclusos del SPF trabaja y estudia.