Historias de Malvinas: el soldado británico que se amigó con el argentino que bombardeó su buque
Weston, conocido y admirado en todo el Reino Unido, forjó una amistad con el teniente primero Carlos Cachón.
El soldado galés Simon Weston, uno de los pocos supervivientes del bombardeo argentino contra el barco británico Sir Galahad en 1982, cerca de Bahía Agradable, en las islas Malvinas durante la Guerra con Gran Bretaña, dijo que continúan siendo "muy buenos amigos" con piloto que bombardeó su buque.
Convertido en un héroe nacional, Weston sufrió graves quemaduras y tuvo que someterse a más de setenta operaciones para que le reconstruyeran su rostro calcinado, tras el ataque el ataque con misiles argentinos al barco británico donde murieron 22 personas.
Weston, forjó una amistad con el militar argentino que bombardeó su nave, el teniente primero Carlos Cachón, de quien dijo sigue siendo muy amigo.
El soldado llegó a ser conocido y admirado en todo el Reino Unido tras su posterior recuperación por el extenso trabajo de caridad que realiza día a día. También ha escrito varios libros y ha presentado un programa de radio.
Afirmó que no siente "ningún odio por el piloto que los bombardeó, que ha estado con él desde entonces y siguen siendo muy buenos amigos.
"Compartimos una fracción de segundo en el tiempo. Nuestros países estaban en guerra y depués de haber hablado con él, me dijo que no sabía que había tanta gente en el barco. Este chico llevaba el uniforme de su país y era muy bueno en su trabajo", contó el soldado británico a la revista local Radio Times.
"No deberíamos haber estado en el Sir Galahad cuando fue bombardeado. Hubo una lista de desastres, pero eso es la guerra. El Teniente Coronel Rickett, comandante del barco, vive con tristeza lo sucedido, porque eran sus chicos", recordó.
Agregó que estaba desesperado por sacarnos, pero las cosas fueron mal, "he hablado con él sobre eso un par de veces y es difícil ver a un hombre adulto que respeto con lágrimas en los ojos", contó Weston.
Relató que él comandante del barco estaba perdido y que en realidad no tenía ningún control de la situación.
Weston recordó que el Sir Galahad estaba amarrado, preparado ya para descargar su carga, pero antes de que pudiera comenzar esta operación fue atacado.
"Escuché el rugir de los motores y como los aviones pasaron. Hubo un estallido en la sala de máquinas, y el comienzo de mi propia Hiroshima personal', expresó.
Las llamas envolvieron rápidamente al soldado así como a muchos de sus camaradas y amigos.
Weston relató que lo que continuó fue una de las escenas más dolorosas y desgarradoras que vivió y recuerda haber visto también a soldados que fueron mutilados.
"El barco ardía en llamas, un asfixiante humo negro envolvió la zona, y escuché las voces de los soldados que conocía, eran amigos que estaban llorando en busca de ayuda y murieron en un dolor inimaginable", se lamentó.
Weston sufrió que quemaduras de tercer grado en un 40% de su cuerpo, logró escapar de las llamas corriendo por el barco hasta llegar a una marina que lo dirigió a una cubierta superior, donde fue rescatado por un helicóptero que lo levantó y lo llevó a un centro médico improvisado a cinco minutos de Bahía Ayax, un establecimiento de las islas Malvinas, situado en proximidades del cerro Campito, frente al asentamiento de San Carlos.
Weston, quien está presentando un documental de la BBC sobre el Museo Imperial de la Guerra,
dijo a la revista que él no quería ser "conocido" por la guerra, sino por lo que hacía con su vida después.
"Me paso mucho tiempo dando charlas motivacionales. Entiendo todo lo que hay que saber acerca de la duda. Durante mucho tiempo estuve deprimido y sufriendo terriblemente el trastorno de estrés postraumático.
"Pero me di cuenta que lo mejor que uno puede hacer en la vida es creer en lo que eres y tener confianza. Mientras haces las cosas bien y tratas de vivir la vida de la manera correcta, tienes una oportunidad", consideró.
Weston, fue elegido además por los espectadores del programa "The One Show" de la BBC, como el británico más merecedor de tener un retrato colgado en la National Portrait Gallery, uno de los museos más famosos de Londres.