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Hipocresía sobre derechos humanos

La ofensiva de Muammar Kadafi sobre su población, incluso la desarmada, puso al descubierto la hipocresía de numerosos organismos de derechos humanos y la utilización política del tema por parte del kirchnerismo.

Como reflejo de las movilizaciones de Túnez, Egipto y otros países árabes, un importante sector de la población libia se alzó contra el régimen de Kadafi en reclamo de libertad. Inmediatamente, la fuerzas del dictador atacaron a civiles desarmadas provocando, cuando menos centenares de muertos y luego prosiguieron su ofensiva sobre los rebeldes. La liberación de algunas ciudades libias permitió conocer numerosos testimonios de las atrocidades cometidas por el régimen durante década, lo cual incluye la desaparición de miles de personas.

A pesar de estas comprobaciones, los organismos de los derechos humanos de la Argentina, así como muchas personalidades que suelen embanderarse con la defensa de los mismos han mantenido un silencio cómplice con la dictadura kadafista, a la que muchos han identificado durante mucho tiempo como un bastión de "justicia social" y "antiimperialismo".

Sin ir más lejos, en su visita a Libia en 2008, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner calificó al dictador como un "militante" que, al igual que ella, se opone al "status quo" y que cree "en una sociedad más justa y equitativa".

Baste recordar, para evaluar estas afirmaciones, que el régimen libio carece de Constitución, Parlamento, partidos políticos, organizaciones de la sociedad civil y justicia independiente, y que el poder ha sido ejercido en forma personalista y represiva por Kadafi y puesto al servicio del enriquecimiento de su familia y amigos.

La complacencia oficial con el dictador apenas se modificó en la actualidad ya que, en la reciente reunión del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, el Gobierno argentino expresó su preocupación por la situación libia e hizo votos para una solución pacífica, pero se negó a mencionar explícitamente a Kadafi y eludió condenar sus atrocidades.

Las atrocidades de Kadafi contra su población pusieron de manifiesto la hipocresía de organismos de derechos humanos y la manipulación política que el Gobierno hace del tema.