Hipertensión Pulmonar, el diagnóstico precoz es clave para los pacientes
La detección temprana y nuevos tratamientos pueden mejorar significativamente la sobrevida de quienes que la padecen.
La Hipertensión arterial pulmonar (HAP) es una enfermedad poco frecuente, en algunos casos con base genética. Con una prevalencia baja, suele presentarse en 15 casos cada millón de habitantes, pero puede ocasionar peligro de muerte o invalidez crónica. Su principal síntoma es la disnea (fatiga o falta de aire), en distintas situaciones de la vida cotidiana, en las etapas más avanzadas de la enfermedad puede presentarse dolor torácico y síncope (pérdida de conocimiento).
El proceso de diagnóstico de esta enfermedad debe ser exhaustivo y no se deben obviar pruebas, dado que el objetivo final es descartar que exista alguna causa de hipertensión arterial pulmonar que tenga un tratamiento específico que permita incluso llegar a curarla, como es el caso de la enfermedad tromboembólica crónica o algunos tipos de cardiopatías congénitas. Por tanto debe existir un proceso ordenado de diagnóstico supervisado por un médico neumonólogo o un cardiólogo con conocimientos en este tema.
La HAP se define por el aumento de la presión en las arterias que llevan la sangre del corazón a los pulmones. Se considera que existe HAP cuando la presión media en la arteria pulmonar (PAPm) es igual o superior a 25 mmHg en reposo, o a 30 mmHg durante la realización de ejercicio.
En relación al diagnóstico y tratamiento de la hipertensión arterial pulmonar se ha logrado una mejoría significativa en la supervivencia y calidad de vida de los afectados, especialmente en el tratamiento con la aparición de nuevos medicamentos con diferentes mecanismos de acción.
La consulta precoz y la detección temprana mejoran el pronóstico de la enfermedad. Las metas del tratamiento para pacientes con hipertensión pulmonar consisten en controlar la causa fundamental, sea esta primaria o secundaria, reducir los síntomas y mejorar la calidad de vida. También se deben implementar medidas preventivas como una alimentación sana baja en sodio, vacunación antigripal y desarrollar una actividad física supervisada.
Asesoró Dr. Domingo Julián Ciruzzi (M.N. 60168), Médico especialista en Neumonología, Coordinador de la Sección Circulación Pulmonar de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria.