"Hay muchos falsos profetas en el arte"
Por Liliana Morelli* Artista plástico y director teatral argentino-italiano, promueve un intercambio creativo entre ambos países. Siqueiros, el adversario.
Barba casi de algodón, ojos mansos pero insobornables y un llamativo anillo –con piedra de una pirámide de Teotihuacan–, Silvio Benedetto es una especie de tótem y mantiene su demoledora creatividad intacta. Porteño, residente en Italia desde 1960 –tras ganar la Bienal Panamericana de Arte Sacro–, su permanente indagación de los lenguajes expresivos lo llevó a rotar por la pintura, el muralismo, la escultura, la poesía y el teatro. Trabajó con Siqueiros y difundió el arte latinoamericano en su galería romana, frecuentada por Castagnino, Berni, Urruchúa, Alonso, Sabato, Álvaro Yunque, Alberti, Mercedes Sosa y otros.
Definido como "el último de los grandes muralistas", creador del Teatro de departamentos, es alma máter y director de los Itinerarios Artísticos del Parque nacional delle Cinque Terre (Patrimonio de la Humanidad por la Unesco) en Liguria. Su último chiche: la asociación cultural "La vía del mare", que invita a exponentes de la actividad cultural argentina a desarrollar tareas en equipo con creadores de Cinque Terre. Genéticamente marcado por el arte (abuelo, padres, hermano y un tío eran pintores y fotógrafos), la tradición se trasladó a su hija Flavia, artista plástica.
Noticias: ¿Es bueno o malo nacer con un destino tan ineludible?
Silvio Benedetto: Casi ni me di cuenta, distinto sería si hubiera sido impuesto. Era una atmósfera lúdica, de placer creativo, así que fue bueno: no tengo culpa ni mérito (sonríe).
Noticias: Y se las arregló para mantener un espíritu renacentista.
Benedetto: Habría que agradecérselo a la Argentina, me gusta trabajar en equipo y esa era la tendencia en los ’50. En la escuela nos agrupaban como vasos comunicantes, no en búsquedas individuales. La Academia de Bellas Artes era interdisciplinaria, había algo de cine, de fotos, de química, no era dibujo y basta. Europa era más sectaria, unilateral.
Noticias: Se fue por un mes y se quedó para siempre. ¿Ahora intenta unir los dos pedazos de su biografía?
Benedetto: Sí, es como si me hubiera llevado las raíces a Italia, donde trabajé con artistas y autores argentinos, produje seminarios sobre tango, siempre estuve vinculado. Ahora quiero juntar la tierra de los abuelos inmigrantes con la Argentina que llevo adentro.
Noticias: ¿Se fue por motivos ideológicos?
Benedetto: Me fui para estudiar arte, después siempre hubo inconvenientes para volver. La cultura, el librepensamiento, los intelectuales, el arte, molestaban. Lo que mandaba la oficialidad a Europa como discusión cultural no reflejaba la realidad del país, todo era muy superficial. La dictadura estaba muy presente en Europa, con gente que colaboraba.
Antes de irse estudió teatro, retrató a artistas como Xavier Cugat, Duke Ellington, Mecha Ortiz, Luis Arata y fue precursor de la gigantografía ("hacía fotos para los teatros con el sentido del muralismo: creía que debían tener relación con el contexto, los autos, la calle"). A los 21 años bajó del barco en Génova, y cuando leyó en el diario: "En Cinque Terre, la fiesta de los pintores", y abajo: "pescado y vino gratis", enfiló hacia los cinco pueblos de La Spezia, bañados por el mar de Liguria. "Fui con mi carpetita, no mencioné `pescado gratis´ (risas). Cinque Terre es chiquito, con casas verticales sobre los acantilados. Son muy localistas, pero fueron muy simpáticos y el lugar me atrapó".
Ya instalado en Roma, su galería y centro de arte Due Mondi recibió a la vanguardia latinoamericana. "La oficialidad del arte prefería el abstracto; un Alonso era mala palabra por su contenido, un Castagnino `atrasaba´ por figurativo, en cambio los críticos lo apreciaban.
Conmigo fueron benévolos, mi primera muestra se centró en los mineros en Jujuy. El tema social es aceptado y fagocitado con gusto cuando el minero muerto de hambre es una realidad lejana. Del muralismo mexicano exaltaban `el dolor de las madres´, sin ahondar por qué mataron a esos hijos".
Noticias: ¿Siquieros lo invitó a México?
Benedetto: Yo era de los pocos que hacía cuadros de 4 o 5 metros, le gustaron y me invitó con otros pintores a trabajar a su taller en Cuernavaca (lo llamaba "la tallera", como si fuera una mujer). Tenía 70 y pico y nosotros 24, 25 años, nos daba sus dibujos y los pintábamos en grande, luego le daba unidad estilística. Después peleamos mucho, él y Guayasamín no eran lo que parecía. Grandes pintores, pero sus ideales políticos y sociales se quedaban en palabras, yo tenía otra visión y no aceptaba imposiciones, los diarios me llamaron "el adversario de Siqueiros".
En Cuernavaca quedaron más de 70 obras, entre pinturas, mosaicos y esculturas, reunidas en el Museo Silvio Benedetto. Un mural suyo, "Progreso y violencia", con otros de Diego Rivera, Siqueiros, Orozco y Flores fueron hechos para un complejo holelero, que se vendió para levantar un centro comercial. "García Márquez escribió una proclama a la Unesco por esta pérdida para la humanidad", apunta. Los ’80 lo encontraron en Sicilia, dejando su huella en plazas, monumentos de bronce y una vasta obra de murales, como "Terra e fuoco" (24 paneles de cerámica sobre La Illíada) y el "Valle delle Pietre dipinti" (110 bloques de mármol travertino policromos sobre La Divina Comedia) en Agrigento. "El alcalde me propuso hacer un parque literario; Dante ya ilustró La Divina Comedia, entonces le busqué una impronta más mediterránea. Me gustaría hacer el Quijote, son páginas de piedra, como si algún día no hubiera más libros". Otro Museo Silvio Benedetto, éste en el Parque Botánico y Geológico Gole Alcántara, contiene obras desde 1950 a la fecha.
Una vida tan intensa cosechó ricas amistades, como el dramaturgo Darío Fo y el escritor Rafael Alberti, auténticos encuentros generacionales: "Uno era viejo y el otro joven, uno famoso, otro no. Alberti escribió sobre mí y llegaba a la galería quejándose de la caca de los perros: `En este sitio no se puede caminar´ Luego escribió la poesía, "Roma, peligro para caminantes" (ríe). Yo puse en escena su pieza teatral "Noche de guerra en el Museo del Prado", donde las obras de arte eran guardadas en el sótano y de noche las Meninas salían del cuadro".
Su abuelo siciliano, fotógrafo del presidente Alvear y de las cantantes del Colón, despertó su fervor por el teatro. "Tengo una colección de fotos suyas increíble, probando en mamá pelucas y ropas de ópera". Fue en Buenos Aires donde concibió el Teatro de departamentos, convencido de que los lugares cotidianos pueden ser teatrales, usando luces, movimiento, canto. "En México hice teatro en casas derrumbadas. En Italia y Francia tuvo mucho éxito".
Noticias: ¿Se retroalimentan el teatro y la plástica?
Benedetto: Si, llegué a pensar que mi pintura era muy teatral, con muchos personajes, como si pusiera actores en escena. Y en teatro me gustan ciertas imágenes, cierta luz, muy plásticas. Pero es bueno, si no se me va la mano (ríe).
Lo que empezó con la fiesta de los artistas y pescado gratis en Cinque Terrre derivó en una oferta de turismo cultural, que incluye festivales de teatro, esculturas, mosaicos, instalaciones y murales. "Mi misión es cuidar la coherencia de estilo de esos itinerarios y que los habitantes sientan la pertenencia", explica Benedetto. Y desembocó finalmente en "La vía del mare", una asociación que promueve el intercambio de gente con ideas y proyectos innovadores entre Italia y la Argentina. "Así como los inmigrantes atravesaron el océano con ilusiones, coraje y temor, queremos que esa `vía del mar´ movilice mentes, estimule procesos creativos en el arte, teatro, documentales o cuidado del medio ambiente".
Noticias: ¿Cómo se implementa ese intercambio?
Benedetto: Está abierto a artistas, sociólogos, ambientalistas, geólogos e investigadores que trabajen en profundidad temas como la inmigración o el cuidado del planeta (www.laviadelmare-incontrocon.blogspot.com). Hay gente que vale mucho y no tiene visibilidad, ya recibimos arquitectos argentinos con trabajos muy interesantes. Los cultivos en terraza cerca de Tilcara son iguales a los de Cinque Terre, las salinas italianas de Marsala y las Salinas Grandes de Jujuy y Salta pueden investigarse en paralelo o inspirar un video, por ejemplo.
Noticias: ¿El artista debe ser disruptivo, incómodo, aún en un mundo de tanta inestabilidad y zozobra?
Benedetto: Debe ser un hombre de su tiempo, una esponja –si no es buen técnico, pero no un creador–. Cuando la Unión Soviética hacía tremendos cuadros de propaganda, un pintor abstracto era provocador. Hoy existen instalaciones conceptualmente buenas, pero también muchas pavadas, y cosas figurativas horribles. Todo está invadido, confundido por la política o los negocios. Tal vez el coraje de ser conservador –en el sentido de salvaguardar, preservar– hoy es la vanguardia. Salen falsos profetas, se miente mucho.
Noticias: Maestro, ¿su vida amorosa también ha sido exuberante?
Benedetto: Con Silvia (Lotti, pintora y ceramista) hace once años que estamos juntos, vivimos en Roma en un quinto piso y Luisa, mi primera mujer, también artista, en el sexto, somos muy amigos. Con la segunda, Olga, actriz y muralista, seguimos haciendo teatro. Parece raro, pero me resulta natural, construimos muchas cosas juntos.
Noticias: Lo que Dios no perdona, según el Dante, es la falta de pasión. Sospecho que usted está completamente absuelto.
Benedetto: (risotada) Sí, creo que sí.