Hay confianza, por ahora
* Por Fernando García Soto. Las dudas sobre qué hacer con el dinero crecen de manera exponencial a medida de que se acerca el proceso electoral de fines de octubre, cuando la Argentina definirá las autoridades que comandarán los destinos del país los próximos cuatro años.
-Quiero ver si me puedo comprar un terrenito para construir alguna vez la que será mi casa, pero necesito saber cuál es la mejor forma de ahorrar.
-No ahorres ni en pesos ni en plazos fijos, porque perderías buena parte de tu capital con la inflación, y lo pondrías también en riesgo frente a la posibilidad de que se decida una devaluación de la moneda.
-Uhhh, y entonces, ¿qué hago?
-Esa es la cuestión...
Las dudas sobre qué hacer con el dinero crecen de manera exponencial a medida de que se acerca el proceso electoral de fines de octubre, cuando la Argentina definirá las autoridades que comandarán los destinos del país los próximos cuatro años. El Gobierno pretende llevar tranquilidad a los inversores, al asegurar que no se cambiará el rumbo económico actual y que no está prevista una depreciación del peso, pero los mercados toman sus propios recaudos. El jueves, el peso argentino se mantuvo en niveles mínimos ante la persistente demanda privada de dólares, en una plaza que se mostró contenida por la intervención del Banco Central que vendió dólares para equilibrar la liquidez del sistema. Operadores estimaron que la entidad monetaria se habría desprendido de unos U$S 50 millones de sus reservas, al tiempo que pactó negocios en la plazas de futuros. Según informes de operadores de Buenos Aires, el Banco Central ha vendido en agosto alrededor de U$S 700 millones para sostener el mercado. Esta actitud le permitió al BCRA compensar la escasa oferta de divisas registrada en los últimos días, aunque también intervino en menor medida el Banco Nación.
"Tenemos un mercado comprador de dólares, con inversores decididos a pagar lo que sea para cubrir sus posiciones. Todo indica que el dólar seguirá subiendo", dijo por estos días un operador de cambios.
Los mercados advierten que el gobierno que sea electo este año tendrá que enfrentar un contexto internacional adverso con tasa de crecimiento menores que las acostumbradas. Aunque los funcionarios nacionales insisten en que la Argentina está "blindada" frente a los problemas originados en países del Primer Mundo, como Estados Unidos y los miembros de la Unión Europea, hay convencimiento de que la crisis redundará en una caída del crecimiento económico mundial, lo que a su vez terminará afectando las economías emergentes. El economista Claudio Zuchovicky, que visitó Tucumán la semana pasada para disertar en el Colegio de Abogados, fue contundente: los efectos que la crisis internacional tengan en China y en Brasil podrían ser trasladados a la Argentina, que orienta buena parte de sus exportaciones hacia esos países, en un contexto de aislamiento de los mercados voluntarios de crédito. Tucumán podría tener un problema añadido, ya que la mayor parte de las ventas externas de limón se destinan a la Unión Europea, el bloque que mayores inquietudes genera.
Una preocupación persistente es que se produzca una recesión a nivel mundial, que conllevaría una fuerte presión de productos importados en el mercado nacional. Por lo pronto, trascendió que las proyecciones económicas actualizadas del FMI, que se difundirán esta semana, no contemplan una contracción global de la economía. Sin embargo, el subdirector gerente del FMI, John Lipsky, adelantó que los riesgos de una recesión mundial "han crecido".
La gente es observadora privilegiada de sucesos mundiales jamás vistos, y se preocupa por poner a salvo lo poco o mucho que pueda juntar. Por ahora confía en que la situación no se saldrá de madre en la Argentina. Sólo por ahora.
Redacción LA GACETA
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