Has recorrido un largo camino muchacha: la historia contada en perspectiva de mujer
Hoy los invitamos a una visita guiada en la cual la verdad de la historia se ajusta el corset. Se trata de un recorrido por los sucesos menos conocidos de mujeres extraordinarias que pagaron un alto precio por la búsqueda de igualdad de oportunidades, que fueron mano de obra barata o que fueron reducidas a meros fantasmas del pasado.
Un grupo independiente de promoción del patrimonio histórico lleva adelante un fantástico proyecto cultural en el Complejo Histórico Santa Felicitas.
La Iglesia del mismo nombre, la ex Quinta Álzaga donde fue asesinada Felicitas Guerrero (hoy Plaza Colombia), el antiguo Oratorio, el colegio, los Túneles de 1893 y el Templo Escondido -que nunca fue consagrado como espacio sacro- conforman el escenario perfecto para el despliegue de leyendas.
Este espacio se convirtió en museo gracias a la iniciativa de Ellen Hendi quien, desde hace más de dos décadas, se dedica a revisionar las industrias y oficios, a reflexionar sobre la incidencia de la inmigración, a mostrar la arqueología barrial y también repensar el rol de la mujer en la historia.
Los claustros, el templo y el viejo comedor están conectados por túneles subterráneos de 1893 son toda una reliquia de la arquitectura porteña y que pueden ser recorridos en visitas guiadas que se realizan el último fin de semana de cada mes.
Asimismo, Hendi adelanta que el próximo sábado 18 de Junio a las 16.00 hs. se realizará una visita guiada “con foco en las mujeres presentes en la historia pero ausentes en los libros” que incluirá una degustación de licor histórico, prueba de corset y miriñaque y jugosas historias sobre mujeres tan únicas como ignoradas.
“Se trata de relatos sobre mujeres inmigrantes y el problema de la trata de blancas de principios del 1900, mujeres industriales, mujeres con historias censuradas para conformar modelos morales, como Alicia Moreau de Justo, que tuvo dos amantes”, agrega.
Cuestión de género
En la recorrida, se podrán apreciar reproducciones de vestidos usados por Felicitas Guerrero que fueron elaborados por el Museo del Traje. Entre ellos se destaca una copia del vestido de luto y del vestido de novia.
Cabe recordar que la boda de Felicitas fue decidida por su padre, contra su voluntad. La legislación española vigente en Argentina hasta 1889, establecía que la potestad para entregar en matrimonio a las hijas pertenecía al padre, bajo pena de ser encerrada o desheredada. Luego de la boda, el esposo obtenía el control sobre ella.
Debajo del vestido
La moda femenina entre 1850 y 1870 imponía talle estrecho y falda amplia. La cintura se afinaba con un corset. La pollera ancha se lograba atando a la cintura una estructura tipo jaula formada por aros de metal y cintas. Y los calzones estaban abiertos en la entrepierna para usar cómodamente la bacinilla.
Las obreras
Otro de los atractivos de esta visita son los objetos y las fotografías que muestran a jóvenes obreras en ambientes laborales tóxicos. Cabe recordar que las mujeres y niñas eran muy buscadas para trabajar en hilanderías y fosforeras porque tenían manos mas delicadas y porque se les pagaba menos que a los hombres.
La fabricación de fósforos comenzó en 1860 en nuestro país. Fue una industria insalubre. A las obreras de estas fábricas se las conocía como las “briqueteras”, del lunfardo “briqué” (fósforo), a su vez del vocablo “briccetto” (fósforo en genovés). La primera gran huelga de 1906 fue iniciada por obreras de esta industria para mejorar las condiciones de trabajo.
La Hesperidina y la viuda de Bagley
Un momento esperado en este encuentro de mujeres es la degustación de la Hesperidina. Fue la Marca Registrada N° 1, creada en 1864 por Melville Bagley, un norteamericano que trabajaba en la farmacia de "La Estrella" ubicada en Defensa y Alsina.Allí, utilizando las naranjas de una vieja quinta ubicada en Bernal, creó una bebida. En principio fue anunciada como tónico curativo y digestivo pero pronto se habló de ella en todo Buenos Aires. Incluso, se aceptó socialmente que las mujeres lo bebieran en público, algo casi inaudito para la época.
En 1875 comenzó a fabricar las galletitas Lola, promocionadas como saludables. Los médicos la recetaban a los pacientes de los hospitales. Por ese motivo, cuando moría alguno, decían “ese no quiere más Lola”.
Cuando muere Melville Bagley, se hace cargo de la dirección de la empresa su mujer. Viuda y con ocho hijos, apenas un año después, manda a construir la nueva fábrica de Barracas.
Doña Petrona, la cocina y el gas
Petrona Carrizo de Gandulfo se presentó en 1928 a un llamado de la Compañía Primitiva de Gas de Buenos Aires para integrar un equipo de ecónomas que promovieran el uso del gas en la cocina. Sin saberlo, dio inicio a una carrera espectacular que la llevaría a ser “Doña Petrona”, un ícono de nuestra cocina y pionera en la difusión del arte culinario en radio y televisión. En 1934 publica un libro con tres mil recetas que fue tan leído como el Martín Fierro. Lo mas curioso es que allí enseñaba desde cómo deshuesar un pollo hasta como planchar bien el mantel para agasajar al esposo. Durante años, fue el regalo de bodas obligado para toda mujer que aspirara a ser una buena ama de casa y dicen que en nuestro país, vendió mas ejemplares que la Biblia.
Para reservar: visitasguiadas@santafelicitasmuseo.org.ar
Dejá tu comentario