Hamburguesas-caca: solución para la falta de alimentos
La crisis global por la escasez de alimentos es un problema muy serio, aunque un profesor piensa que su última invención puede ayudar: comida artificial basada en los minerales del excremento humano.
El investigador japonés, profesor Ikeda, del laboratorio de Okayama dice que su país tiene una cantidad de aguas cloacales que ya no puede manejar, así que desde Tokio le pidieron que explore su posible uso. Conociendo la extraña naturaleza de muchos científicos japoneses, no sorprendió que Ikeda viniera con una hamburguesa de caca. Es que durante su investigación descubrió que las aguas cloacales contenían un montón de proteínas, así que comenzó a desarrollar un procedimiento para extraer esas valiosas proteínas y transformarlas en un sustituto de la comida.
Las aguas cloacales tienen muchas proteínas porque están llenas de bacterias, la mayoría de las cuales provienen de los excrementos humanos. Sin embargo, estos microorganismos son inofensivos porque el calor del proceso de manufactura sencillamente los mata. De acuerdo a las pruebas iniciales, la comida artificial tiene el sabor de un bife, gracias a un agregado de proteína de soja, e Ikeda le agregó un colorante rojo para darle un aspecto más natural.
En términos de valor nutritivo la hamburguesa-caca no suena nada mal: 63% de proteínas, 25% de hidratos de carbono y 9% de minerales. La cuestión es no imaginarte lo que estás comiendo.
Las aguas cloacales tienen muchas proteínas porque están llenas de bacterias, la mayoría de las cuales provienen de los excrementos humanos. Sin embargo, estos microorganismos son inofensivos porque el calor del proceso de manufactura sencillamente los mata. De acuerdo a las pruebas iniciales, la comida artificial tiene el sabor de un bife, gracias a un agregado de proteína de soja, e Ikeda le agregó un colorante rojo para darle un aspecto más natural.
En términos de valor nutritivo la hamburguesa-caca no suena nada mal: 63% de proteínas, 25% de hidratos de carbono y 9% de minerales. La cuestión es no imaginarte lo que estás comiendo.