Hamacarse en el abismo
Desde ya te lo advertimos: no es para impresionables. Sin embargo muchos intrépidos se animan.
Se le llama "Hamacarse hasta el Fin del Mundo" y puede significar literalmente el final de tu vida, ya que esta atracción en las montañas de Ecuador permite a los buscadores de adrenalina hamacarse sobre un abismo sin medidas de seguridad.
Subiendo el tramo desde Bellavista hasta el borde de Baños, Ecuador, alcanzás un panorama y una estación de monitoreo sísmico llamada La Casa del Árbol. Como el nombre lo sugiere es una pequeña casa construida sobre un árbol, al borde del cañón. Vale la pena hacer el viaje para observar la vista desde arriba, aunque para los adictos a la adrenalina, La Casa del Árbol ofrece un bonus extra: una hamaca sobre el precipicio.
Créase o no muchas de las personas que concurren allí, usan esas hamacas para ver lo que es columpiarse en el vacío, e Internet está llena de fotos escalofriantes de estos intrépidos hamacándose sobre el abismo.
Supuestamente es una gran forma de mantenerte entretenido cuando las nubes bloquean el volcán Tungurahua. Aunque el hecho de pensar que una de las tiras de metal que sostienen la hamaca se puede romper, te pone los pelos de punta.