Hacinamiento y exclusión urbanas

El marcado déficit de viviendas que se registra en el país está agravado por la ausencia de una estrategia que promueva la retención y radicación de pobladores en áreas diferentes a los grandes centros urbanos, en base a programas productivos focalizados.

Uno de cada tres habitantes del país vive en la Ciudad de Buenos Aires y sus alrededores, según los primeros datos provisorios del censo 2010. Y esta misma zona es receptora de migrantes de zonas rurales del país y de los países limítrofes, los cuales se han establecido en villas y asentamientos de diferente tipo. Por esta tendencia, en la Ciudad, desde 2001 ha crecido en un 50% la población de las villas, llegando a unos 150 mil habitantes.

De este modo, en nuestro extenso país la población aparece concentrada en un puñado de centros urbanos, en los cuales crecen problemas como la ocupación ilegal de terrenos, el hacinamiento de un creciente sector de la población y las carencias de infraestructura y servicios públicos básicos en esas zonas.

Tanto, entonces, la ausencia de políticas públicas de construcción de viviendas acordes con las necesidades que se presentan en la sociedad, como la falta de incentivos para retener u orientar la radicación de habitantes en zonas que no registran la gran densidad poblacional de los principales centros urbanos, son señales de cegueras gubernamentales de larga data.

El Estado, sin dirección planificada en aspectos básicos, no promueve un desarrollo equilibrado en el país, y esto se expresa en las concentraciones poblaciones y de oportunidades económico-laborales en las grandes ciudades y sus alrededores. Esta comprometedora omisión debe repararse a través de medidas que faciliten radicaciones asociadas a planes focalizados de capacitación e inserción laboral y productiva para los sectores excluidos y marginados que componen el grueso de la población de los asentamientos y villas, además de sostener planes de vivienda que progresivamente resuelvan el extendido problema del hacinamiento por la falta de viviendas.

Ante el déficit de viviendas y la exclusión social urbana se requieren políticas públicas que sostengan planes focalizados de emprendimientos productivos y edificación de casas.