Hace 15 años, Boca llegaba a la cima del mundo ganándole al Real Madrid en Japón
Con una enorme virtud del delantero Martín Palermo y la exquisitez de Juan Román Riquelme, el Xeneize conquistaba la segunda Intercontinental de su historia.
Hace 15 años, un martes a las 7.10 de la mañana de Argentina, 19.10 en Japón, en el estadio Nacional de Tokio, Boca comenzaba a soñar. Enfrente tenía a los grandiosos jugadores merengues: Iker Casillas, Roberto Carlos, Luis Figo y Raúl. Pero al parecer, eso no le daba miedo al conjunto de la Ribera.
Desde el arranque, los Xeneizes golpearon rápido. Un error en la defensa de Geremy lo dejó a Anibal Matellán mandar un pelotazo de 60 metros que caería en los pies de Marcelo Delgado, quien velozmente notó como Martín Palermo avanzaba, y no dudó en enviarle un centro, al corazón del area, para que el "Loco" marcara el primer gol de Boca.
Los jugadores del Real Madrid anonadados se miraban entre ellos, no lo podían creer. Mientras esas miradas se cruzaban, Palermo daba la vuelta por detrás del arco para abrazarse con el "Chelo" Delgado, mientras Sebastián Battaglia, Juan Román Riquelme, Mauricio Serna y José Basualdo se sumaban al festejo.
No se demoró mucho en aparecer el 10: Juan Román Riquelme. En plena zona defensiva el "Torero" tuvo la pelota en sus pies, y fueron 6 los segundos desde que Román envió un pase de 70 metros hasta que Palermo tomó la pelota, se sacó de encima a Makelele y convirtirtió el segundo gol que, sin saberlo, sería el sello del campeón del mundo.
Rápidamente descontó el maestro Roberto Carlos pero eso fue todo lo que supo hacer el campeón de la UEFA Champions League, frente a un Boca que venía animado tras ganar un edición de la Copa Libertadores particular: el Xeneize había eliminado a River, su clásico rival en cuartos de final.
Fue el 28 de noviembre de 2000 que Boca se coronó como el máximo equipo del mundo, con Carlos Bianchi como director técnico. Esta fue la segunda conquista Intercontinental de los Xeniezes tras el título obtenido en 1977 pero no sería el último, porque tres años después repetiría la misma consagración venciendo al Milan por penales.
Síntesis del partido: