Habló el hermano de Fernando Pérez Algaba, el empresario descuartizado: “No somos narcos ni ladrones”
El cuerpo del hombre fue encontrado dentro de una valija por un grupo de nenes que jugaban cerca del arroyo del Rey, en Ingeniero Budge. La Justicia sospecha que se trató de un ajuste de cuentas.
Fernando “Lechuga” Pérez Algaba, un empresario de 40 años que se dedicaba a la venta de autos de alta gama, fue encontrado descuartizado y dentro de una valija por un grupo de nenes que estaban jugando fútbol cerca del arroyo del Rey, en Ingeniero Budge, partido de Lomas de Zamora.
Este miércoles, el hermano de la víctima habló con “Telenoche” (El Trece), pidió que se haga justicia, aseguró que el fallecido “no era un narco” y que lo mataron para robarle.
“Mi hermano no era ningún mafioso ni estafador. Fue a buscar un dinero y, para mí, lo siguieron y lo mataron por plata. Encima con una brutalidad terrible. El que hizo esto debe ser un sanguinario”, expresó Rodolfo Pérez Algaba.
Fernando era conocido por su buen pasar económico y sus viajes al exterior. Consultado sobre cómo se ganaba la vida, el hermano contó: “Él era repartidor de pizzas y fue productor de turismo de viajes de egresados. Una vez yo le regalé el primer ciclomotor, pero cuando falleció mi papá cobró una plata y se compró un auto. Después lo revendió y así comenzó. Pero esas estupideces que dicen sobre una deuda, no creo que haya sido así. Él no era narcotraficante”.
“Fernando viajaba, tenía amigos en Estados Unidos. Yo creo que, como este país está destruido y los negocios no funcionan, quería irse a otro lado a surgir. Habrá querido tener un negocio afuera”, agregó.
“No somos narcos ni ladrones. Hoy por hoy, lo que me interesa es saber es qué pasó y quién fue”, remarcó.
Rodolfo lanzó una hipótesis sobre el posible móvil del crimen. “Él había comprado un terreno, no recuerdo si era La Reja. Iban a emprender unas construcciones ahí con un socio. Tenía que ir a buscar un dinero, creo que para los albañiles, y después no sé qué pasó”, sostuvo.
El hermano de la víctima se presentó en la morgue y le mostraron las fotos de los restos del empresario. El hombre de 40 años fue reconocido por el tatuaje de su perro que tenía en una mano.
El hecho fue descubierto el domingo, cuando un grupo de chicos se toparon con una valija abandonada. Al abrirla, descubrieron que estaban los restos de una persona, puntualmente brazos y piernas.
En la maleta apareció también documentación de una familia, por lo que el fiscal de la causa, Marcelo Domínguez (UFI 5), ordenó el allanamiento de la vivienda de esas personas. Reconocieron la valija como propia, pero aseguraron que se las había robado Nicole Chamorro, una mujer trans, que está demorada.
Al día siguiente, la policía realizó allanamientos en uno de los domicilios donde vivía la única sospechosa por el crimen. Si bien no hay ninguna prueba contundente que relacione directamente a la joven como partícipe del homicidio, la Justicia sospecha que se trataría de un ajuste de cuentas.
Fernando Pérez Algaba siempre estuvo ligado a los negocios. Empezó a trabajar como vendedor de sándwiches a los 14 años y terminó invirtiendo en criptomonedas y en la bolsa.
Fanático de los vehículos de alta gama, Pérez Algaba comenzó su vida laboral a los 14 años cuando se dedicó a vender sándwiches en remiserías y a los dos años ya trabajaba como repartidor de pizzas en su barrio. Hasta cumplir la mayoría de edad pasó por varios trabajos: pancherías, heladerías, restaurantes, pizzerías y hasta un taller de motos.
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