Había cámaras de última generación dentro de la capilla del convento donde José López iba a esconder los U$S 9 millones
Los dispositivos instalados en el monasterio también están en el ojo de la Justicia. La red de filmaciones tenía hasta tecnología infrarroja.
Las bóvedas encontradas en el convento donde José López quiso esconder los U$S 9 millones no representan el único enigma del caso. Es que las cámaras dispuestas en el interior de la capilla tenían un nivel muy avanzado para la escueta función que debían cumplir.
Según La Nación, el convento tenía dos sistemas de filmación diferentes. Uno operado por un grabador de video digital (DVR), que será analizado por peritos científicos, y que, a diferencia de las cámaras de seguridad corrientes, el contenido captado puede ser editado.
El otro sistema era de cámaras de seguridad de tecnología infrarroja con la que se podía trabajar de forma remota y desde dispositivos móviles. Estos dispositivos fueron alineados en las galerías del convento de manera que pudieran filmar cualquier movimiento que se realice hacia la zona de las bóvedas.
"No sabemos si las cámaras que están ahí conectadas tienen alguna supervisión remota", dijo el ministro de Seguridad bonaerense, Cristian Ritondo.
El hallazgo de las tres supuestas bóvedas incrementó el misterio que rodea al predio religioso. La presencia de tantos funcionarios públicos, como la visita de autos de alta gama, las nuevas medidas de seguridad con un cerco perimetral de alambre de púa, pusieron un manto de sospecha en torno al monasterio. Y las modernas cámaras de vigilancia oscurecen la situación.