Gustavo Cordera da la cara
* Por Sebastian Ramos. El músico habla del regreso de su ex banda y de su nuevo viaje musical junto a La Caravana Mágica.
Dice que está aliviado, liberado y también un poco triste por el regreso de Bersuit sin él. En marzo de este año las pintadas de "Bersuit Vuelve" irrumpieron en las calles de Buenos Aires y, pocos días después, se dio a conocer que el retorno del grupo a los escenarios luego de dos años de impasse sería sin su cantante y referente carismático. "Para que más o menos sepas cómo me siento, te tengo que hablar en distintos planos", sugiere.
Gustavo Cordera está sentado a metros nomás de la mesa donde, dos meses atrás, se definió el futuro de su banda de toda la vida. "Nos juntamos ahí, con Juan (Subirá), Carlitos (Martin) y Pepe (Céspedes)", comenta antes de que la moza interrumpa y él pida algo para almorzar, en el cálido restaurante de San Telmo: "Para mí, unas torrejas de pescado con vegetales y puré de papas y espinaca, con una limonada con jengibre" (no siempre la comida que pide un artista dice algo de él, pero en este caso, conociendo a este carnívoro animal de escenario desde hace más de veinte años, la orden gastronómica de por sí sola ya habla de grandes cambios, internos y externos).
Ahora sí, entonces, retoma: "Estuvimos charlando sobre el regreso de Bersuit y les propuse primero limpiar la relación entre nosotros, construir de a poco un retorno para 2012, pero bueno, entendí también que no hayan podido esperar e inmediatamente les dije que iba a facilitar eso, que no me iba a interponer, porque ellos necesitaban que yo firmara un montón de cosas legales, sesión de mis derechos, etcétera".
-¿Y cómo te sentiste cuando dijeron "Okey, seguimos sin vos"?
-En un plano espiritual, para decirlo de cierta forma, siento que esta perspectiva y este espacio de no estar juntos va a servir para que cada uno sea consciente del lugar que ocupaba en el grupo y del lugar que ocupaba en la relación. Es un vínculo que se fatigó, que llegó a su fin y que puede transformarse en algo muy copado, siempre y cuando seamos conscientes de nosotros mismos; de hacer un trabajo de verdad, limpiando la relación. Eso era vital, porque reunirnos por dinero, teniendo problemas entre nosotros, es una careteada que no quiero atravesar. Se paga muy caro eso, el alma se enchastra. Y en el plano sentimental, me produce una enorme tristeza, un gran dolor, el que ellos no me hayan reconocido como un Bersuit y puedan salir a tocar como Bersuit sin mí. Realmente me produce mucho dolor. así lo sentí en ese momento, pero ahora ya no porque ese dolor lo dejé ser, lo reconocí dentro mío y ya fue, ya salió. O sea, yo no le pondría Bersuit a una banda en la que esté yo y no estén ellos.
-¿La separación tuvo que ver con cuestiones de dinero?
-No, el dinero no se interpuso entre nosotros. Todo esto tiene más que ver con el miedo a emprender un nuevo viaje. Miedo a perder y a desapegarse de lo que construiste, del lugar que tenés, de ser reconocido por tus familiares, por tu esposa, por tus hijos, por la gente. Uno sostiene una familia, es un tipo apto y proveedor. Perder eso para un hombre es muy doloroso, y el miedo a perderlo hace que continúes en una situación, a pesar de que vos la estés pasando como el ojete. ¡La estábamos pasando muy mal! Yo no te voy a estar contando intimidades ni detalles de lo que estaba pasando porque yo amo a esa gente, son mis hermanos y por respeto a sus almas y a sus vidas hace dos años que estoy en silencio y voy a seguir estándolo siempre con respecto a las intimidades. Pero todos la estábamos pasando muy mal y continuábamos porque teníamos éxito, nada más. La guita es otro tema y forma parte del miedo, de lo más temerario, cuando uno se pone miserable y el arte empieza a perder su fuerza. La música tiene más que ver con el juego que con las necesidades económicas. Si no podés encontrar tu espacio interior para poder jugar y para poder divertirte sin que te afecten las necesidades económicas que tenés, es muy difícil que puedas hacer arte. Lo que ocurrió con Bersuit fue que ya no era suficiente el éxito ni el dinero para sostener algo que carecía de arte.
De caravana
Cordera perdió peso pero no las mañas, y si bien su tendencia al monólogo se ha desacelerado, su gusto por hablar sigue intacto, aunque ya no intente ser la persona más desagradable del barrio ni necesite ofender o atacar al otro sin parar, como en tiempos de rebeldía al palo.
"Emprendí otro viaje, empecé de cero una vez más y recuperé la alegría -dice Cordera-, volví a respirar, a sentirme fresco, libre. De alguna forma, la llegada de los músicos con los que formamos La Caravana Mágica me trajo una alegría que había perdido: volver a estar en la calle. Bersuit no me dejaba, yo no me permitía ese lugar dentro de Bersuit, porque Bersuit era muy grande, había llegado a un lugar donde la estructura era realmente muy pesada. En cuanto paré con la banda, empecé a hacer serenatas, a tocar a la gorra, y eso fue el alimento de este proyecto.
-En el segundo disco de esta etapa, La caravana mágica , se te nota más suelto que en el primero, que, paradójicamente, se llamó Suelto ... ¿Estás más seguro ahora de lo que buscás musicalmente?
-Es cierto que este disco es más libre que el primero y para mí representa un poco el anhelo que tengo desde hace muchos años: que la música sea un evento mágico. Está lleno de magia, de improvisación, de señales que iban bajando en lo musical, en las relaciones, en los vínculos. Empecé a trabajar con personas que tienen un grado de conciencia muy interesante: Juanito El Cantor, El Chávez, Soema Montenegro, los chicos de La Paloma, los chicos del Oeste, las chicas del coro, son como sectores de mucha sensibilidad, de mucha luz, y como no tenemos ningún objetivo ni ninguna ambición, estamos siempre creciendo, despegando cosas nuevas, siempre sorprendiéndonos, y esto todavía no tiene techo, está recién empezando. Antes eran tipos que tocaban para Cordera, ahora somos tipos que formamos una cooperativa... en serio. Se fundó hace dos meses, estamos resolviendo los estatutos para que cada uno tenga una responsabilidad en el lugar que ocupa y eso tiene una fuerza muy grande también.
-¿Cómo fue la participación de Palito Ortega en el tema "No es que sea viejo"? Años atrás el encuentro hubiera sido impensable.
-No sé si es tan así, pero no se dio antes y por algo habrá sido. La cuestión es que antes de terminar el disco el sonidista "Colo" Parvex me sugirió grabar unas cosas en el estudio de Palito, donde él trabaja como técnico, y cuando fuimos nos vino a visitar. Lo saludé muy respetuoso y se quedó escuchando como dos horas en un momento hizo unas confesiones muy íntimas, se desnudó ante nosotros, con todo lo que eso significa, porque hay que ser muy valiente para hacerlo, y nos quedamos un poco consternados. Después de eso dice: "Bueno, no los quiero joder más, si algún día necesitan una vocecita.". Enseguida lo miré a El Chávez y le pregunté: "¿Tenés tiempo ahora?". Escuchó la canción y se emocionó y puso la voz de primera toma, lo único que no le salió las tres veces es la palabra mamá y nos pusimos a llorar, porque nos dimos cuenta de que había algo ahí. Después supimos que él fue abandonado por su mamá a los 11 años. Fue muy fuerte y una demostración de que la música puede unir almas discursiva e ideológicamente opuestas.