Guillermina Valdes: "Más que empresaria, me siento una emprendedora"
Feliz y enamorada de Marcelo Tinelli, cuenta cómo se enfocó en su trabajo y logró concretar el sueño.
Nota extraída de revista Gente
Lo primero que llevaron al departamento de Demaría al 4700 -donde desde el miércoles pasado funciona el showroom de Valdez fueron un mate y una pava eléctrica. También hay una cafetera, pero nunca la sacaron de la caja: las horas de charla y catarsis creativa, entre bocetos y retazos de cuero, las pasaron cebando. Guillermina Valdés (35) y su amigo y socio, Fabián Paz (38), ultimaron todos los detalles para la apertura -las bolsas y el papel de seda con la marca escrita en letras doradas; en cuál de las mesas de exhibición (conseguidas en mercados de pulgas) se servirá el catering; cuándo les entregan las computadoras; si tendrán a tiempo todos los zapatos- en un ida y vuelta de mate constante. Los amigos y proveedores que llegan, invariablemente elogian la ecléctica colección ya expuesta sobre el mueble ubicado en el centro del loft, de dos plantas y enormes ventanales, cuya decoración, sin excesos, invita a poner el foco justamente en los veinte modelos de zapatos y seis de carteras de cuero, gamuza, reptil y charol en negro, colorado, fucsia, azul francia, algunos con vivos, tachitas y hebillas en dorado. El mismo lugar en el que tienen puesto el foco ellos. "Hace meses que lo primero que miramos de la gente son los pies", aseguran.
A las cinco de la tarde llegan del colegio Paloma (10) y Helena (7), las hijas de Guillermina y Sebastián Ortega.
Dante (13), el mayor, fue a la casa de un amigo. Están contentas; se las nota involucradas en el proyecto de su mamá. "Paloma, que calza 36, fue nuestro modelo de pie", cuenta Paz. "Mis hijos me acompañan, listan acá, participan, y Fabián hace de tío. Por ahí me preguntan: '¡Por qué van a vender en un departamento en vez de poner un local en un shopping?'. Para mí está buenísimo que vean el proceso y tengan la experiencia de un trabajo que fue muy de a poco y a pulmón".
-Decís que fue a pulmón, y seguro habrá quienes asocien el lanzamiento de tu marca de zapatos a tu reconciliación con Marcelo Tinelli (52), o se preguntarán si él los ayudó.
Guillermina: Ya no me ofendo ni me enojo. No puedo defenderme de los comentarios de los que no saben. No habría nada de malo en que nos hubiera ayudado, pero no es el caso. Nosotros estamos muy tranquilos con este proyecto, en el que venimos trabajando desde hace más de un año, con mucho esfuerzo y dedicación.
Fabián: Somos socios 50 y 50. Los dos hacemos todo. Y desde el día uno tuvimos una madrina que nos ayudó a bajar el proyecto a tierra, que es Julieta Spina (N. de la R: amiga de los dos desde sus tiempos de modelos). El papá de Julieta, Ricardo, nos dio una mano con todo el plan de negocios, y su mamá, Irene, se sumó como inversionista.
El resto de la plata que necesitábamos para poner en marcha Valdez la conseguimos por medio de un crédito que pedimos en un banco.
-Pero en el transcurso de ese año, Guillermina pasó de tener un perfil relativamente bajo a un nivel de exposición pública altísimo. ¿Cómo influyó? Guillermina: No reniego de eso. Uno es consciente, y lo estamos viviendo ahora con el interés que hay por lo que estamos haciendo. Pero tampoco nos agarramos de eso: queríamos un producto que fuera más allá de mi imagen.
Fabián: Y lo tenemos en diseño y calidad. Valdez es Guille: tiene que ver con su estilo y ella inspira y baja a la tierra cada uno de los modelos. Son zapatos atemporales, algo retro, muy eclécticos. Están pensados para una mujer como ella, que trabaja, tiene tres hijos y no puede estar con tacos de quince centímetros en la puerta del colegio.
-¿Cómo es la dinámica de trabajo entre los dos? Guillermina: Nos conocemos mucho, y los dos estamos en la moda desde hace muchos años. Fabián es el diseñador (trabaja también para otras marcas muy conocidas, y para grandes nombres como Pablo Ramírez y Nadine Zlotogora) y dibuja. A mí me gusta jugar con las texturas, los colores, investigar. Miro mucho; voy tratando de transar entre lo que me gusta, lo que me parece cómodo, lo que me pondría y lo que otras mujeres pueden querer.
Fabián: Somos una dupla creativa, en la que los dos nos decimos todo lo que pensamos. Ella me baja un poco, porque a veces yo soy más barroco... Este es un desafío para los dos, y los dos lo tomamos con la misma responsabilidad.
Eso también es importante.
-¿Fue difícil pasar de ser amigos a ser socios?
Guillermina: Se fue dando de una manera muy natural. Coincidió con todo el proceso de mi separación.
Fabián fue la persona que más cerca de mí estuvo en un año de muchas emociones. Nos divertimos juntos, nos gastamos, tenemos un humor muy ácido los dos...
Más que mi socio ha sido un gran compañero, en las buenas y en las malas.
Fabián: Muchas veces los zapatos fueron una excusa...
Guillermina: ...¡para sentarnos a hablar dos horas de lo que me pasaba! -Y en el camino te convertiste en empresaria.
Guillermina: No me puedo hacer cargo de esa palabra. Empresaria se nace, y yo no tengo esa cabeza. Me siento mucho más una emprendedora. Eso sí tiene que ver conmigo, con alguien a quien le costó llegar pero avanza, decide, elige. Por mucho tiempo no lo hice, y hoy sí. Por eso esto es un desafío, en todo sentido.
-Es muy simbólico que para avanzar hayas decidido hacer zapatos.
Guillermina: Es muy lindo. Porque siento que representan la marcha, el andar, el decidir. Me gusta ser actriz y modelo, pero son carreras en las que dependes de otro, de que te llamen, que te elijan. Acá no dependo de nadie, y me encanta. Por otro lado es muy loco, porque nunca me gustaron mis pies. Son feos, grandes... ¡Calzo 40, un bote! Y aunque siempre me fascinaron los zapatos, por ahí decía "son divinos, pero no para mí".
-¿Tenes otros proyectos como actriz y modelo?
Guilermina: Como actriz me encantaría... Y como modelo estoy con varias campañas, como Class Life y Urb, para Jumbo, pero sobre todo muy enfocada en Valdez (cuya campaña también protagonizó, claro).
-La última vez que te entrevisté, este verano, me dijiste que quizá te I animaras a una participación en el Bailando...
Fabián: ¡Pregúntame a mí! Yo soy el que está evaluando si baila. Depende de a qué canal vaya Marcelo... (risas).
-Ya que hablamos de Marcelo, ¿les gustaría hacerle zapatos? Fabián: ¡Obvio! Le encanta vestirse bien, y le gustan particularmente los zapatos. Siempre tiene algo que marca la diferencia. En la próxima temporada vamos a hacer de hombre, así que Marcelo también tendrá sus Valdez.
-¿Qué opina él de tu faceta de emprendedora?
Guillermina: El me potencia en lo bueno. Quiere que crezca y me acompaña y ayuda, no con la plata, sino energéticamente. Me apoya como hombre. Descubrí que me hace mucho bien. Entonces, Paloma, atenta a la charla, interrumpe: "Pero má, ¡te vas a cansar!".
Y Guillermina cuenta en voz baja: "Lo dice porque nos estarnos dando besos todo el tiempo". Y la nena insiste, entre risas, quizá porque nunca antes la había visto tan cariñosa con una pareja.
"En lodo caso se va a cansar él -concede Guillermina-. Si soy yo la que le está encima siempre... Bah, los dos, qué sé yo... Por ahora dice que le gusta
Novio presente
Marcelo Tinelli fue uno de los primeros en llegar al lanzamiento de Valdez. "Quería acompañarla y estar en este momento tan importante para ella. Hablamos ayer a la noche y estaba un poco nervioso", porque su familia tuvo Dottlcelll por cuarenta años.
Creo que los diseños de Guille estarían buenos para sumar al local de Mica, Ginebra...
Ya le dije que podría poner un exhibidor", siguió Marcelo, que se pasó todo el evento mimando a su novia, charlando con su amigo Fede Rivero y jugando con los hijos de Guillermina -Dante, Paloma y Helena-, con quienes tiene una excelente relación. "Helena siempre se le cuelga, lo adora", aseguró Valdés, quien atraviesa su mejor momento.