Griselda Siciliani "Me divierte jugar a hacer lo prohibido"

No sólo integra el exitoso equipo de Los únicos -que vemos cada noche en El Trece y se presenta en teatro, sino que acaba de sumarse como invitada a ¡Babooshka! Canciones de mujer, el show de Carlos Casella en el Maipo Kabaret, donde explota otras facetas de su talento, las relacionadas a la música y la sensualidad. ¿Su fanático número uno desde la platea? Obvio, Adrián Suar.

Son las 5:30 AM. Suena el despertador.

6:05. Sale de su casa. 7:00. Se empieza a preparar para grabar Los únicos. 18:30.
Final y regreso a casa. Esa es la rutina diaria de Griselda Siciliani, o María (como la llaman eufóricamente por la calle los fanáticos de la tira). Salvo los viernes, sábados y domingos, cuando se presenta con el elenco del mismo programa en el teatro Opera Citi. Lo que se dice una chica ocupada a la que no le falta trabajo... Pero no sólo eso: le sobran propuestas.

Entre ellas, una a la que no pudo negarse: la del cantante, bailarín y coreógrafo Carlos Casella, quien la convocó para participar como invitada de su show i Babooshka! Canciones de mujer en el escenario del Maipo Kabaret. "Estaré cuando Carlos me llame", asegura ella sobre el futuro, aunque se sabe que tiene previsto seguir un par de viernes más, con repertorio de tres canciones (No me vuelvo a enamorar, Vivir así y Soy lo prohibido), y una platea que no querrá perdérsela, desde las 23:30 y hasta las 2:30, como no se la quisieron perder el último viernes Adrián Suar -no paró de ovacionarla-, Julio Chávez, Carla Peterson y los "únicos" Julieta Zylberberg y Nico Vázquez con su novia Gimena Accardi. Un respiro al final, y la siguiente entrevista con GENTE:

-Grabas la tira, hacés teatro y ahora cantás con Casella.

¿Cómo te da la energía? -Me invitó y vo vine feliz. Trabajar con Carlos es una hermosura.

El fue uno de los maestros de danza contemporánea más importantes que tuve, y también me dirigió en Corazón idiota, la obra que hice con Carla (Peterson).

Para mí, subir al escenario invitada por él es un honor y un placer, porque lo admiro muchísimo. Es un artista genuino que no se parece a nadie, y tiene la honestidad artística de pocos. Por eso, pese al cansancio, esta presentación me da mucha felicidad.

-Actúas, cantas, bailas... ¿Qué es lo que más te gusta hacer? -¡Todo! Lo que más me atrapa es el contenido artístico.
Cuando me interesa un proyecto uso mi voz, mi baile, mi actuación y lo que requiera.

-Con el personaje de María en Los únicos interpretas a una mujer torpe. Sin embargo, para una misión del programa te tocó encamar a una conejita de Playboy, y con Casella te animas a bailar bien sensual en el escenario. ¿Cómo te sentís en el rol de seductora? -(Risas) ¡Lo de Playboy fue una payasada! En la tira me camuflé como un personaje, pero en el sentido humorístico.

En cuanto a lo de Carlos, son canciones de amor y de desamor, con un contenido fuerte que viene bien jugarlo con la seducción. Igual, me muevo y me sale así...
¡Qué sé yo! Las letras son maravillosas. Me animó y me divierte jugar a hacer lo prohibido. Todos queremos seducir en el escenario. Incluso en el humor está de fondo la seducción.

-Pasás de las funciones multitudinarias de los únicos a un show más íntimo como invitada en el Babooshka...
¿le atraen las dos cosas por igual? -Lo que pasa con el público de Los únicos es una maravilla...
Es como hacer un recital, con toda la gente gritando: un reflejo de lo que pasa en el programa.

Hoy entré a un bar para comprarme un café y la gente -grandes y chicos- me gritaban "¡María!". Hay mucho furor, pero más allá de hacer trabajos mega como la tira, es lindo tener proyectos propios con amigos, como siempre hice.

-¿Cómo es Suar con tu trabajo: muy adulador o súper exigente? -En general, a Adrián le gusta lo que hago. Cuando trabajo para él es muy exigente. Nos dice a todos lo que piensa. Por fortuna le gusta lo que hacemos; si no, no nos elegiría como protagonistas. Y cuando va a verme a un show es como cualquier novio... Aparte, él me conoció viéndome en los shows. Siento que me admira; me lo dice, y es hermoso.

-Cabré y Tobal, tus compañeros de trabajo, esperan un hijo. ¿Te tienta la idea de ser mamá? -Por supuesto que alguna vez lo voy a ser, ¡pero si estuviera buscándolo jamás te lo adelantaría! Son cosas privadas.
Cuando venga, vendrá.

-Lo decís distante... ¿No tenés ni un poquito de espíritu Susanita? -(Piensa) No soy taaan Susanita, pero supongo que en algún fondito la tendré. No me reconozco con esa ambición por formar una familia. Ser mamá no es una meta a cumplir a cualquier costo. Estoy más ocupada en ser feliz en el día a día y vivir el presente.