Grimau: "Seguimos peleando para que la causa de mi hijo no se cierre"
*Por Liliana Podestá. Tuvo un año a las corridas porque de día grababa Herederos de una venganza, el éxito de El Trece, y de noche se subía al escenario para interpretar a uno de los hermanos en El precio, de Arthur Miller.
Ahora está toda la temporada en el teatro Bristol de Mar del Plata con la misma obra. Pero Antonio Grimau (67) se las arregla para pasarla bien: descansa un poco y por las tardes va a Mariano, el balneario top de las playas de El Faro.
"Tenés que cuidarte mucho la salud para tener energía, así que eso hago aunque nunca me acuesto antes de las cuatro de la mañana, porque me gusta mucho leer, escuchar música, o ver televisión. Nunca fui de boliches pero ahora menos todavía, estoy más para nietas.
Por cierto, acaba de nacer mi tercera nieta hace un mes, Zoé. Y están Brisa y Valentina, hijas de Luciana. Antes de venir a Mar del Plata las visité en Merlo, San Luis, donde viven hace varios años. Viajamos con Antonia, mi otra hija, que acaba de cumplir los 15, y que se va a Disney a festejar con sus amigas".
Grimau se emociona cuando habla de su familia. Pide un café con leche, rollitos de jamón y queso, y está dispuesto a hablar. Durante la charla, el actor se anima a recorrer varios temas: su separación de Cristina, la madre de Antonia, un nuevo amor que asoma, y también de su hijo mayor, Lucas, fallecido en extrañas circunstancias, hace casi dos años.
¿En qué estado está el caso sobre la muerte de Lucas?
Quisieron cerrarlo, hace unos meses.
Está en Casación (anulación de una sentencia judicial), eso me dijo el abogado Capurro. Se sigue peleando para que la causa no se cierre. No quisiera extenderme mucho más porque es tan doloroso y tan íntimo que me parece manosear el tema y siento que le falto el respeto a él.
¿Te sentís desamparado frente a la justicia?
Me siento víctima de un sistema injusto, que desgraciadamente sufrimos todos.
No existe un banco de datos y si una persona se extravía, la familia se entera por los medios, como nos pasó a nosotros.
¿Pensás que se va a poder esclarecer?
Tengo mucha fe, pero el tiempo pasa y no hay demasiadas probabilidades. Desgraciadamente se conjugaron muchos factores en contra de la posibilidad de que Lucas fuera rescatado. Insisto, no quiero hablar más porque me pone mal.
¿Cuál fue tu refugio en los momentos más dolorosos?
Los afectos, mis hijas, mis nietas y el trabajo. Estaba ensayando El anatomista y no quise detenerme a pesar del dolor, de la herida de por vida que esto te deja.
Y en mí mismo.
¿Necesitaste hacer terapia? No. Fue suficiente con mi familia y mis amigos.
¿Tampoco te acercaste a Dios? No. Creo en una energía, pero no en el Dios que nos
inculcaron en la infancia.
Siempre vi con desconfianza el cuentito y lamentablemente la realidad te va probando eso.
¿Hasta qué punto hay un Dios bueno y justo? Creo que la fe es importantísima.
En mi caso me sostiene la fe en el amor de los míos.
En estos años, también te separaste.
Sí, hace casi tres años. Tenemos una muy buena relación con la madre de Antonia.
¿Estás solo desde entonces? Solo es un decir. Estoy con alguien pero mi hija no tiene ninguna noticia oficial y me gustaría contárselo antes de que se entere por las revistas. Antonia es un poco celosa y posesiva y no quiero que se sienta lastimada.
Un abuelo enamoradizo.
(Ríe) Me costó asumir el abuelazgo porque me daba curiosidad ese rol; no sabía qué posición tomar más allá del amor. No conocía los límites: ser generoso pero no malcriar. Con el agravante de que viven en San Luis. Ese aprendizaje todavía me cuesta. Pero me gusta este tiempo de ser abuelo y disfruto recorriéndolo.
Cumplís 68 el 10 de marzo; ¿te cuidás, sos coqueto? Me cuido. Siempre estoy haciendo dieta, me vendría muy bien bajar cuatro kilitos.
Es que yo soy de esos que toman un vaso de agua y engordan. En una época me aplacaba las canas pero después me las dejé para hacer un personaje en El anatomista.
El otro día una mujer me dijo: "Usted tiene que teñirse, tiene muchas canas". Pero me siento bien así y me viene bien para el personaje de El precio.
Tu personaje en la obra es uno de los hermanos. Cuando lo armaste, ¿recordaste a tu hermano? Entiendo que tus padres fallecieron cuando tenías 13 años y él fue tu tutor.
Es cierto. Mis padres murieron con poca diferencia, cuando eran bastante jóvenes.
Eramos seis, cuatro hermanas y dos hermanos. Lamentablemente ya no vive ninguno pero cuando tuve que componer mi personaje, enseguida se me cruzó la relación afectiva con mi hermano, que fue muy importante. Yo era el menor de todos, con diferencia de diez años y más.
Volviendo al amor, ¿sos un hombre que sabe estar solo o disfruta de la pareja? Las veces que estuve solo fueron por elección y no por períodos muy largos.
Tuve tres matrimonios que duraron más o menos quince años cada uno y de cada pareja tuve una hija.
¿Te animarías a ser padre otra vez? Hoy, definitivamente digo que no.
Más adelante, no sé. Ya cuando nació Antonia, quince años atrás, decía que no quería ser un padreabuelo. Hoy con más razón.