Grandes relatos de amor y desamor de la historia: el hijo secreto de Karl Marx y el romance prohibido de Marie Curie. Secretos de “Parejas Insolitas”
El escritor colombiano Daniel Samper Pizano se encargó de recolectar algunas de ellas y las plasmó en su último libro. Hijos ocultos y amores prohibidos que salieron a la luz luego de varios años enterrados.
Se trata de historias de amor, engaño, silencio, revelación y rebelión que podrían ser guiones de cualquier película o serie de televisión, pero que sucedieron en la vida real.
El periodista y escritor colombiano Daniel Samper Pizano se encargó de investigar y recolectar algunas de ellas y las plasmó en su libro "Insólitas parejas: doce historias auténticas de enamorados famosos", que presenta en el Hay Festival que se realiza en Cartagena, Colombia, hasta el 2 de febrero.
Karl Marx y un gran secreto
Durante su vida de filósofo, economista, sociólogo y militante comunista sufrió persecuciones y vivió en la pobreza con su esposa Jenny von Westphalen, con quien tuvo siete hijos.
Pero se llevó a la tumba un gran secreto que solo fue develado muchos años después: el de un hijo extramatrimonial.
"El primer secreto es que tenía un hijo fuera de su matrimonio, el segundo, que lo tuvo con la chica que ayudaba en la casa (Helen Damuth o "Lenchen") y tercero que Friedrich Engels —un relevante intelectual junto al que escribió varias obras fundamentales para el nacimiento del marxismo y los movimientos socilista, comunista y sindical — aceptó aparecer como padre del niño", le cuenta a BBC Mundo, Samper Pizano.
En 1851, Lenchen estaba embarazada, tuvo un bebé al que llamó Frederick y lo dio a una familia para que lo cuidara.
Pero la historia se pone mucho más interesante cuando en una carta Marx le dice a Engels: "Debo revelarte un misterio tragicómico", según recoge Samper Pizano de la biografía Karl Marx: an Intimate Biography, de Saul Padover y publicado en 1978.
El misterio era en realidad un pedido. Para que Marx salvara su matrimonio, Engels, que era soltero, tenía que declararse padre del bebé de Lenchen. Y Engels aceptó.
Marie Curie y un segundo amor
Sin duda, Marie Sklodowska (1867-1934), más conocida como Madame o Marie Curie, fue una persona extraordinaria para la ciencia.
Mujer, polaca y pobre, llegó a París con la esperanza de estudiar Física y Matemáticas.
Pese a todas esas limitaciones "logró varios récords en una sociedad y un entorno machista como lo era el de la enseñanza superior en Francia" en esa época, destaca Samper Pizano.
Marie se casó con el científico Pierre Curie y juntos ganaron el Premio Nobel de Física en 1903 (que también compartieron con el físico Henri Becquerel). Y en 1911, Marie Curie ganó el Premio Nobel de Química.
Pero en los años que separaron un galardón del otro ocurrió la tragedia de la muerte de Pierre Curie aplastado por un carruaje y el nacimiento de un romance entre la científica y uno de los discípulos de Curie: Paul Langevin.
Se trataba de un hombre más joven que ella, alto y elegante. El problema era que Langevin estaba casado.
La relación fue un escándalo, aunque ella fue más castigada por que él. Casi le costó el segundo Nobel.
"Yo creo que ella pensó que el rey de Suecia (quien entrega los Premios Nobel de la Real Academia Sueca de Ciencias) no podía vetarla por algo que ella estaba haciendo como soltera, porque ella era viuda en ese momento. El adulterio era de Langevin", afirma el autor de "Insólitas parejas".
La relación amorosa entre Marie y Paul no prosperó, pero siguieron siendo buenos amigos y compañeros de cátedra en la Sorbona.
Winston Churchill y su largo matrimonio
El ex primer ministro británico Winston Churchill (1874-1965) estuvo casado con su esposa Clementine Hozier por 57 años.
¿Cuál fue el secreto de un matrimonio duradero?
Probablemente que "cada uno vivía en su cuarto, cenaba por su cuenta, leía sus periódicos, y muchas veces se comunicaban por mensaje. Aunque se quisieron mucho", describe el autor de "Insólitas parejas".
"Nunca discuto con Winston, porque me apabulla. Cuando tengo algo importante que decirle, le mando una nota", escribió Clementine en una postal que rescata Samper Pizano.
Clementine fue un gran apoyo para Churchill, no solamente porque era de las pocas personas que se atrevían a llamarle la atención, sino porque él la escuchaba y en algunos casos llegó a pedir su ayuda en cuestiones relacionadas a la guerra.
"Curiosamente hizo buenas migas con (Joseph) Stalin, exlíder de la Unión Soviética. Él la recibió. Ella hizo mucho por los niños rusos y todavía hay alguna placa o monumento en nombre de ella en algunos sitios de Rusia", dice el autor.
Pero quizá el mayor secreto de esta pareja duradera es que eran distintos y se complementaban: a él le gustaba pintar; a ella practicar deportes; a él, la cacería de jabalíes; a ella, la lectura.
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