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Gran Hermano vs Soñando

*Por Julián Anzoategui. Uno apuesta al drama, a las peleas en vivo, a las traiciones y los desengaños amorosos. El otro habla de juegos, estrategias, de moral y de la ética de las personas que se pone en juego cuando 20 chicos quedan encerrados en una casa, obligados a convivir.

Mientras Viviana Canosa, al mando de Soñando por Bailar, apela a la belleza y al drama, Jorge Rial busca apretar la llaga de un juego perverso, desde su rol de encargado de la conducción de las galas de Gran Hermano.

Además de enfrentar a dos canales y a dos conductores, hoy ya es posible afirmar que Gran Hermano y Soñando por Bailar prometían ser dos productos que no fueron.

Y si de semejanzas se trata, ambos realities fallaron en la elección de sus protagonistas. O al menos, en las proyecciones que tenían para con cada uno. Desde el principio consideraron "estrellas" a los miembros de su staff de participantes, que con el tiempo fueron demostrando que su talento no era tal, o que más allá de sus dotes artísticas había otras cosas que generaban empatía ante el público.

En el caso de Gran Hermano, la producción apostaba a que los grandes protagonistas del reality fueran los chicos con historias de vida más fuertes. Entre ellos, Alejandro, el transexual que ingresó a la casa para ganar el premio y con eso pagar su operación de cambio de género. O Luz, una lesbiana declarada. Sin embargo, el día a día en la casa consagró como más popular al paseador de perros de Lugano, Cristian U, autodeclarado "el mejor jugador de la casa".

En Soñando por Bailar ocurrió algo parecido. Enmarcado en el contexto de una isla del Delta, con una súper producción más idílica que real, la presentación del programa señalaba como grandes protagonistas a la travesti Julieta Biesa, a Emiliano Messina (a quien le falta uno de sus brazos) o a Diego Achar, el participante al que presentaron como "de la Villa 31, directo a la isla". Al igual que ocurrió con su contrincante del canal competidor, estos participantes pasaron desapercibidos por sobre las historias de "el carnicero", el playboy Hernán (y sus historias de desamores) o los llantos de Andrea, que se replicaron por todos los canales de televisión.
La conducción de ambos ciclos marcó, sin dudas, un punto importante a la hora de poner al aire cada producto. En realidad, quien tomó ventaja y reavivó una llama casi extinguida en las guerras televisivas, fue la producción de Ideas del Sur. Sabiendo que en la vereda de enfrente estaba uno de los conductores más importantes de la pantalla, se agarró de eso y enfrentó a dos periodistas que mantienen desde hace tiempo una guerra de egos. Viviana Canosa, enemistada con Rial, fue la elegida para ponerse al mando de las galas de Soñando por Bailar.
De todas formas, Jorge Rial reavivó su perfil punzante, casi amarillista y filoso que ensaya desde hace tiempo. Rial tiene ya cinco temporadas a cargo del reality de ignotos en la mansión televisada y por eso conserva ciertos aires de relax a la hora de conducir "el evento". Canosa, en cambio, es la primera vez que sale de su perfil de "chimentera" y aún hoy, a más de dos meses del debut del certamen de baile, se la sigue notando nerviosa y exaltada por la responsabilidad que le otorgó la productora que dirige Tinelli.

En cuanto a los giros en su trama, ambas producciones sufrieron, durante el paso de los días, cambios en su estructura general. El Trece proponía su reality como un concurso en el que se vería a los alumnos de una academia, con clases de baile, canto y expresión corporal para obtener el premio final de participar en otro programa de la emisora, el exitoso segmento Bailando por un Sueño de ShowMatch. Y Gran Hermano siempre fue un reality donde "la vida misma" se mostraba interesante para los "voyeurs" a los que les gusta hurgar en la vida de los demás.

Sin embargo, la isla de Soñando por Bailar se fue transformando casi en un consultorio psiquiátrico, donde los problemas y las historias más irreverentes tomaron protagonismo. Las casi siete horas diarias que tiene de aire ya no se dedican a mostrar la formación de los chicos en las diferentes disciplinas. Al contrario, reavivan furias entre ellos, muestran "videos prohibidos" y casi sobre la marcha, van armando la edición diaria.

Gran Hermano debió incorporar en su versión 2011 las "fiestas temáticas" de las noche de los sábados, perfiles de concursantes mucho más "cancheros" y polémicos... y hasta dejó entrever una trama mucho mas libidinosa que en ediciones anteriores. Cartas de nominación, la famosa "fulminante" y otros aditamentos que pretenden reavivar el interés por un formato televisivo ya desgastado después de seis ediciones previas.

Para el reality de El Trece, el rebote mediático se produce sólo en sus programas satélite. Coincide, claro, que esos programas pertenecen a la misma productora. Así, las emisiones de la tarde del canal del solcito se dedican exclusivamente a mostrar la trastienda del reality, la previa, las preparaciones y hasta las peleas. En pocas ocasiones, los concursantes visitan el estudio de Viviana Canosa en Canal 9 para resurgir viejas historias. Sólo esos son los programas que replican la información. Unas seis  horas diarias de información sobre el reality.
Para Telefe, en cambio, las horas en pantalla ascienden a un total de ocho (a veces más) por día, dependiendo si en la noche habrá galas, especiales o debates. En paralelo a esto, cada expulsado de la casa tiene su momento de gloria en un debate exclusivo, tapas de revistas, producciones de fotos (incluso Playboy) y una peregrinación constante por diferentes programas de televisión de casi todos los canales, incluso el del propio Rial, quien invita a cada participante. De diferente forma, el "vuelo mediático" de los concursantes de GH es mayor, porque se prolonga a otros medios, no sólo en televisión, como los programas de archivo (incluyendo los de canal Trece), las redes sociales, y algunas radios, que también reciben el rebote del programa.

En las mediciones, Gran Hermano debutó con un promedio de 26 puntos de rating, mientras que la primera emisión de Soñando por bailar alcanzó sólo los 22 puntos. Actualmente, el reality de Telefe es uno de los productos mas vistos de la emisora, con un promedio de 15 puntos, dejando en segundo lugar al canal del solcito que se estanca con un promedio de apenas 12 puntos.