Graciela Alfano habló sobre su difícil infancia: “Fui concebida para torturar a mi padre”

Graciela Alfano se convirtió en noticia nuevamente en los últimos días pero no por nada relacionado con su vida artística, sino por un escándalo debido a que le usurparon una casa que sería propiedad de su familia. En una charla con Telenoche, la ex vedette habló sobre dicha situación pero también reveló intimidades sobre su difícil infancia.

Graciela  se refirió a la demanda de desalojo que hizo contra las personas que viven hace más de 20 años en la casa que era propiedad de su madre.

La actriz aclaró que fueron sus hijos quienes reclamaron la propiedad, ya que aseguró que ella no estaba al tanto de la existencia de esa vivienda hasta el momento en el que sus hijos comenzaron el litigio.

“Yo no estoy reclamando nada porque les cedí todos los derechos sucesorios a mis hijos, como así también muchísimos bienes”, dijo Graciela Alfano y luego aclaró que la casa apareció porque “hay una sucesión abierta”.

Sobre su familia, contó que su madre era “muy especial”, dijo y agregó: “Para el tipo de relación que yo tenía con ella era habitual que escondiera muchos bienes. De hecho, podrían seguir apareciendo otros tomados o abandonados”.

"Grace" explicó que no le sorprende que su madre le haya escondido cosas que se descubren tras cinco años de su muerte: “Los dos últimos años que mi mamá vivió en su casa de Belgrano, nosotros no podíamos entrar porque tenía cosas guardadas”.

“Cuando ella se enfermó no fue fácil traerla a mi casa. Mi mamá era una mujer muy difícil”, contó la exvedette y explicó que tuvo que superar “una infancia atroz y una vida desolada en lo emocional”.

Sobre la relación con su madre, Graciela Alfano aseguró: “Yo fui concebida como herramienta para torturar a mi padre”, dijo y explicó que sus padres tenían varios años de casados y no querían tener hijos: “Mi madre decidió manipularlo, no dejarlo vivir en paz y quedó embarazada de mí”.

Graciela también dijo que no sabe como logró sobrevivir ya que tiene recuerdos “gravísimos”. “No sé cómo seguí viva. Padecí abandono, hambre porque quedaba fines de semana encerrada en mi casa sin comida, lavajes de estómago porque tomaba lavandina y distintas operaciones. Lo peor fue el abuso sexual por parte de un vecino durante tres años”.