Gracias por cambiar de chip, Messi
Tras un mal primer tiempo de la Selección, en la segunda parte apareció el 10, el mejor de la historia.
El 2014 de Lionel Messi no pudo arrancar peor: derrotas en la Liga y la Champions y un mal rendimiento personal lo pusieron (cuándo no) en el centro de las críticas. Se lo vio cabizbajo, distraído, desconectado de los compañeros del Barcelona, que vieron como el mejor jugador del mundo les soltaba la mano (futbolísticamente hablando, claro) en el momento más importante de la temporada.
Las razones eran obvias: cuando el Mundial está a la vuelta de la esquina y venís de una lesión, la cabeza marca mejor que cualquier férreo central y ataja mejor que cualquier arquero. Señores, Messi se estaba preparando para Brasil, y el momento llegó.
"Ya cambié el chip y estoy enfocado en el Mundial", dijo pocas semanas atrás, en su regreso al país después de una temporada sin títulos importantes en el Barcelona. Y vaya si lo hizo.
Un mal primer tiempo hizo presagiar lo peor, pero todo cambió cuando regresaron del vestuario. Los segundos 45 minutos (con los ingresos de Higuaín y Gago incluidos) hicieron que engranaran perfectamente las corridas de Di María (de flojo partido) con el juego de Agüero (desaparecido en el comienzo) y la calidad de Leo, que se sintió como en casa y volvió a ser el de siempre.
Sabella encontró en el descanso el momento justo para dar el golpe de timón, cambiar de actitud y retomar el protagonismo del partido, con el 10 como eje del equipo. Después, él hizo el resto.
Un mal tiro libre levantó murmullos, que rápidamente calló con su gol, una jugada "Messiana", y agarrando la pelota cuando a todos los demás les quemaba.
Volvió Messi, señores. Todavía falta para ver su mejor versión, pero la primera degustación dejó un sabor más dulce de lo previsto. Si Sabella le hace caso, y si los compañeros están a la altura, para la segunda parte del Mundial se va a ver un Lío en plenitud y, ahí sí, todos la vuelta vamos a dar...