¿Gordo Valor libre? si no les gusta cambien la ley
Cada vez que se anuncia la posible libertad anticipada de un asesino o de un delincuente peligroso, aparecen las críticas, las voces de alarma, y sobre todo "los palos" a los jueces que decretan esas libertades.
Sin embargo, la culpa de que un "Gordo" Valor pueda volver a la calle, no es de la jueza o el juez que firma su libertad anticipada.
Cuando las cuentas dan, los jueces tienen que liberar. Es cierto que pueden oponerse con el argumento de que los informes psiclógicos no son favorables y que el criminal puede ser peligroso, pero también es cierto que la ley le dice a ese juez que cumplido tantos años de esa pena, la libertad es lo que amerita.
La solución parece sencilla. La culpa de que estos peligrosos delincuentes, sea Valor o cualquier otro asaltante u homicida, salgan antes de cumplir la totalidad de la pena, es de la ley misma, no de los jueces que la aplican.
Si no queremos más casos de peligrosos asesinos o ladrones libres antes de que cumplan la totalidad de la pena, cambiemos la ley, y anulemos aquellos institutos que anticipan las libertades de los criminales.
Si la ley no se modifica, todos los presos siguen teniendo derecho a pedir la condicional con las dos terceras partes de la pena cumplida.
Si la ley no se modifica, todo preso tiene derecho a una libertad asistida seis meses antes del agotamiento total de la pena.
Si la ley no se modifica, todo preso tiene derecho a una salida transitoria cuando tiene cumplida la mitad de la condena, y en el caso de las perpetuas, cuando pasó 15 años entre rejas.
Mientras ésta sea la ley que nos rige, los jueces tendrán a su mano las libertades anticipadas. Es cierto que no están obligados a liberar, pero pocos se animan a decirle NO, a una ley que les dice SI.
Cuando las cuentas dan, los jueces tienen que liberar. Es cierto que pueden oponerse con el argumento de que los informes psiclógicos no son favorables y que el criminal puede ser peligroso, pero también es cierto que la ley le dice a ese juez que cumplido tantos años de esa pena, la libertad es lo que amerita.
La solución parece sencilla. La culpa de que estos peligrosos delincuentes, sea Valor o cualquier otro asaltante u homicida, salgan antes de cumplir la totalidad de la pena, es de la ley misma, no de los jueces que la aplican.
Si no queremos más casos de peligrosos asesinos o ladrones libres antes de que cumplan la totalidad de la pena, cambiemos la ley, y anulemos aquellos institutos que anticipan las libertades de los criminales.
Si la ley no se modifica, todos los presos siguen teniendo derecho a pedir la condicional con las dos terceras partes de la pena cumplida.
Si la ley no se modifica, todo preso tiene derecho a una libertad asistida seis meses antes del agotamiento total de la pena.
Si la ley no se modifica, todo preso tiene derecho a una salida transitoria cuando tiene cumplida la mitad de la condena, y en el caso de las perpetuas, cuando pasó 15 años entre rejas.
Mientras ésta sea la ley que nos rige, los jueces tendrán a su mano las libertades anticipadas. Es cierto que no están obligados a liberar, pero pocos se animan a decirle NO, a una ley que les dice SI.