Germán Delfino: "Si alguien me presionara me replantearía seguir dirigiendo"
German Delfino, el árbitro del River - Boca, volvió a bajar los decibeles en su polémica con Ramón Díaz.
Germán Delfino, el árbitro del superclásico del próximo domingo en River Plate, donde no habrá hinchas de Boca Juniors, advirtió hoy que si "alguien" lo "presionara" se "replantearía seriamente seguir dirigiendo".
"Nunca alguien me presionó. Pero si esto pasara, me replantearía seriamente seguir dirigiendo", señaló Delfino en declaraciones al programa radial Deportivo Télam.
"Lo de Ramón Díaz fue un chicana, porque tuve la mala fortuna de echarlo dos veces. Sin embargo es bienvenido lo que él dijo, porque otros se meten con la honestidad de uno y él no lo hizo. De todas formas considero que actué bien en su momento", resaltó.
Este será el segundo superclásico que dirigirá Delfino (el anterior fue en la Bombonera) y asegura que quiere "disfrutarlo, porque el tiempo pasa muy rápido y uno no se da cuenta de todas las cosas lindas que está viviendo".
"Ahora llego con más experiencia que en el clásico anterior. Aprendí mucho. Ojalá pueda estar a la altura de las circunstancias", expresó.
"La verdad que el destino me puso en este lugar, porque yo no tengo mucha suerte con los bolilleros. De hecho también estaba ternado para el clásico de La Plata y quedé afuera", reconoció.
Diego Abal, que será el cuarto árbitro, era el otro candidato para este superclásico, mientras que Néstor Pitana se quedó afuera porque dirigirá el Mundial Sub 17.
"Cuando salgo a la cancha lo hago con absoluta libertad y cuando tomo una decisión no pienso en la camiseta. Si tengo que echar a alguien al minuto de juego, lo hago sin problemas", apuntó.
"También a mis asistentes les doy mucha libertad. Por ejemplo Hernán Maidana, que será el uno, me da instrucciones permanentemente. Me dice abrite, cerrate, retrocedé. Y Gustavo Rossi, que será el dos, también lo hace", explicó.
Delfino anticipó que ambos líneas y el propio Abal irán a almorzar a su casa antes del partido, "para ir preparando todo lo que vendrá después".
"Además tengo hinchada propia, que es mi familia. Ellos me siguen a todos lados y me respaldan como si fueran un equipo", confió.
"Y por si fuera poco, éste superclásico tendrá un plus, ya que en los bancos de River y Boca van a estar Ramón Diaz y Carlos Bianchi, los dos mejores entrenadores del fútbol argentino", finalizó.