Política
Gerardo Milman se autoimputó en la causa del atentado a Cristina Kirchner
El diputado se presentó en la causa para designar un abogado defensor y pidió tener acceso al expediente. Lo hizo horas después de que la Vicepresidenta decidiera pedir la suspensión de la elevación a juicio.
En medio de los tironeos por la elevación a juicio oral de la primera parte de la causa por el atentado a Cristina Kirchner, inesperadamente el diputado del PRO Gerardo Milman se presentó en los tribunales federales y se autoimputó.
Según indicaron fuentes judiciales a Infobae Milman designó en la causa a un abogado defensor y solicitó tener acceso al expediente para conocer los detalles de la investigación que busca determinar quién quiso matar a la vicepresidenta el 1 de septiembre pasado, cuando llegaba a su casa en Recoleta.
El abogado que se hará cargo de la defensa es Manuel Barros, que -según señalaron en tribunales- había sido letrado de Gendarmería Nacional e incluso habría tenido alguna vinculación en la causa Maldonado. La jugada de Milman llamó la atención en los tribunales por el momento en que se hizo.
El fiscal Carlos Rívolo, que tiene delegada la investigación, ya había señalado que el legislador no estaba formalmente imputado. No obstante, en el marco de la gravedad institucional del ataque, había solicitado que se secuestrara su teléfono, previo a un proceso de desafuero que debía iniciar el Congreso. La jueza María Eugenia Capuchetti se lo negó, precisamente, porque no estaba imputado.
Eso generó críticas de la defensa de la Vicepresidenta contra la jueza y el fiscal. Los abogados de Cristina Kirchner insistirán la semana próxima con la recusación de Rívolo. La Cámara Federal, en tanto, debatirá a partir del 22 de junio si hace lugar al pedido del secuestro de teléfono de Milman.
Lo que sí habilitó la jueza fue un análisis del entrecruzamiento de llamados entre los teléfonos. El primer grupo estaba compuesto por los “copitos”: Fernando Sabag Montiel y su novia Brenda Uliarte, la pareja acusada de haber intentado matar a Cristina Kirchner; el jefe de ambos, Nicolás Carrizo, también preso como partícipe secundario del atentado; y Agustina Díaz, la amiga de Brenda que estuvo preso y para quien la fiscalía pidió su sobreseimiento, con el aval tácito de CFK que no pidió para ella el juicio oral. El segundo grupo de teléfonos era el del propio Milman y sus dos secretarias: Ivana Bohdziewicz y Carolina Gómez Mónaco (con sus dos líneas).
La Dirección de Asistencia Judicial en Delitos Complejos y Crimen Organizado del Poder Judicial (DAJUDECO) informó en las últimas horas el resultado de esos entrecruzamiento: no hay ningún cruce entre los “copitos” y Milman y sus secretarias. El período analizado fue entre el 1 de agosto al 2 de septiembre del 2022.
La hipótesis que involucra a Milman en el atentado apareció en la causa más de 20 días después del atentado contra la Vicepresidenta, de la mano de un asesor legislativo del Frente de Todos, y marcó un quiebre entre el vínculo de la querella, recién llegada al expediente, y la jueza Capuchetti.
Jorge Abello, quien trabaja con el diputado de Santa Fe Marcos Cleri, se presentó el viernes 23 de septiembre, a las 17 horas, en los tribunales de Comodoro Py. Habían pasado 23 días del hecho que sacudió a la política: habían querido matar a Cristina Kirchner en la puerta de su casa y por el hecho ya estaban presos los llamados copitos. Abello dijo que tenía algo para revelar: que 48 horas antes del ataque, había estado en el bar Casablanca, en la esquina del Congreso, con un cuñado y que había escuchado en otra mesa hablar a Milman con dos jóvenes que resultaron ser sus secretarias. La frase que Abello le escuchó decía: “cuando la maten yo voy a estar en la Costa”.
La jueza Capuchetti abrió un legajo reservado: ahí, a través de filmaciones, confirmó que el legislador estuvo en el bar Casablanca, con dos colaboradoras, como dijo el testigo. Averiguó quiénes eran las mujeres, les ordenó presentarse en tribunales y las interrogó. Ivana Bohdziewicz y Carolina Gómez Mónaco dijeron que nunca escucharon a Milman decir eso. El hombre que estaba con el testigo clave tampoco oyó la charla en la mesa vecina.
Durante la declaración de las mujeres, el abogado de CFK Marcos Aldazabal pidió que les secuestran los teléfonos. La jueza se opuso porque eran testigos y el pedido no estaba fundado. A partir de ese momento, la propia CFK difundió un mensaje en redes sociales difundiendo que la magistrada estaba encubriendo la investigación y pediría su recusación.
A fines de noviembre, la Cámara rechazó la recusación contra la jueza y en paralelo ordenó una serie de medidas que se deberán profundizar para esclarecer la pista Casablanca: dispuso que vuelva a declarar Abello y también dos diputados del Frente de Todos para saber qué sabían de esa hipótesis: Marcos Cleri; y otro cliente del bar Casablanca que estaba en ese momento en el lugar: el diputado del Frente de Todos Mario Leito. Recién ahí, la jueza deberá evaluar si se procede al análisis de los teléfonos de las colaboradoras de Milman, en un marco “acotado” a lo que haga referencia a esta pista, dijo el fallo.
A Abello lo citaron pero se informó que había tenido un ACV el día que debía presentarse. Leito declaró desde Qatar vía zoom cuando se jugaba el Mundial y dijo que no escucho nada. Según la declaración a la que accedió Infobae, Cleri, en tanto, confirmó haber recibido el mensaje de su asesor por esas horas y afirmó que se lo reportó una semana más tarde al diputado Rodolfo Tailhade y al equipo jurídico de la vicepresidenta. Fue el 7 de septiembre. Cuando le preguntaron si no consideró la urgencia y la importancia del mensaje para informaron a la justicia, el testigo respondió que confió en que Abello se presentara a la Justicia.
Horas antes de que Cleri formalizara esa presentación 23 dias después, Cleri tambien fue a una escribanía para dar cuenta del mensaje que había recibido. “Marcos, ayer cuando salí de tu oficina fui con mi cuñado a comer a Casablanca. Al lado mío estaba (Gerardo) Milman con dos pibas y graciosamente decía ‘cuando la maten yo estoy camino a la costa’ y se mataban de risa”, decía el mensaje. “Y están las cámaras que no me dejan mentir. Hdmp lo escuché. Creeme estoy temnlando (sic).
Apenas se conoció la versión dada por Abello, Milman presentó un escrito en la causa de Capuchetti. “Vengo por el presente a formular las siguientes aclaraciones: He estado reunido en el referido bar ubicado en la calle Rivadavia 1901 con mis secretarias, siendo que, en la oportunidad a la que el “testigo” se debe referir, estábamos organizando un evento en Mar del Plata y al mismo tiempo, organizamos previas recorridas por distintos municipios que yo realizaría en distintas semanas. Fue así que concurrí, primero a Pinamar y volví al día siguiente a la mañana, la otra semana fui al Partido de la costa, habiendo ido y vuelto en el mismo día y fui también a San Antonio de Areco por el día, ello en tres semanas diferentes previo al encuentro de Mar del Plata. Ese fue el tema de conversación en dicha oportunidad, siendo que jamás hice una afirmación como la que el ‘Testigo’ ha pretendido imponer como salida de mi boca, quién sabe con qué inconfesados fines políticos”.
“Teniendo en cuenta la gravedad de la acusación falsa en la que incurrió el ‘testigo’ la que ha sido contundentemente desmentida por mis secretarias parlamentarias y finalmente por mi, vengo por el presente a solicitar se extraigan testimonios de toda esta incidencia a fin que se investigue el delito de falso testimonio protagonizado por esta persona cuya identidad desconozco”, afirmó Milman. La causa por el delito de falso testimonio se investiga en otro juzgado.
Lo cierto es que el 1 de diciembre, tras el fallo de la Cámara Federal, las asesoras entregaron sus teléfonos celulares y sus claves, como quería la querella de Cristina Kirchner. Gómez Monaco aclaró que cambió el aparato del teléfono, aunque explicó que el anterior lo tenía una hermana suya y podía aportarlo; Bohdziewicz reconoció que había borrado las fotos después de asesorarse: temía que se filtraran fotos íntimas suyas.
“Quiero aclarar que las borré. Tanto los mensajes como las fotos, porque sentí que se podía violar mi intimidad si me pedían mi teléfono. Yo borré todo porque no había posibilidad de seleccionar solo algunas cosas y tenía fotos intimas mías comprometedoras. Para eso me asesoré. De todas formas, quiero aclarar que nunca hablé de nada relacionado con el atentado a la Vicepresidenta en cuanto a una participación criminal en el mismo. Sí hemos hablado sobre el tema del atentado, desde el punto de vista de lo que se escuchaba por los medios”, declaró la mujer en aquel momento.
Pero a inicios de mayo, Bohdziewicz se presentó con un abogado en tribunales. Pedía declarar. Al hablar ante la fiscal Alejandra Mangano, que por esas horas reemplazaba a Rívolo, la mujer afirmó que se había quedado sin trabajo desde enero, que se sentía presionada por su ex amiga y que quería contar que el teléfono había sido borrado en unas oficinas de Patricia Bullrich en la Avenida de Mayo, en una reunión en la que estaban Milman, Gómez Mónaco y un asesor tecnológico.
“Yo estaba preocupada por mi vida personal, en ese momento los medios estaban bastante activos. Entonces deciden borrar todo y yo accedí. Tampoco creí que iba a ser tan grave y me iba a perjudicar hacerlo”, aseguró Bohdziewicz según la declaración a la que accedió Infobae. En rigor, la mujer insistió en que no se había hablado del atentado porque ella no sabía nada de eso y que ella estaba aceptó el borrado. Es más hasta insistió en que el supuesto perito lo había hecho mal porque apenas consiguió un nuevo equipo y puso el chip le apareció todo lo que había borrado. Para esa altura, la PSA ya había recuperado todo el material y ya lo estaba analizando. También dijo que su ex amiga tenía una linea que no había declarado. La justicia ordenó en un procedimiento secuestrarle el teléfono, detallan desde Infobae.
Lo cierto es que la declaración de la ex asesora de Milman puso el nombre Patricia Bullrich en la causa en momentos en donde la fiscalía ya había solicitado que se analizara si la primera parte del caso ya estaba para elevar a juicio. Tal como se preveía, CFK se opuso diciendo que la causa no podía dividirse y que había que profundizar en la llamada pista Milman sobre todo después de las declaraciones de esta testigo. “Subsidiariaramente”, consintió que fueran a juicio Sabag Montiel, Uliarte y Carrizo.
Esta semana, tal como reveló Infobae, Rívolo pidió mandar a los tres a juicios, más allá de que continúe abierta la investigación para avanzar sobre otras pistas: desde Milman hasta el rol de la custodia de la vicepresidenta. En su dictamen, el fiscal descartó que los copitos hayan tenido financiamiento para llevar adelante su plan, que ideaban desde el 20 de abril. La prueba “impide considerar que haya existido una organización de cualquier tipo, partido político o partidario, persona o grupo de personas que hayan de alguna manera financiado planeado, encubierto o contribuido de alguna forma con los imputados para llevar adelante el hecho investigado”.
La jueza corrió vista a las defensas para que se pronuncien en los próximos días. El miércoles por la noche, sin embargo, la querella de CFK pidió la suspensión de la elevación a juicio. Dijo que había pruebas que se habían encontrado en la causa Revolución Federal, que tramita por cuerda separada, y que debía profundizarse.
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