Generación sorda
Expertos nos presentan una nueva generación hipoacúsica por el uso abusivo de iPods, MP3 y MP4. La tecnología, una vez más, versus la salud.
Si bien uno de los más grandes inventos de la década que culminamos es el que nos permite transportar nuestra propia música a donde vayamos y, asimismo, la evolución del artefacto que facilita esta hazaña es admirable (viajamos desde el walkman hasta el Mp4 cuasi sin darnos cuenta), notamos además una involución en el aparato audible de todos los usuarios de estos sistemas de reproducción musical.
De este modo, lo aseguran los fonoaudiólogos que expresan que, tanto los iPods, MP3 como los MP4 e, incluso, los reproductores para los automóviles, causan un daño irreversible al aparato auditivo, que “en un principio se manifiesta en forma temporaria para luego convertirse en un mal permanente”.
En torno a esto, los expertos hacen referencia a una “generación de hipoacúsicos” cada vez más joven que, encima, padece una adicción a los artefactos por lo que seguirán siendo de redituables y ´vendibles´igual que de dañinos.
Al respecto, la doctora Silvia Bermúdez, del Colegio de Fonoaudiólogos de Buenos Aires, dijo que: “En un primer momento es una pérdida temporaria del umbral auditivo hasta que descansa”, pero si continúa la exposición a excesivos volúmenes “se produce en forma permanente; aparece un zumbido que se llama acúfeno y además se genera una adicción al ruido”, cuyo resultado final es el daño irreversible del aparato auditivo.
En este sentido, Alberto Chinski, titular del Centro Otorrinolaringología, añade que el uso de los auriculares dentro del oído “impide la entrada del aire que actúa como colchón, lo que genera una repercusión similar al despegue de un avión”.
En cuanto a la prevención, los especialistas coinciden en que el principal foco en el que hay que trabajar es en las escuelas en las que hay que ejercer una concientización de los adolescentes y “parar esta locura”.
“Falta mucho por hacer porque los chicos no entran en razón. Parecen prestar atención e interesarse por lo que una les está aconsejando e informado pero, al estar en grupo, se ríen y dicen que es copado escuchar música a todo lo que da”, refleja Silvia Bermúdez, quien ha brindado charlas educativas en colegios secundarios de la ciudad bonaerense de La Plata.
Por su parte, Alberto Chinski no duda en afirmar que los proyectos de concientización no dieron los resultados esperados ya que “lamentablemente surten efecto cuando la cara visible es famosa y sale por televisión”.
En este sentido, Chinski relató que en varias charlas aconsejó emplear un solo auricular y taparse con la mano el otro oído para lograr un sonido pleno a pesar de los molestos ruidos de ambiente que dificultan la escucha.
Sin embargo, sólo ha obtenido risas, ceños fruncidos e ironías porque “lo toman como algo ridículo, pero no tienen en cuenta que se los propongo para proteger su salud auditiva”, enfatiza el otorrinolaringólogo.
De este modo, lo aseguran los fonoaudiólogos que expresan que, tanto los iPods, MP3 como los MP4 e, incluso, los reproductores para los automóviles, causan un daño irreversible al aparato auditivo, que “en un principio se manifiesta en forma temporaria para luego convertirse en un mal permanente”.
En torno a esto, los expertos hacen referencia a una “generación de hipoacúsicos” cada vez más joven que, encima, padece una adicción a los artefactos por lo que seguirán siendo de redituables y ´vendibles´igual que de dañinos.
Al respecto, la doctora Silvia Bermúdez, del Colegio de Fonoaudiólogos de Buenos Aires, dijo que: “En un primer momento es una pérdida temporaria del umbral auditivo hasta que descansa”, pero si continúa la exposición a excesivos volúmenes “se produce en forma permanente; aparece un zumbido que se llama acúfeno y además se genera una adicción al ruido”, cuyo resultado final es el daño irreversible del aparato auditivo.
En este sentido, Alberto Chinski, titular del Centro Otorrinolaringología, añade que el uso de los auriculares dentro del oído “impide la entrada del aire que actúa como colchón, lo que genera una repercusión similar al despegue de un avión”.
En cuanto a la prevención, los especialistas coinciden en que el principal foco en el que hay que trabajar es en las escuelas en las que hay que ejercer una concientización de los adolescentes y “parar esta locura”.
“Falta mucho por hacer porque los chicos no entran en razón. Parecen prestar atención e interesarse por lo que una les está aconsejando e informado pero, al estar en grupo, se ríen y dicen que es copado escuchar música a todo lo que da”, refleja Silvia Bermúdez, quien ha brindado charlas educativas en colegios secundarios de la ciudad bonaerense de La Plata.
Por su parte, Alberto Chinski no duda en afirmar que los proyectos de concientización no dieron los resultados esperados ya que “lamentablemente surten efecto cuando la cara visible es famosa y sale por televisión”.
En este sentido, Chinski relató que en varias charlas aconsejó emplear un solo auricular y taparse con la mano el otro oído para lograr un sonido pleno a pesar de los molestos ruidos de ambiente que dificultan la escucha.
Sin embargo, sólo ha obtenido risas, ceños fruncidos e ironías porque “lo toman como algo ridículo, pero no tienen en cuenta que se los propongo para proteger su salud auditiva”, enfatiza el otorrinolaringólogo.