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Gatos voladores

No es raro saber que tienen nueve vidas. Pero ¿alas? Los estudiosos de la monstruología se preguntan si alguna vez volaron, o si sólo se trata de una curiosa anomalía genética.

Uno de los primeros "gatos voladores" –en realidad, felinos con sendas excrecencias semejantes a "alitas" sobre el lomo– apareció en la ciudad de Chongqing, capital de la provincia suroccidental china de Sichuan. No bien se conoció la noticia, la imaginación popular se disparó enseguida. Para algunos, sus "alas" eran efecto de la contaminación ambiental. Para otros, meras protuberancias con explicación genética. Y no faltaron quienes le dieron una interpretación mística.

Las "alas" de estos gatos son como "orejas", tiernas y con pelos finos. La dueña del gatito, la anciana Liu Xiunhen, se las descubrió cuando siendo pequeño lo ayudó a bañarse.

Tras la difusión del caso se han descubierto gatos "alados" en Rusia, EE. UU. y otros países, pero es raro que haya aparecido en China, según Hou Jiang, del Museo Municipal de la Naturaleza de Chongqing.  El caso de los gatos alados se comenzó a investigar seriamente hace tres décadas, y el pionero en esta área de la criptozoología fue el zoólogo, el doctor Karl Shuker. Dice que, hasta el día de hoy, hay tres posibles explicaciones:

1) Algunos gatos de pelaje largo parece que enmarañan de alguna manera su pelo y este les acaba formando algo parecido a las "rastas" humanas. 2) A causa de un defecto en el colágeno de la piel, algunos gatos presentan una afección llamada "astenia cutánea felina" en la cual la piel se estira deformándose. 3) Debido a una mutación genética, el gato posee más extremidades de las que debería.

Suerte que nadie postuló que podrían ser las mascotas de los ángeles. Ahí sí que estamos fritos.