García Ferré: sus dibujos son nuestra infancia y más...
El historietista no solo nos dejó personajes para la nostalgia, tuvo un rol trascendente en la argentinidad.
Mariana Vaccaro
@vaccaromariana
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Cuando hablo nostálgicamente de los dibujitos que veía de chica por lo general no coinciden con los de mi mamá o amigos de otras edades; ahí en los recuerdos que uno guarda de sus meriendas frente a la TV se pone en evidencia la edad, menos en un caso: Hijitus y sus compañeros.
Los personajes de Manuel García Ferré recorrieron generaciones que se entretuvieron con sus producciones. Desde abuelos que mantienen con claridad las imágenes de Billiken, la primera revista infantil argentina donde debutó el historietista. Llegó a la redacción de la publicación para niños con su carpeta con trabajos bajo el brazo y por suerte para todos lo aceptaron. Su primer tira fue Las aventuras de Pí-Pío.
A partir de allí su inspiración siguió creando más personajes como los célebres: Anteojito, Hijitus, Petete, Larguirucho, Trapito, Oaky y Calculín entre otros muchos que se materializaron no solo en los dibujos de las historietas, también en las series de TV, películas, juguetes, indumentaria y la lista podría seguir porque ya son parte de la cultura argentina.
Con menos frecuencia, pero aún vigentes están en el lenguaje informal, circulando todavía, algunas famosas frases con la que las creaciones del artista gráfico se identificaron; el famoso "Larguilucho, hablá más fuerte que no te escucho" o el "y chucu chucu chucu" utilizado también con cierto tono picaresco...
Su estrella, Hijitus, fue la primera serie de dibujos animados del país. Esto no solo vale por ser el precursor sino que además fue uno de los pocos productores de contenido que en las décadas del ´60 y ´70 alimentaron una industria nacional que era muy permeable a las importaciones "made in USA", parte de eso que ahora se llama "colonialismo cultural". Fue una época en la que era más barato traer enlatados estadounidenses que generar proyectos en el país.
El animador de origen español que llegó a nuestro país a sus 17 años logró personajes con guiños muy porteños y alimentó la industria nacional dando trabajo a los profesionales ilustradores argentinos entre otros colaboradores de su labor para niños.
Incansable y apasionado de su profesión desde aquella primera publicación en Billiken nos ofreció sus historias gráficas en su revista Anteojito, las series de TV: "El libro gordo de Petete" con su intención pedagógica y "Las aventuras de Hijitus" que se repitieron atravesando el tiempo. A esto se suman sus largometrajes que se proyectaron en los cines desde los ´70 hasta el año pasado: "Petete y Trapito", "Calculín", "Mil intentos y un invento", "Las aventuras de Hijitus", "Ico, el caballito valiente" y las más cercanas: "Manuelita", "Corazón, las alegrías de Pantriste" y "Soledad y Larguirucho".