Ganó 7 millones de euros y no le quieren pagar
Un belga tuvo la suerte de ganar siete millones de euros (8,5 millones de dólares) en una máquina tragamonedas de Namur, al sur de Bélgica, pero ahora se niegan a pagarle la fortuna.
Las autoridades del casino de Namur, la capital política de Valonia, están viviendo la peor pesadilla que puede sufrir una sala de juegos: que un cliente gane el premio gordo, el "jackpot" -como se denomina en lengua inglesa-, el premio de los premios.
Para evitar tener que desembolsar semejante suma de dinero, la dirección del casino se ha negado a pagar, argumentando un "error técnico en la máquina".
"Este tipo de máquinas suele dar, como máximo, un premio de 5.000 euros (unos 6.300 dólares). Pensar que alguien pueda ganar siete millones de euros es simplemente ridículo", explicó el director del casino, Emmanuel Mewisen, citado hoy por la radiotelevisión belga francófona.
"¡Esos siete millones son míos, ganados limpiamente! No es mi problema si ellos tienen máquinas defectuosas", se lamentó el afortunado, que prefiere el anonimato.
No obstante, ante la resistencia del casino a pagar, el abogado del afortunado, Marc Uyttendaele, ha logrado que se congelen las cuentas del casino.
Se trata, según explica Uyttendaele, de una "medida de precaución. Mi cliente quiere asegurarse que, en caso de ganar este litigio, sea cuando sea, al final podrá cobrar su premio", explicó.
La secuencia de los hechos fue la siguiente: el afortunado, un cliente habitual de ese casino, introdujo una moneda de 2 euros en la máquina y ésta, tras unos minutos, le confirmaba en la pantalla un "jackpot" de 7.050.326 euros, cantidad impresa en un ticket por la propia máquina.
"Se trata de un fallo técnico en la tragamonedas", le respondieron.
Mientras, la dirección del casino califica esa medida de "criminal. Justo ahora, que nuestro casino se ve afectado por una huelga del personal (en reclamación de un aumento salarial) que lleva en marcha desde hace más de una semana, se decide congelar nuestras cuentas", se defiende el director del centro.
La justicia belga, en los tribunales de Lieja donde se sustancia el expediente, tiene hasta el próximo viernes para pronunciarse en este insólito caso.