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"Gané mucha guita y la gasté toda cuando me divorcié"

A los 87 años, Horacio Guarany estuvo junto a Chiche Gelblung para repasar su trayectoria y contar sus planes a futuro. "Mi vida no es mi vida, es la de todos", dijo.

De entrada el aclaró a Chiche Gelblung que no quería hablar de temas familiares. Es que él sufrió de muy pequeño la falta de cariño por parte de su madre y justamente por eso no le gustaba cuando alguien lo tocaba afectuosamente.

"Soy comunista de sentimiento, pero no en la práctica. En este mundo los grandes genios se preocupan por tener guita, cuando lo que importa es la naturaleza, la verdadera reina de la vida", contó el cantante, como si se describiera de pies a cabeza.

El artista, que durante mucho tiempo fue caracterizado por los humoristas por su fama de haber sido un eximio bebedor de vino tinto, se encargó de aclarar que a su edad avanzada se cuida un poquito más. "A mis 87 años como lo que venga, tomo cualquier cosa, pero con cierta moderación. Antes me ponía en pedo, ahora ya no...".

Luego fue consultado sobre su etapa en la que tuvo que exiliarse en Venezuela por haber sido un perseguido político.

"Me rompieron la casa 2 veces, me tiraron bombas, me destrozaron el auto. Hasta que un amigo me llevó a una pollería, en la cual él trabajaba y después a su casa. Más tarde compró un pasaje y me vino a buscar con tres "gatillos" (Nder: Guarany pensaba que eran asesinos a sueldo). Me preguntó si tenía plata, le dije que en el bolsillo y me dio más en una media para que no me la confiscaran y me fui rumbo a Venezuela", comentó.

Guarany fue un artista que supo ganar demasiado dinero, pero el asegura haberlo perdido todo luego de la separación con su primera esposa, Chola. "Gané mucha guita y la gasté toda cuando me divorcié. Fui al abogado y le dije que todo lo que tenía había que dárselo a ella. Me quedé con un auto y un barco. Después, campos y casas se las pasé a la otra que era una buena mujer, pero yo era un bandido", afirmó.

Por último confirmó que su plan para el futuro es dejar un centro cultural para la sociedad, la Fundación Teatro Horacio Guarany. "Mi vida no es mi vida, es la de todos. Sin estos hombres como Chiche que son los encargados de contarles a ustedes quién soy, no hubiera llegado tan alto. A todos ellos les digo que estoy feliz de haber llegado a dónde llegué. ¿Y qué tiene que dejar un hombre que llegó tan lejos? Algo en lo que cree fervientemente", concluyó.