"Fui más responsable con el aire profesional que con el aire que respiro "
*Tras el diagnóstico de cáncer y ocho meses de tratamiento con rayos y quimioterapia, Badia regresó a la televisión con Mi noche favorita, programa que estrenó el viernes pasado a las 23 por 360 TV (la nueva señal del sistema de Televisión Digital Abierta).
GENTE lo acompañó en su vuelta al trabajo. Aquí, un renacido Beto confiesa que descubrió a "un hombre fuerte que desconocía que existía", y que cambió su valoración del tiempo y su dedicación a los afectos.
Se escucha My way, en versión de Elvis Presley. Por el retorno (audio que recibe directo a su oído) le indican que está a un minuto de empezar el programa.
Luego de permanecer en boxes, recluido en su casa durante ocho meses, tiempo en que se dedicó a hacerle frente al cáncer que le diagnosticaron en noviembre, Juan Alberto Badía (63) volvió a trabajar en televisión. Es viernes 23:28. Beto está de pie, detrás del sillón de conductor de Mi noche favorita, (ciclo que estrenó en 360TV la nueva señal de la Televisión Digital Abierta).
A medida que se aproxima el momento de salir al aire, y cuando percibe que sus ojos podrían exteriorizar su emoción, da la vuelta, respira hondo, gira de nuevo y le hace frente a la cámara.
Habla, recibe aplausos, le replican sus latidos en el corazón y comienza: "¡Si pudiera contarles el ritmo del tictac en mi interior!".
"Nada se compara al momento en que la luz de aire aparece. No hay nada que amé más en este tiempo que salir de mi casa para venir a hacer este trabajo definirá luego del gran regreso el hombre de las cuatro décadas de trayectoria profesional y otras tantas décadas de debuts.
Pero esta vez fue diferente."Cuando me enteré de la enfermedad... (le detectaron un tumor en el mediastino, una cavidad entre el esternón y la columna), entre otras . Si me preguntaban hace un par de meses si iba a volver, mi respuesta hubiera sido un 'no sé, vamos viendo, ¿viste? Primero hay que ver si estoy vivo y luego si me queda algo de pelo'. Y acá estoy tuve mucha suerte en mi vida, ningún deseo fue demasiado lejano. Es más, el llamado de Claudio Villarruel y Bernarda Llórente, para que me sumara los viernes a la noche a la programación de su nuevo canal, fue muy generoso, porque me dijeron que me necesitaban: Un mimo que me hizo muy bien", cuenta Badía."Cuando hablamos por primera vez, no estaba aún en condiciones de afrontar esta responsabilidad.
Pero el tiempo que implicó poner al aire toda la señal me sirvió para fortalecerme y mejorar".
-¿Cómo fue tu día antes de llegar al estudio? -Estuve todo el día debutando. El mismo día instalaron la antena de la televisión digital en mi casa y estuve trepado con el técnico. Eso me ayudó a descargar; venía de un par de meses de acumular insomnio y ansiedad.
-¿Y cuál es la sensación ahora que pasó el programa? -De felicidad. Parecía que iba a ser toda una cuestión volver pero finalmente fue sencillo. Aunque me di cuenta que hubo cosas que habían cambiado en mí... Y sí. estuve más relajado: Sabía que no me jugaba ni mi contrato, ni mi pellejo, ni la consideración de la gente.
No es gratuito lo que pasé. Seguramente este nuevo ser que hay en mí, sin proponérmelo, también aparecerá frente a la pantalla. No había necesidad de ser un Badía determinado. Estoy menos autoexigente. Cambió la conciencia de la felicidad que me da mi trabajo.
-¿Hay manifestaciones de un nuevo Juan Alberto en otros aspectos que no sean el profesional? -¡Seguro! Ahora no paso por alto el día, el día es una cosa maravillosa. Antes era una cosa rutinaria, todo era correr, buscar, hacer, y ¡uh! se hizo de noche. Se ciaba esa cosa que los días van pasando rutinariamente uno tras otro.
Ahora mis días son de 24 horas, son de cada minuto, en los cuales tengo tiempo de llamar a mis hijos, de estar con mis nietos, de tener más gestos con mi mujer o con mis amigos, que se han quejado siempre de que son amigos míos y no entienden por qué, porque uno no les daba tiempo, y lo mismo con mis hermanos.
-Te escuché decirle a tu equipo: "Para arriba, eh, no quiero bajón". ¿No te permitís quebrarte en público? -Traté en lo posible, tampoco me obligué. La mirada para atrás es inevitable desde lo emocional, pero traté de no expresarlo en palabras. También descubrí un hombre fuerte que no sabía que existía en mí. Hay un camino para adelante, el que gracias a Dios me ha puesto la medicina. Hay también una vida profesional y otra no sólo profesional. Agradezco por estar vivo y por tener trabajo y que eso sea implícito, que sea verdad.
-Siempre te definiste como un animal de trabajo.
¿Qué significa ahora el trabajo para vos? -Ahora lo primero que recuperé fue la radio que armé en casa (transmite por la web: www.jabradio.com.ar), que fue una experiencia sanadora y curativa, pero me di cuenta de que finalmente mi responsabilidad, mi amor, la presión de la gente que me escucha me lleva un montón de tiempo. Ya mis más cercanos me dicen: "Juan, cuidado que se transforma en una obsesión".
Estas palabras eran antes: "Juan, tu trabajo no es todo en ¡a vida". No sé cuál es el cambio respecto a todo eso, lo que sí sé es que lo que hubiese sido la rutina de comenzar un programa nuevo, hoy significó un hecho de felicidad mayor. El cartel del aire encendido es especial para los que nos dedicamos a esto. ¡Hasta me puse la luz de aire en la radio de casa!
-¿Alguna vez hiciste la comparación del aire profesional )' el aire necesario para respirar y vivir?
-De haberlo pensado, no hubiese tenido que fumar nunca en la vida porque en realidad, el aire es la parte sustancial de vivir. Dentro del tratamiento, entre otras cosas, he hecho muchos ejercicios de respiración, es fundamental oxigenarte bien. Lo que pasa esque yo no debo haberle dado mucha importancia al aire de la respiración; si no, no lo hubiese fumado. Ahora, al otro sí, he sido muy responsable con el aire profesional. Y sí, es probable que sí, fui más responsable con el aire profesional que con el aire que respiro.
-Igualmente, tu condición de fumador no incidió en tu diagnóstico...
-Todavía no está muy claro si hay una cosa congénita o por qué razón apareció. Tampoco me importa ya, pero no tuvo que ver el cigarrillo.
-¿En qué instancia está el tratamiento? -Desde fines de mayo no recibo más rayos, ni quimioterapia. Estoy tratando de desintoxicarme porque me dieron mucho. Mientras tanto el residual de rayos y quimio sigue haciendo su trabajo. Cada mes me hago una tomografía para ver cómo está mi querido tumor, que anda cada vez más chiquito: Comenzó siendo del tamaño de un sachet de leche pero ya está como una pelotita de ping pong pinchada. Pronto haré un PET (Tomografía por Emisión de Positrones), que es un estudio más profundo del tumor y de mi cuerpo y eso dará indicaciones de cómo seguir. Me siento cada día más fuerte, estoy dedicado a fortalecerme.
-Y también estás recomenzando. Iniciar cualquier actividad es un impulso de esperanza...
-¡Totalmente! Por eso la radio fue sanadora, porque era iniciar, mirar hacia el futuro cuando estaba peleando si me quedaba acá o no. El trabajo me empuja a que mañana también tenga que existir.
-¿Por qué no usás más reloj? -No lo uso más desde que me pasó lo que me pasó.
Parte de mi cambio fue la valoración del tiempo. El reloj siempre fue una cosa imprescindible para mí. Ahora no, vivo de otra manera, no tengo conciencia de la hora que es o del tiempo en que transcurre una conversación. No creo que vuelva a usar más un reloj.
Con una pequeña ayuda de mis amigos
La primera vez que Claudio Villarruel y Bernarda Llórente trabajaron juntos fue como productores de Imagen de radio, uno de los éxitos de Juan Alberto. "Empecé en la televisión con éF, remarca Llórente. "Para nosotros es un maestro -señala Villarruel- Siempre seguimos en contacto con él, estuvo con nosotros en Telefe. Lo conocemos hace veintidós años", dicen hoy los directores de On TV Contenidos, responsables del regreso de Badía a un set (el mismo estudio de Cabrera 5870, Palermo, donde encabezó justamente Imagen de radio y Badía & Compañía). "Beto fue y es el icono de la tevé en la transición democrática. A todos los que no habían estado, a todos los que volvían, él los invitaba a Badía & Cía... Además, lo queremos mucho", subrayan dándole la bienvenida