Fuerte denuncia de discriminación en una escuela de danzas

“El profesor me dijo que podía volver a estudiar cuando me liberara, como si en algún momento pudiera liberarme de la maternidad”, dijo a Página/12 Celeste Rebello, mamá de Abel y estudiante, que este año fue echada del aula y no se le permitió asistir con su bebé de un año al ESEA en Danzas Nº2 Jorge Donn.

Celeste y su compañero, Matías Vázquez, son estudiantes en el profesorado de tango. Este año ambos se anotaron a las materias del último año de la carrera. “Hicimos todo un cronograma para que pudiéramos turnarnos con Abel y con mis otros hijos que son más grandes y así poder estudiar”, afirmó Celeste.

El 6 de abril ambos fueron echados del aula cuando estaban cursando Composición Coreográfica para tango 1, por Maximiliano Ávila, profesor de la materia. El argumento fue que al ser una clase de movimiento era peligroso para el niño. “Nosotros nos turnábamos para cuidarlo. Nunca lo dejamos solo”, aseguraron los padres, que luego fueron informados que también molestaba que se amamantara al niño en horas de clase. 

Avila anteriormente había llamado a Celeste a su celular para decirle que no podía cursar la materia con el bebé. “La conversación subió de tono cuando me dijo que yo era una irresponsable por tener a mi bebé en el aula conmigo y que lo mejor era que dejara la materia”, relato Celeste. Esto llamó la atención de les alumnes porque Matias no fue llamado por el docente.

Les padres contaron lo que había sucedido en sus redes sociales y cómo habían sido echados con el argumento de que era “peligroso” para el niño estar en el aula porque “no tiene seguro de vida”, aunque firmaron un acta diciendo que elles se hacían responsables de cualquier inconveniente que ocurriera. Las publicaciones llegaron a Avila, quien lo tomó con un “escrache” no solo a él, sino que a la institución. 

En mayo una normativa interna que prohíbe el ingreso del niño a la institución fue aprobada en una asamblea, y además se realizó un acta disciplinaria contra Celeste por participar de la misma con su hije. “Salimos los dos llorando, porque no podíamos creer lo que se había votado”, recordó la madre. El rector, Adrián Gabotti, y los profesores que el año pasado habían dejado cursar a los padres con el bebé e incluso en las clases prácticas los sostenían en brazos para que ellos pudieran hacer los ejercicios de baile, fueron quienes tomaron la decisión. 

“El argumento principal fue que el nivel superior es un derecho subjetivo, porque parte del deseo de una a estudiar, a diferencia del nivel medio donde las alumnas pueden entrar a cursar con sus hijes”, sostuvo Romina Bralo representante estudiantil. “Ella es nuestra consejera estudiantil, es una representante de los estudiantes, por lo que la situación es aún más grave porque ella lucha por las situaciones de injusticia de les otres alumnes”, agregó. 

“Acudimos al programa de madres lactantes del Ministerio de Educación, que interviene en el nivel medio y nos dijeron que no podían hacer nada porque desde otra parte del Ministerio apoyaban la normativa”, dijo Celeste, que también es representante estudiantil al igual que su compañero. 

“Tenemos un promedio excelente, somos parte del Centro de Estudiantes y esto nos atrasó un año la carrera como mínimo. Yo tuve que dejar seis de las materias a las que me había anotado por esta situación. Todo el proyecto que teníamos quedó arruinado”, dijo el papá de Abel. “A nosotros nos preparan como docentes, no se que nos quieren dejar con todo esto, ¿Que hay que excluir a los alumnes? Queremos que haya una normativa para el nivel superior, esto no puede volver a pasar”, sostuvo el estudiante.

“Cuando me ven cambiándole los pañales en la puerta o lactando a la noche en medio del frío, nadie es capaz de decirme que pase aunque sea al hall. Ese nivel de deshumanización no lo comprendo”, aseguró Celeste. Y concluyó que: “Todas las personas deberíamos tener el derecho a elegir nuestro proyecto de vida. Tuve que postergar mi carrera por la maternidad, porque no hay una normativa que nos acompañe a los padres y queremos cambiar esa realidad”.