Frustración en la Reserva Federal
Por Robert Samuelson* ¿Recuerdan los gloriosos días desde mediados de los años 90 hasta la crisis financiera de 2008, cuando la Reserva Federal parecía infalible?
El presidente de la Reserva, Alan Greenspan, era el maestro. La Reserva -parecía entonces- podía prolongar las expansiones económicas y acortar las crisis. De 1982 a 2007, hubo sólo dos recesiones suaves. Las crisis financieras se esparcieron. Recuerden cómo se contuvo, en 2000, el reventón de la "burbuja tecnológica".
Esos días pertenecen al pasado. A pesar de los dramáticos recortes de las tasas de interés y de las compras masivas de valores del Tesoro de Estados Unidos, la recuperación va a la zaga, incluso después del reciente informe sobre los empleos (empleos de la nómina: un aumento de 200.000; desempleo: un descenso de un 0,2 por ciento a un 8,5 por ciento). La desesperada Reserva Federal está utilizando casi todas sus herramientas para reactivar la economía y sacarla de su letargo.
Las pruebas de esta frustración salieron a relucir en dos acciones de los últimos días. Primero, la Reserva reveló que miembros del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, siglas en inglés), su principal cuerpo de toma de decisiones, comenzarían a proporcionar pronósticos detallados de las futuras tasas de interés. Y al día siguiente, envió un informe de 26 páginas al Congreso, con sugerencias sobre cómo reactivar el doliente sector de la vivienda.
Ninguna de las dos acciones impulsarán demasiado la economía. Ambas reflejan sólo la impaciencia y el deseo de la Reserva de que no se la perciba como pasiva.
SOMBRIO INFORME SOBRE VIVIENDAS
Comencemos con el informe de la vivienda. Está lleno de sombríos recordatorios del problema. Desde su pico máximo en 2006, los precios de los inmuebles han caído alrededor de un tercio, lo que representa 7 billones de dólares de pérdida de valor. La proporción entre el capital invertido en la propiedad y los ingresos disponibles es de un 55%, la más baja desde 1950, cuando se comenzaron a realizar estos cálculos. Sólo hace unos años esa proporción alcanzó un pico de un 140%. Unos 12 millones de propietarios están "sumergidos": sus viviendas valen menos que sus hipotecas. El descenso en el capital invertido en las viviendas por las familias de ingresos medios (que rondaron en 2007 entre 40.000 y 65.000 dólares) promedió un 66%, alrededor del doble de la caída de 36% para las familias de ingresos altos (de más de 150.000 dólares en 2007).
Una de las ideas de la Reserva es que las viviendas que están bajo ejecución hipotecaria y que son propiedad de Fannie Mae, Freddie Mac y la Administración Federal de Viviendas -alrededor de la mitad de todas las casas que son propiedad de instituciones financieras- se vendan más rápidamente. Pero no puede imponer esa medida. El poder está en manos de los organismos de vivienda y sus reguladores federales: la Oficina Federal para Financiación de la Vivienda, el Tesoro y el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano. El informe de la Reserva parece ser, centralmente, un intento para incentivar a otros a que hagan más.
LAS TASAS EN FOCO
En contraste, la decisión de que el FOMC pronostique las tasas de interés representa un gran cambio en los procedimientos de la Reserva. Cada miembro individual del FOMC pronosticaría cambios en la tasa de los fondos federales: la tasa de los préstamos de 24 horas entre bancos. El cambio de la tasa de los fondos federales es el principal instrumento por el que la Reserva puede influir en la economía y en las tasas de interés más generales.
Desde fines de 2008, la tasa de los fondos federales ha estado casi a cero, y el FOMC ya ha dicho que espera mantenerla así hasta, por lo menos, mediados de 2013. Si los miembros del FOMC proyectan tasas bajas para después de mediados de 2013, eso podría -dice ese razonamiento- reducir aún más las tasas de los bonos a largo plazo y las hipotecas. Esas tasas más bajas ayudarían, entonces, a la recuperación promoviendo el crédito y fortaleciendo el mercado de valores.
Pero hasta ese efecto podría ser modesto, porque las tasas de interés a largo plazo ya son muy bajas. En diciembre, las tasas de los bonos corporativos considerados de alta calidad y las hipotecas convencionales estaban levemente por debajo del 4% anual. Para los bonos del Tesoro a 10 años, la tasa era de alrededor del 2%.
Como cambio permanente en los procedimientos de la Reserva, el impacto de los pronósticos de las tasas de interés no está claro. La idea general es que la Reserva debería volverse más "transparente". Cuanto mejor conozcan los inversores de afuera estas opiniones -dice la teoría-, más probable es que ajusten sus acciones a las intenciones de la Reserva. Habrá menos sorpresas y la Reserva alcanzará sus objetivos con mayor facilidad. Esa es la teoría.
En la práctica, quizás no funcione, porque la economía cambia demasiado a menudo para que las predicciones sobre las tasas de interés sean fiables. Muchos estudios han confirmado que a los pronósticos, incluyendo los de la Reserva, a menudo se les escapan muchos resultados (crecimiento económico, inflación y desempleo). Si la economía no puede predecirse, entonces las predicciones de las tasas de interés que se basan en pronósticos erróneos pueden crear una falsa confianza. Pueden proporcionar una guía deficiente para las políticas futuras.
El tiempo lo dirá. Mientras tanto, la Reserva se esfuerza por ridiculizar la idea de que no puede hacer demasiado para promover una recuperación. Pero ¿cuánto de ello es política y cuánto es relaciones públicas?