Francisco, muy cerca de la gente en Brasil: tomó un mate que le dio un peregrino
El Sumo Pontífice sigue en el país vecino y volvió a mostrarse muy cariñoso y cercano a los miles de fieles que concurrieron a verlo.
Francisco, el "papa de los pobres", fue aclamado el jueves bajo la lluvia por cientos de miles de personas al recorrer en papamóvil descubierto la avenida que bordea la playa de Copacabana, tras visitar más temprano una favela donde reclamó la inclusión social de los marginados.
Al igual que en sus anteriores paseos en papamóvil, el primer papa latinoamericano de la historia rompió el protocolo y se mostró llano y accesible: estrechó manos, besó niños, cambió su solideo (el casquete de seda blanco), por el que le entregó un fiel, y hasta tomó un mate que le ofreció uno de los peregrinos.
"La fe de ustedes es más fuerte que el frío y la lluvia. ¡Felicitaciones! Esta semana, Rio se convierte en el centro de la Iglesia", dijo el papa en su saludo de bienvenida a los peregrinos de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), en un inmenso escenario instalado en la arena.
Atendiendo un pedido del pontífice, el alcalde de Rio envió a una monja una canasta con una docena de huevos para ser colocada a los pies de Santa Clara, pidiendo que el tiempo mejore.
Horas antes, el papa argentino recorrió un lugar muy diferente: la favela de Varginha, gris y chata, donde caminó entre miles de personas exultantes, saludó y conversó con muchas de ellas, se puso un collar de flores que le regalaron, bendijo el nuevo altar de la humilde parroquia aún en construcción, y entró en una casa de la favela a saludar a una familia.
Al igual que en sus anteriores paseos en papamóvil, el primer papa latinoamericano de la historia rompió el protocolo y se mostró llano y accesible: estrechó manos, besó niños, cambió su solideo (el casquete de seda blanco), por el que le entregó un fiel, y hasta tomó un mate que le ofreció uno de los peregrinos.
"La fe de ustedes es más fuerte que el frío y la lluvia. ¡Felicitaciones! Esta semana, Rio se convierte en el centro de la Iglesia", dijo el papa en su saludo de bienvenida a los peregrinos de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), en un inmenso escenario instalado en la arena.
Atendiendo un pedido del pontífice, el alcalde de Rio envió a una monja una canasta con una docena de huevos para ser colocada a los pies de Santa Clara, pidiendo que el tiempo mejore.
Horas antes, el papa argentino recorrió un lugar muy diferente: la favela de Varginha, gris y chata, donde caminó entre miles de personas exultantes, saludó y conversó con muchas de ellas, se puso un collar de flores que le regalaron, bendijo el nuevo altar de la humilde parroquia aún en construcción, y entró en una casa de la favela a saludar a una familia.