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Francia quiere echar a una marca de ropa por contratar solo "chicos lindos"

Los defensores de derechos franceses evalúan sancionar a la empresa por elegir a sus representantes de manera discriminatoria.

Francia apunta contra el grupo textil Abercrombie & Fitch, marca fetiche de los adolescentes, y lo tiene en la mira por sospechas de contratar a sus empleados de manera discriminatoria, basándose sólo en la apariencia física.

El defensor de los Derechos francés, Dominique Baudis, decidió analizar las condiciones en que se basa el proceso de reclutamiento del grupo, reveló el diario Le Monde.

En su opinión, los responsables de la marca estadounidense "parecen basar sus prácticas de contratación en criterios discriminatorios, en particular la apariencia física".

Es sabido que la firma hizo de la apostura de su personal una marca de fábrica, cultivando desde hace años una imagen joven y sexy.

En la entrada de su gran boutique parisiense, sobre los Champs-Elysées, donde ingresan a diario bandadas de jóvenes, campean vendedores con el torso desnudo y físico bien esculpido, que proponen a las adolescentes fotografiarse con ellas antes de entrar el negocio.

Abercrombie & Fitch ya se hizo notar en el pasado con algunas medidas radicales, como cuando el pasado mayo decidió retirar de su sector femenino los talles XL y XXL.

El propio responsable del grupo, Michael Jeffries, admitió la estrategia, que tiene repercusiones también en el personal que contrata la compañía.

"Por eso en nuestros negocios contratamos gente bella. La gente bella atrae a otra gente bella y nosotros queremos dirigirnos a los que son cool y bellos"
, dijo a la revista Salon en 2006.

"Mucha gente no tiene nada que hacer con nuestra ropa. ¿Somos exclusivos? Absolutamente sí"
, agregaba Jeffries.

Mientras tanto, en su decisión de investigar a Abercrombie Baudis recordó que la empresa -que tiene en Francia dos puntos de venta- ya fue duramente condenada en Estados Unidos por discriminación racial en la contratación de personal.

En ocasión de una "class action" en abril de 2005, muchos dieron testimonio de que fueron rechazados para trabajar debido a su origen.

La marca neoyorquina fue denunciada también en 2009 en el Reino Unido por Riam Dean, una empleada con discapacidad. La joven mujer, nacida sin el antebrazo derecho y portadora de una prótesis, había negociado la posibilidad de usar un cardigan para ocultar el problema.

Pero el acuerdo, que no estaba en sintonía con el uniforme estival del personal, fue puesto en discusión por el responsable del negocio, que le pidió trabajar en camiseta. Debido a su rechazado, la joven fue despedida, y más tarde Abercrombie & Fitch recibió una condena.

Hoy el grupo propone ofertas de trabajo para "modelos" -en realidad vendedores- que describe así: "Representar la marca, garantizar un servicio al cliente y crear energía en el negocio".