Francella se pone serio para el cine
*Pablo Pereyra .Junto con Arturo Puig, volvió al drama con el rodaje de la película "Los Marziano", que dirigió Ana Katz y se estrenará en abril. Objetivo: que no lo encasillen sólo con el humor.
El me va a llevar de la mano a los Oscar"- vociferó Arturo Puig mientras ojeaba a Guillermo Francella en la conferencia de prensa -. "Él no soportó que la malla de comodín me anduviera mejor a mí. Me queda soñado", le contestó celoso Guillermo.
"Aunque yo tengo los ojos más lindos", retrucó Arturo. Las carcajadas se distendieron al final de la presentación de la película de Ana Katz, "Los Marziano", en una de las salas del complejo de Hoyts Abasto donde en un avant premier exclusivo para la prensa estuvo también presente Rita Cortese, Mercedes Morán y la directora.
Puig y Francella interpretan a los hermanos Marziano, dos personajes muy distintos entre sí, distanciados por muchos años. Casi no intercambian palabras, de allí que el cruce de frases, como un round de boxeo, expande la química de estos talentosos actores fuera de sus personajes.
"Los Marziano" es un atractivo drama intimista que, como un cuento de Chejov, te hace sonreír; aunque esconde un drama, articulado en sutilezas, en entredichos o, mejor dicho, en lo no dicho y que sin duda es la gran apuesta ficcional más comercial de esta directora que consiguió financiamiento de la misma 20th. Century Fox.
Mientras se espera el estreno del film para abril, a Francella se le nota mucho que está disfrutando esta nueva etapa que lo aleja del encasillamiento de comediante y lo empuja cada vez más profundo a una versatilidad notoria, más aún tras las aplaudidas críticas que recibió su papel secundario en "El secreto de sus ojos". El cambio le ha hecho muy bien, hay que admitirlo.
- ¿Cómo te llegó este proyecto?
- Yo había visto los trabajos anteriores de esta directora ("Una novia errante" es el más destacado) y me interesó su mirada. Cuando me dio el guión para ver qué me parecía, no tardé demasiado en darle la devolución. Me pareció una historia con mucho amor, mucha intensidad. Esa relación entre hermanos me cautivó enseguida y en paralelo me generó mucha emoción. Mientras leía el guión tenía una sonrisa permanente y me movilizó mucho. Y también, al conocerla, se combinaron las dos cosas.
-¿Cuál es tu vínculo con el personaje que combina drama con la comedia?
-En cuanto a la construcción del personaje, tuvo mucho que ver el proceso previo antes de empezar el rodaje. Se trabajó mucho con Ana (Katz) en cuanto por dónde tenía que ir este personaje. Ella fue muy precisa en lo que quería. Tenía que tener una economía y una austeridad particular en cada gesto, en cada lugar, en el andar, desde el vestuario, yo con mi mochilita a cuestas para todos lados sin saber usar un celular, viviendo colgado de una palmera, sin las prioridades del resto de la familia.
Él está más allá de todo eso. A él solo le importa digitalizar los casettes de sus viejos programas de radio. Por eso Luis está como en el medio de sus otros dos hermanos. El personaje de Arturo se da cuenta de que él lo ha ayudado bastante toda la vida. Todo este trabajo fue muy charlado previamente con Ana. Uno va componiendo hasta el modo de hablar, de mirar. Fue un trabajo arduo pero bello, intenso, satisfactorio.
-¿Qué clase de vínculo tenés con tu hermano?
-Somos muy antagónicos con mi hermano Ricardo pero nunca fuimos tan distantes como los dos personajes hermanos de la película. Somos bastante distintos pero tenemos una relación íntima, somos unidos y nos ayudamos. No hay tantas miserias como las que surgen entre estos personajes.
- ¿Cómo te sentís con esto de que estás interpretando otra vez un personaje dramático luego de "El secreto de sus ojos"?
- Creo que esto es más bien una tragicomedia. Estoy contento de haberme encontrado con este guión porque no es tan sencillo de encontrar algo de tan alta calidad. No todos los días ves historias que te movilizan. Por otro lado, yo he vivido diferentes circunstancias, como la actuación desde películas más industriales, para chicos, más populares. Quizás tenían esa capacidad de penetración muy grande pero no quizá esta profundidad de "Los Marziano". Son circunstancias, porque me ha pasado también haciendo teatro, musicales; jamás se me hubiera ocurrido que las llegaría a hacer, pero sucedió.
-Querés decir que hoy los directores te respetan y te ven en otro lugar...
-Hoy estoy gozando de la circunstancia de que me están llegando guiones distintos, que me generan placer, sin renegar de lo anterior, con el que pueda tocar cuerdas distintas y que estoy con directores que me dirigen, que no me dejan caer en el registro en que podría sentirme más cómodo.
- ¿Cómo fuiste manejando ese registro de "loser" luego de posicionar aquellos personajes más ganadores que interpretaste en tus comedias?
-Me da placer, sin duda. Me gusta decir textos valiosos, que haya ingenio en el guión. Los géneros tienen que ver con la verosimilitud, con la que se generan sus personajes. Desde lo interpretativo, siempre me atrae irme un poco al Diablo. Hay cosas muy puntuales que uno puede explorar siempre que haya alguien que te lo marque y que sepa qué historia va a contar. Me llena de orgullo hacer cosas distintas. Cuando uno puede transitar y visitar distintos tonos, la profesión de actor recupera su sentido.
-En lo particular, ¿qué fue lo que más te gustó de este relato?
-Hay una insatisfacción personal de cada uno de estos personajes pero todo está llevado de una manera más sutil. Contar el durante y esto de mirar a esta familia por el ojo de una cerradura y espiar las miserias, me pareció que está muy bien contado.
-¿Arturo Puig ya es un hermano para vos?
-Sí, claro. Nunca trabajé con Arturo, aunque nos fuimos cruzando en el mismo canal en distintos proyectos y le tengo mucho afecto.