Flujo turístico excepcional
Pese a que la sociedad argentina sigue siendo desigual, el fuerte aumento del movimiento turístico en enero puede marcar una tendencia alentadora desde el punto de vista económico y cultural.
La temporada turística en lo que va del verano es la mejor de los últimos tiempos, lo que resulta a todas luces positivo. Y no sólo desde el punto de vista económico, sino también social y cultural.
La hotelería y la gastronomía han sido muy beneficiadas y el hecho de que haya cada vez más personas que conocen y recorren el país –de norte a sur y de este a oeste– habla a favor de una mayor integración en una nación de una enorme extensión territorial como la nuestra.
Según un informe de la Confederación de la Mediana Empresa, las cifras fueron las siguientes en números redondos: 10 millones de personas salieron de vacaciones durante enero último y gastaron unos 13.850 millones de pesos durante el mes.
El tránsito turístico creció un siete por ciento respecto del mismo mes del año pasado, o sea que salieron 600 mil personas más que en ese período, a razón de una estadía promedio de cuatro días y medio, con un gasto diario de 291 pesos.
Todavía no se pueden hacer estimaciones sobre el mes en curso, aunque se sabe que en febrero siempre disminuye el flujo de turistas, sobre todo al iniciarse la segunda quincena.
De todos modos, las reservas de hoteles, cabañas, hostels y campings son muy altas. Y si a ello se agregan las personas que viajaron al exterior o piensan hacerlo en los próximos días y semanas, se tendrá una idea aproximada del volumen que ha alcanzado el movimiento turístico esta temporada, como bien lo muestran las imágenes televisivas de las interminables filas de automóviles que se desplazan por las rutas nacionales o la cantidad de vuelos que salen de los aeropuertos hacia distintos puntos del país.
No todo lo que brilla es oro, como siempre. Si, como dice el informe comentado, la estadía promedio es de cuatro días y medio por persona o familia, es mucho más baja que la tradicional, que era de una semana o 10 días.
Por otra parte, si bien 10 ó 15 millones de personas es mucha gente, no hay que olvidar que la Argentina es un país de más de 40 millones de habitantes, lo que quiere decir que casi dos tercios de la población no pueden salir de vacaciones durante enero.
Es más: hay más personas y familias que tienen serias dificultades para llegar a fin de mes que las que pueden vacacionar. Las profundas desigualdades que afectan nuestra sociedad se reflejan también en el turismo, y este no es un fenómeno novedoso, ya que siempre ocurrió más o menos lo mismo.
Pero si bien hay datos que son ambiguos, hay otros que son incontrastables, entre estos que de un año para otro haya aumentado en 600 mil el número de personas que salieron de vacaciones en enero.
Si esta cifra marca una tendencia, es realmente alentadora.
La hotelería y la gastronomía han sido muy beneficiadas y el hecho de que haya cada vez más personas que conocen y recorren el país –de norte a sur y de este a oeste– habla a favor de una mayor integración en una nación de una enorme extensión territorial como la nuestra.
Según un informe de la Confederación de la Mediana Empresa, las cifras fueron las siguientes en números redondos: 10 millones de personas salieron de vacaciones durante enero último y gastaron unos 13.850 millones de pesos durante el mes.
El tránsito turístico creció un siete por ciento respecto del mismo mes del año pasado, o sea que salieron 600 mil personas más que en ese período, a razón de una estadía promedio de cuatro días y medio, con un gasto diario de 291 pesos.
Todavía no se pueden hacer estimaciones sobre el mes en curso, aunque se sabe que en febrero siempre disminuye el flujo de turistas, sobre todo al iniciarse la segunda quincena.
De todos modos, las reservas de hoteles, cabañas, hostels y campings son muy altas. Y si a ello se agregan las personas que viajaron al exterior o piensan hacerlo en los próximos días y semanas, se tendrá una idea aproximada del volumen que ha alcanzado el movimiento turístico esta temporada, como bien lo muestran las imágenes televisivas de las interminables filas de automóviles que se desplazan por las rutas nacionales o la cantidad de vuelos que salen de los aeropuertos hacia distintos puntos del país.
No todo lo que brilla es oro, como siempre. Si, como dice el informe comentado, la estadía promedio es de cuatro días y medio por persona o familia, es mucho más baja que la tradicional, que era de una semana o 10 días.
Por otra parte, si bien 10 ó 15 millones de personas es mucha gente, no hay que olvidar que la Argentina es un país de más de 40 millones de habitantes, lo que quiere decir que casi dos tercios de la población no pueden salir de vacaciones durante enero.
Es más: hay más personas y familias que tienen serias dificultades para llegar a fin de mes que las que pueden vacacionar. Las profundas desigualdades que afectan nuestra sociedad se reflejan también en el turismo, y este no es un fenómeno novedoso, ya que siempre ocurrió más o menos lo mismo.
Pero si bien hay datos que son ambiguos, hay otros que son incontrastables, entre estos que de un año para otro haya aumentado en 600 mil el número de personas que salieron de vacaciones en enero.
Si esta cifra marca una tendencia, es realmente alentadora.