Florencia Peña dijo que su hijo "es gay": ¿se fue al carajo?
Uno de los directores de RatingCero.com analiza los dichos de la actriz y deja su posición -con conocimiento de causa- al respecto.
Por Rodrigo Lussich
@rodrigolussich
"Mi hijo es gay", dijo Florencia Peña ayer en televisión, en una de sus clásicas humoradas. Lo entiendo como tal, ante todo. Pero quisiera decir que el reduccionismo -en un punto- no ha sido feliz. Todo empezó con un tweet en el que contó que su nene de 4 años jugaba con muñecas. Ayer, en AM, "amplió" el concepto, por así decirlo.
La genuina elección sexual de cada uno es algo que se descubre solo, y mucho después. La afirmación de una mamá no va a definir si su hijo va a ser gay o no. La "ecuación" no es tan simple. Un especialista podrá explicarlo mejor, pero si tu mamá lo dice no marca tu destino. Probablemente lo que no diga esté más ligado a lo que te pase, o no.
Yo no jugué con muñecas y acá estoy, feliz y tan campante. Mi mamá nunca me lo dijo tampoco; al revés, se lo dije yo mucho después y la sorprendida fue ella.
Hay que decir que el momento en que un hijo tiene que contarle a sus papás, a sus afectos, la intimidad de una elección "diferente" es uno de los procesos más complicados. Algunos lo consiguen naturalmente, otros pasan mucho tiempo hasta poder "blanquearlo", otros no lo consiguen y todo queda "dicho" sin palabras. "No preguntan", es la frase muchas veces de chicos gay cuando les hablás del tema.
Ya de por sí hablar del concepto "elección" es polémico. ¿Se elige ser gay? ¿O es algo que está en nuestro ADN desde que nacemos? Yo siento que en un momento, es algo que elegís, obviamente porque lo sentís fluyendo desde tu naturaleza, desde tu esencia, y nada puede impedir la pulsión de sentir.
La forma en que elijas vivirlo es absolutamente personal. Podés gritarlo a los cuatro vientos, aclararlo, no aclararlo, ocultarlo -ojalá cada vez menos- y disfrutar tu intimidad entre cuatro paredes. ¿Acaso los heterosexuales tienen que salir a aclarar que lo son?.
Cabezas primitivas sin solidez para afrontar una discusión con fundamento han creido algunas veces en televisión que me "apuraban" o me "ofendían" si me hablaban de mi condición sexual, poniéndome -según ellos, supuestamente- en un aprieto. Rápidamente pude sublimar semejante pavada porque vivo mi vida con lo mejor que me enseñaron mis padres: la libertad. No hay problemas con eso.
Florencia Peña seguramente inculcará a sus hijos lo mismo, no tengo dudas, y aceptará -como debe ser- lo que los haga felices. Sin embargo se "anticipa" unos cuántos años a lo que su hijo pueda elegir o sentir. La incontinencia sin filtro de nuestras "figuras" a la hora de hablar de todo, la pone una vez más en un lugar de provocación en el que creo en un punto le gusta estar -aunque se queje- y algún día le explicará a su hijo lo que quiso decir.
Si se me permite, lejos de ser pretencioso, quisiera citar un párrafo del prólogo de "Demian", uno de los más bellos libros de Herman Hesse que me identifica, que creo es la base de saber quién es uno y cómo elige vivir su vida.
Pero eso no es algo que pueda anunciar nuestra mamá.
Dice: "...No puedo adjudicarme el título de sabio. He sido un hombre que busca, y sigue buscando, pero ya no busco en las estrellas y en los libros, sino que comienzo a escuchar las enseñanzas de mi sangre. Mi historia no es agradable, ni es dulce y armoniosa, pues no es una historia inventada. Tiene un sabor a insensatez, a locura, a confusión y sueño, como la vida de todos los hombres que ya no quieren seguir mientiéndose a si mismos..."
@rodrigolussich
"Mi hijo es gay", dijo Florencia Peña ayer en televisión, en una de sus clásicas humoradas. Lo entiendo como tal, ante todo. Pero quisiera decir que el reduccionismo -en un punto- no ha sido feliz. Todo empezó con un tweet en el que contó que su nene de 4 años jugaba con muñecas. Ayer, en AM, "amplió" el concepto, por así decirlo.
La genuina elección sexual de cada uno es algo que se descubre solo, y mucho después. La afirmación de una mamá no va a definir si su hijo va a ser gay o no. La "ecuación" no es tan simple. Un especialista podrá explicarlo mejor, pero si tu mamá lo dice no marca tu destino. Probablemente lo que no diga esté más ligado a lo que te pase, o no.
Yo no jugué con muñecas y acá estoy, feliz y tan campante. Mi mamá nunca me lo dijo tampoco; al revés, se lo dije yo mucho después y la sorprendida fue ella.
Hay que decir que el momento en que un hijo tiene que contarle a sus papás, a sus afectos, la intimidad de una elección "diferente" es uno de los procesos más complicados. Algunos lo consiguen naturalmente, otros pasan mucho tiempo hasta poder "blanquearlo", otros no lo consiguen y todo queda "dicho" sin palabras. "No preguntan", es la frase muchas veces de chicos gay cuando les hablás del tema.
Ya de por sí hablar del concepto "elección" es polémico. ¿Se elige ser gay? ¿O es algo que está en nuestro ADN desde que nacemos? Yo siento que en un momento, es algo que elegís, obviamente porque lo sentís fluyendo desde tu naturaleza, desde tu esencia, y nada puede impedir la pulsión de sentir.
La forma en que elijas vivirlo es absolutamente personal. Podés gritarlo a los cuatro vientos, aclararlo, no aclararlo, ocultarlo -ojalá cada vez menos- y disfrutar tu intimidad entre cuatro paredes. ¿Acaso los heterosexuales tienen que salir a aclarar que lo son?.
Cabezas primitivas sin solidez para afrontar una discusión con fundamento han creido algunas veces en televisión que me "apuraban" o me "ofendían" si me hablaban de mi condición sexual, poniéndome -según ellos, supuestamente- en un aprieto. Rápidamente pude sublimar semejante pavada porque vivo mi vida con lo mejor que me enseñaron mis padres: la libertad. No hay problemas con eso.
Florencia Peña seguramente inculcará a sus hijos lo mismo, no tengo dudas, y aceptará -como debe ser- lo que los haga felices. Sin embargo se "anticipa" unos cuántos años a lo que su hijo pueda elegir o sentir. La incontinencia sin filtro de nuestras "figuras" a la hora de hablar de todo, la pone una vez más en un lugar de provocación en el que creo en un punto le gusta estar -aunque se queje- y algún día le explicará a su hijo lo que quiso decir.
Si se me permite, lejos de ser pretencioso, quisiera citar un párrafo del prólogo de "Demian", uno de los más bellos libros de Herman Hesse que me identifica, que creo es la base de saber quién es uno y cómo elige vivir su vida.
Pero eso no es algo que pueda anunciar nuestra mamá.
Dice: "...No puedo adjudicarme el título de sabio. He sido un hombre que busca, y sigue buscando, pero ya no busco en las estrellas y en los libros, sino que comienzo a escuchar las enseñanzas de mi sangre. Mi historia no es agradable, ni es dulce y armoniosa, pues no es una historia inventada. Tiene un sabor a insensatez, a locura, a confusión y sueño, como la vida de todos los hombres que ya no quieren seguir mientiéndose a si mismos..."