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Final de la Copa Libertadores: Palmeiras y Santos buscan quedarse con el máximo premio del continente
En el Maracaná y sin público, pero con la misión de hacer historia, los equipos brasileños pelean por quedarse con el trofeo que les dará además un boleto directo al Mundial de Clubes de Qatar.
En las tarde de este sábado el torneo más importante del continente llega a su fin. En una edición especial, en medio de la pandemia de coronavirus, y sin público para evitar la multiplicación de los contagios, Palmeiras y Santos chocan en el mítico Estadio Maracaná en la gran final de la Copa Libertadores. El árbitro es el argentino Patricio Loustau y el encuentro es transmitido por ESPN.
El Covid-19 alejó a los espectadores de los estadios, pero el valor de la Copa está intacto. En la tercera final brasileña de la principal competición americana de clubes dos paulistas buscan bañarse de gloria en Río de Janeiro. Ambas instituciones saben lo que es ganar este trofeo, el Verdao lo logró en 1999 y el Peixe en tres ocasiones: 1962 y 1963, con Pelé como figura, y 2011, con Neymar.
El Santos viene de eliminar a Boca Juniors en semifinales, tras golearlo 3-0 en Brasil, pero sus jugadores son cautelosos: “No hay favorito. Son dos camisas pesadas del fútbol brasileño y mundial”, dijo a AFP el lateral Pará, el único campeón de la Libertadores 2011 que aún se viste de albinegro.
Él y Marinho son los hombres de más experiencia en un plantel muy joven, comandado desde agosto por Alexi Stival, más conocido como Cuca, ganador de la Libertadores en 2013 con el Atlético Mineiro de Ronaldinho. En su tercera etapa en Santos, el técnico supo blindar al plantel de la crisis económica que azota al Peixe, donde los salarios se atrasan y no se pueden fichar jugadores por un castigo de la FIFA. Sin una plantilla amplia, apostó por el campeonato internacional y está a un cotejo de salirse con la suya.
Un ataque efectivo con Marinho, el internacional venezolano Yeferson Soteldo y la promesa Kaio Jorge, respaldado por los férreos mediocampistas Alison y Diego Pituca y el zaguero Lucas Veríssimo, hacen de los albinegros un hueso duro de roer.
Por su parte, el poderío económico respalda al Palmeiras que viene de eliminar a River Plate en una ajustada serie que acabó 3-2 a su favor tras golear en Buenos Aires y caer en su estadio. Encabezados por el entrenador portugués Abel Ferreira, el Verdao está en Rio con el plantel a disposición, salvo los lesionados de larga data Luan Silva y Wesley.
Recuperado de una lesión de tobillo que lo afectó desde noviembre, el capitán Felipe Melo sería suplente en el duelo en el que los verdes pretenden repetir el título de 1999, cuando vencieron al colombiano Deportivo Cali.
Ferreira revitalizó a un equipo que mostró previamente poco brillo futbolístico bajo el mando del ex seleccionador brasileño Vanderlei Luxemburgo, quien se marchó a mediados de octubre. En su primera final como entrenador, el luso podría convertirse en el tercer DT europeo en alzar una Libertadores. En 60 ediciones, apenas lo consiguieron el croata Mirko Jozic, con el chileno Colo Colo (1991), y el portugués Jorge Jesús con Flamengo (2019).
“Es un técnico muy inteligente, muy sagaz (...) Su llegada fue esencial para estar en la final de dos campeonatos”, la Libertadores y la Copa de Brasil que disputarán ante Gremio, dijo a AFP Gabriel Menino.
El campeón obtendrá un boleto para disputar el Mundial de Clubes que se celebrará en Qatar entre el 1 y 11 de febrero.
El equipo que finalmente levante el trofeo embolsará, además, 22.550.000 de dólares en premios ya que el campeón se llevará un cheque de 15.000.000 de dólares, el monto más alto en la historia de la competición. La cifra restante para alcanzar los más de 22.000.000 se debe a la acumulación en las distintas etapas previas.
El Covid-19 alejó a los espectadores de los estadios, pero el valor de la Copa está intacto. En la tercera final brasileña de la principal competición americana de clubes dos paulistas buscan bañarse de gloria en Río de Janeiro. Ambas instituciones saben lo que es ganar este trofeo, el Verdao lo logró en 1999 y el Peixe en tres ocasiones: 1962 y 1963, con Pelé como figura, y 2011, con Neymar.
El Santos viene de eliminar a Boca Juniors en semifinales, tras golearlo 3-0 en Brasil, pero sus jugadores son cautelosos: “No hay favorito. Son dos camisas pesadas del fútbol brasileño y mundial”, dijo a AFP el lateral Pará, el único campeón de la Libertadores 2011 que aún se viste de albinegro.
Él y Marinho son los hombres de más experiencia en un plantel muy joven, comandado desde agosto por Alexi Stival, más conocido como Cuca, ganador de la Libertadores en 2013 con el Atlético Mineiro de Ronaldinho. En su tercera etapa en Santos, el técnico supo blindar al plantel de la crisis económica que azota al Peixe, donde los salarios se atrasan y no se pueden fichar jugadores por un castigo de la FIFA. Sin una plantilla amplia, apostó por el campeonato internacional y está a un cotejo de salirse con la suya.
Un ataque efectivo con Marinho, el internacional venezolano Yeferson Soteldo y la promesa Kaio Jorge, respaldado por los férreos mediocampistas Alison y Diego Pituca y el zaguero Lucas Veríssimo, hacen de los albinegros un hueso duro de roer.
Por su parte, el poderío económico respalda al Palmeiras que viene de eliminar a River Plate en una ajustada serie que acabó 3-2 a su favor tras golear en Buenos Aires y caer en su estadio. Encabezados por el entrenador portugués Abel Ferreira, el Verdao está en Rio con el plantel a disposición, salvo los lesionados de larga data Luan Silva y Wesley.
Recuperado de una lesión de tobillo que lo afectó desde noviembre, el capitán Felipe Melo sería suplente en el duelo en el que los verdes pretenden repetir el título de 1999, cuando vencieron al colombiano Deportivo Cali.
Ferreira revitalizó a un equipo que mostró previamente poco brillo futbolístico bajo el mando del ex seleccionador brasileño Vanderlei Luxemburgo, quien se marchó a mediados de octubre. En su primera final como entrenador, el luso podría convertirse en el tercer DT europeo en alzar una Libertadores. En 60 ediciones, apenas lo consiguieron el croata Mirko Jozic, con el chileno Colo Colo (1991), y el portugués Jorge Jesús con Flamengo (2019).
“Es un técnico muy inteligente, muy sagaz (...) Su llegada fue esencial para estar en la final de dos campeonatos”, la Libertadores y la Copa de Brasil que disputarán ante Gremio, dijo a AFP Gabriel Menino.
El campeón obtendrá un boleto para disputar el Mundial de Clubes que se celebrará en Qatar entre el 1 y 11 de febrero.
El equipo que finalmente levante el trofeo embolsará, además, 22.550.000 de dólares en premios ya que el campeón se llevará un cheque de 15.000.000 de dólares, el monto más alto en la historia de la competición. La cifra restante para alcanzar los más de 22.000.000 se debe a la acumulación en las distintas etapas previas.
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