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Femicidios y abusos sexuales, la otra pandemia: el enemigo también está en casa

En medio de la preocupación por el coronavirus, el temor de muchas mujeres es pasar las 24 horas con una pareja violenta.

Mientras la cifra de muertos e infectados por coronavirus crece día a día, otra estadística, un poco más invisible, se acelera al mismo ritmo: las muertes de mujeres a manos de hombres.

La cuarentena, establecida de manera obligatoria desde hace casi un mes por el presidente Alberto Fernández, ha logrado achatar la curva de contagiados por el coronavirus, pero ha potenciado otras situaciones de emergencia dentro de la sociedad argentina. Entre ellas, la situación de la violencia de género en el país y su peor expresión: los femicidios.

En tiempos donde se le pide a la población que se quede en sus casas para no exponerse al covid-19, para muchas mujeres y niños y niñas es también peligroso quedarse en sus viviendas conviviendo con sus victimarios.

Según estadísticas, 24 mujeres fueron asesinadas durante los días de cuarentena. Sus edades van desde los dos meses a los 53 años. Seis de ellas tuvieron trascendencia en las últimas 90 horas: Camila Aldana Tarocco (26), Priscila Martínez (15), Olga Verón (37), Jésica Minaglia (37), Soledad Carioli (22) y Nancy Paola Pereyra (36).

A pesar de estos asesinatos, el Estado aún no consideró a los establecimientos para la atención de personas víctimas de violencia de género como un servicio esencial. Recién lo haría a partir del lunes. Todavía muchas denuncias de mujeres son desconsideradas en la comisaría y no se reforzó un sistema de contención para las víctimas en un contexto en el que es previsible que incrementen los casos de violencia.

Asimismo, diversas organizaciones alertan por el peligro de situaciones de abuso sexual a menores en sus propias casas. Es que la mayoría de los casos se producen en el terreno intrafamiliar, y generalmente, en sus viviendas, los niños no tienen herramientas para poder contar lo que les pasa.  

Es que la mayor parte de las denuncias surgen porque los chicos comprendieron que fueron abusados después de recibir clases de Educación Sexual Integral en el colegio. ¿Pero cómo se reemplaza esta herramienta en medio de las clases virtuales por la cuarentena?

El temor al coronavirus ha logrado que nos replanteemos algunas costumbres que teníamos, como el lavado de manos y otras normas de higiene. Y el Estado ha intervenido con firmeza. Pero… ¿cuánto tiempo más hace falta para que las relaciones violentas con las mujeres terminen y puedan  vivir tranquilas? ¿Cuánto tiempo hace falta para que los niños dejen de sufrir el horror del abuso? ¿Cuándo el Estado podrá intervenir con la misma firmeza ante estas dos problemáticas?

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