Justicia Cero
Femicidio de Florencia Romano: cómo fue el llamado al 911 de un vecino que escuchó gritos
La comunicación entre el hombre y la central de emergencias tuvo un abrupto final.
La historia es escalofriante, más aún su final. Es que una comunicación telefónica del sábado 12 de diciembre a las 18.58 es una pieza clave en la reconstrucción de las última de Florencia Romano, la nena de 14 años que fue brutalmente asesinada en Maipú, provincia de Mendoza.
Se trata del audio del llamado al 911 en la que se escucha a un hombre alterado, la comunicación es mala y la operadora, ahora identificada como Soledad Herrera, atiende con amabilidad. Pero, de pronto, la comunicación finaliza abruptamente.
“Emergencias buenas tardes, 911 emergencias, hola”, comienza diciendo la mujer al teléfono. El hombre del otro lado, con la voz entrecortada llega a comunicar que había violencia de género en el pasaje Berra 83, del departamento de Maipú.
“No me figura la calle, señor”, se excusa la operadora, y el hombre, del otro lado de la línea, le pregunta si es ella es policía. La operadora entonces dice: “Hasta luego señor, buenas tardes”. Y la comunicación se termina.
La mujer policía que atendió la llamada fue suspendida este viernes, tras un pedido de la Inspección General de Seguridad (IGS), organismo que investiga el accionar de la efectivo y también de sus superiores.
Fue Marcelo Puertas, a cargo de la IGS, quien confirmó a medios locales que la mujer quedó suspendida y se mantendrá en esa condición durante el transcurso de la investigación, período en el que cobrará el 50% de su salario.
Los detalles del caso
Según la hipótesis más firme de los investigadores, la adolescente Florencia Romano, de 14 años, creyó que a partir de una invitación de Instagram iba a participar de un encuentro con nuevos amigos en la casa del carnicero Pablo Arancibia, de 33 años.
Viajó 15 kilómetros en colectivo hasta la casa de ese hombre en Maipú, Gran Mendoza. Su teléfono se apagó el mismo sábado que desapareció en la zona de la casa de Arancibia. Su cuerpo fue encontrado cinco días después, a tres kilómetros de la vivienda del hombre, en la acequia de un descampado, frente a un frigorífico.
Este viernes, la fiscalía confirmó que el cuerpo hallado en Mendoza es el de Florencia. Los acusados del crimen son Arancibia y su pareja, Micaela Méndez de 27 años. Ambos fueron imputados, aunque la pareja del carnicero asegura haber estado en casa de un familiar todo el fin de semana, y tendría pruebas para demostrar que el hombre aprovechó que ella no estaba para invitar a la adolescente a su casa.
El hombre había sido denunciado por dos exparejas. Una de ellas contó que él la amenazó con matar a toda su familia. Otra lo acusó de golpearla, ahorcarla y prohibirle comunicarse con su familia, además de no dejarla salir de su casa. En ninguno de los casos Arancibia fue condenado, según información del diario Uno.
Se trata del audio del llamado al 911 en la que se escucha a un hombre alterado, la comunicación es mala y la operadora, ahora identificada como Soledad Herrera, atiende con amabilidad. Pero, de pronto, la comunicación finaliza abruptamente.
“Emergencias buenas tardes, 911 emergencias, hola”, comienza diciendo la mujer al teléfono. El hombre del otro lado, con la voz entrecortada llega a comunicar que había violencia de género en el pasaje Berra 83, del departamento de Maipú.
“No me figura la calle, señor”, se excusa la operadora, y el hombre, del otro lado de la línea, le pregunta si es ella es policía. La operadora entonces dice: “Hasta luego señor, buenas tardes”. Y la comunicación se termina.
La mujer policía que atendió la llamada fue suspendida este viernes, tras un pedido de la Inspección General de Seguridad (IGS), organismo que investiga el accionar de la efectivo y también de sus superiores.
Fue Marcelo Puertas, a cargo de la IGS, quien confirmó a medios locales que la mujer quedó suspendida y se mantendrá en esa condición durante el transcurso de la investigación, período en el que cobrará el 50% de su salario.
Los detalles del caso
Según la hipótesis más firme de los investigadores, la adolescente Florencia Romano, de 14 años, creyó que a partir de una invitación de Instagram iba a participar de un encuentro con nuevos amigos en la casa del carnicero Pablo Arancibia, de 33 años.
Viajó 15 kilómetros en colectivo hasta la casa de ese hombre en Maipú, Gran Mendoza. Su teléfono se apagó el mismo sábado que desapareció en la zona de la casa de Arancibia. Su cuerpo fue encontrado cinco días después, a tres kilómetros de la vivienda del hombre, en la acequia de un descampado, frente a un frigorífico.
Este viernes, la fiscalía confirmó que el cuerpo hallado en Mendoza es el de Florencia. Los acusados del crimen son Arancibia y su pareja, Micaela Méndez de 27 años. Ambos fueron imputados, aunque la pareja del carnicero asegura haber estado en casa de un familiar todo el fin de semana, y tendría pruebas para demostrar que el hombre aprovechó que ella no estaba para invitar a la adolescente a su casa.
El hombre había sido denunciado por dos exparejas. Una de ellas contó que él la amenazó con matar a toda su familia. Otra lo acusó de golpearla, ahorcarla y prohibirle comunicarse con su familia, además de no dejarla salir de su casa. En ninguno de los casos Arancibia fue condenado, según información del diario Uno.
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