Factor de reproducción y tasa de incidencia: los dos datos que mira el Gobierno antes de tomar más restricciones
En la Casa Rosada recibieron con alivio la estabilidad de contagios que se registró en los últimos días, aunque hay otros índices que juegan un papel crucial en cada anuncio.
A tres días del vencimiento del DNU vigente, las próximas 48 horas serán clave para determinar cuál será el rigor de las próximas restricciones. Así se reveló tras una reunión que mantuvo Santiago Cafiero, jefe de Gabinete de la Nación, con sus pares de la Ciudad de Buenos Aires, Felipe Miguel; y de la Provincia, Carlos Bianco.
Previo monitoreo del escenario epidemiológico junto con el comité de expertos asesores, el Gobierno nacional suele tener en cuenta algunos indicadores puntuales para definir la intensidad de las medidas: son, esencialmente, el factor de reproducción R y la tasa de incidencia.
El R expresa el potencial de propagación que tiene un virus. Si el número de reproducción es mayor que 1, cada persona infectada transmite la enfermedad a -por lo menos- una persona más. De esta manera, el virus se propaga. Si el número de reproducción es menor que 1, se infectan cada vez menos personas y la cifra de infectados -por consiguiente- disminuye.
Entonces, para contener la propagación de un virus, su número de reproducción debe ser inferior a 1. Es decir -y como lo leen los científicos-, R < 1.
“R significa número de equilibrio de casos”, explica a TN Luis Cámera, uno de los infectólogos con mayor influencia en las decisiones que se toman en la Casa Rosada. Y grafica: “Si tenés un R de 1, hoy tenés 10 casos, mañana también 10 y pasado, lo mismo. Infinitamente quedás con 10. Cuando el número es mayor, significa que en algún momento aumenta. Si el R es 1.2, entonces tenés 10 casos, mañana 10, pasado 11, luego 11, después 12, 13, 14, y así va aumentando”. Con la misma lógica, sostiene: “Si es menos de 1 -por ejemplo, 0,9-, hoy habría 10 casos, mañana 9, el jueves 9, el viernes 8, luego 7. Y así”.
El factor de reproducción R indica a qué velocidad aumentan o descienden los casos. “Por eso es tan importante”, concluye Cámera. Cuanto mayor es la velocidad de transmisión del virus, mayor es la ocupación de camas de terapia intensiva y, por ende, más impulso tiene el Gobierno para endurecer las restricciones. En sus últimas dos apariciones para anunciar medidas, el 7 y el 14 de abril, Alberto Fernández repitió una frase: “Queremos reducir la velocidad del contagio mientras avanzamos en la vacunación”.
El otro indicador que por consejo de sus asesores tiene muy en cuenta el Presidente es la tasa de incidencia, que expresa el número de casos nuevos de una enfermedad en una población determinada y en un periodo determinado. En el ejemplo del COVID-19, se repara en cuántos contagios hay cada 100 mil habitantes en los últimos 14 días. “Y allí se observan las diferencias entre las incidencias anteriores y el incremento entre ellas”, subraya a este medio Ángela Gentile, jefa del Departamento de Epidemiología del Hospital Gutiérrez y otra de las infectólogas que asesora al jefe de Estado.
Este índice es clave en la conformación del semáforo epidemiológico, que define el rigor de las restricciones en cada jurisdicción. Actualmente, en 22 de los 24 distritos de la Argentina -incluidas la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires-, la variación de casos entre las últimas dos quincenas es mayor al 20% y la tasa de infectados de los últimos 15 días excede los 150 casos por cada 100 mil habitantes. Todo el país está en rojo excepto Misiones y Formosa, que están en naranja. Hace tres semanas había 11 las provincias en rojo, 10 en naranja y 3 en verde.
Por qué endurecer las restricciones cuando hay disminución de contagios
La estabilidad en la cifra de casos de los últimos días es tomada como una buena señal en la Casa Rosada, e influye en el compás de espera antes de anunciar nuevas medidas. Sin embargo, todo conduce a que se mantengan las restricciones y se sumen otras nuevas. ¿Por qué?
“Ya alcanzamos el pico de contagios y ahora tenemos que descender. El R en unos días va a bajar a -1. En ese sentido, las medidas siguen sirviendo para que el descenso se haga efectivo y no nos quedemos en una meseta muy alta. Siempre son útiles las restricciones: primero para no subir mucho y después para descender rápido”, explica Cámera.
Y agrega: “El descenso de esta ola tiene que ser rápido. Así como subió a gran velocidad, el descenso tiene que ser igual. Así lo sugieren los epidemiólogos de todas partes del mundo. Si superamos la ola de contagios y la gente sale y no se cuida, quedaríamos con un equilibrio de 15 mil o 20 mil casos por día. Y eso traería como consecuencia niveles muy elevados de mortalidad”.
Otro índice que registró un crecimiento significativo en las últimas semanas fue la positividad en relación a los testeos. Sin embargo, Gentile aclara: “Ese número no influye tanto a la hora de evaluar medidas. Todos sabemos que en la Argentina la positividad es muy alta y no puede ser tomada como un indicador”.
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